El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) acogió el Encuentro de Expertos “Estrategias sanitarias oncológicas: presente y futuro”, organizado por New Medical Economics en colaboración con la Consejería de Salud del Principado de Asturias y su Servicio de Salud (SESPA), con el patrocinio de Amgen, AstraZeneca, alianza Daiichi-Sankyo|AstraZeneca, GSK, MSD y Pfizer.

El encuentro reunió a representantes de la administración, clínicos, investigadores, farmacéuticos y pacientes, que reflexionaron sobre cómo avanzar hacia una atención oncológica más integrada, equitativa y centrada en las personas.

Una jornada para la reflexión y la acción

El encuentro fue inaugurado por Paloma Tamayo Prada, directora de Operaciones de New Medical Economics, quien destacó el objetivo de la cita: “Analizar cómo avanzar desde la situación actual hacia la excelencia en el proceso asistencial de los pacientes oncológicos, subrayando la prevención, la organización asistencial, el acceso rápido al diagnóstico y al tratamiento, y la importancia de la investigación”.

En la bienvenida institucional, María Luisa Rodríguez Velasco, subdirectora de Salud Pública de la Consejería de Salud del Principado de Asturias, ofreció una radiografía clara de la situación:

“El cáncer es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en nuestra comunidad. Se diagnostican unos 8.000 nuevos casos al año y fallecen alrededor de 3.500 personas. Asturias es la región con mayor mortalidad por cáncer en hombres y la segunda en mujeres”.

Rodríguez Velasco recordó que la Estrategia Autonómica frente al Cáncer, enmarcada dentro de la Estrategia Nacional, pivota sobre cinco ejes: la promoción de estilos de vida saludables, la salud ambiental, los programas de cribado, la asistencia sanitaria integral y la investigación. “Necesitamos más espacios de intercambio entre profesionales de distintas áreas; encuentros como este nos permiten compartir visiones y nutrir la estrategia con propuestas reales”.

A continuación, tomó la palabra Beatriz López Muñiz, gerente del Área Sanitaria IV y del propio HUCA, quien agradeció a New Medical Economics la organización del encuentro y la oportunidad de convertir al hospital “en un espacio de reflexión sobre el presente y futuro de la oncología asturiana”. “El HUCA tiene una ventaja respecto a otros hospitales de tercer nivel: integra la atención primaria, y eso nos permite ofrecer una atención más coordinada y eficiente. La gestión por procesos es el camino para mejorar y, sobre todo, para que la voz del paciente esté siempre presente”.

López Muñiz también subrayó la importancia de la investigación y anunció la próxima creación de una unidad específica en el hospital: “El año que viene contaremos con una nueva unidad de investigación dentro del HUCA. Es un paso esencial para seguir uniendo la práctica clínica con la generación de conocimiento”.

Una estrategia autonómica para transformar el modelo asistencial

El primer bloque temático de la jornada estuvo dedicado a presentar la Estrategia Oncológica del Principado de Asturias, de la mano de Óscar Veiras del Río, director de Atención y Evaluación Sanitaria del SESPA.

Veiras contextualizó la situación actual recordando que cada día se detectan 22 nuevos casos de cáncer en la región. “Estas cifras, más que datos fríos, son una llamada a la acción”, afirmó. La estrategia autonómica, explicó, se apoya en seis pilares: prevención, diagnóstico precoz, asistencia en red, investigación, formación y docencia. “Nuestro objetivo es pasar de un sistema reactivo a uno proactivo. Anticiparnos al cáncer y reducir la mortalidad requiere cambiar el paradigma, trabajar en red y garantizar la equidad en toda la comunidad”.

El director sanitario detalló la introducción de nuevas medidas en los programas de cribado de cáncer colorrectal y de cuello uterino, para aumentar la participación y mejorar los resultados. También destacó el proyecto europeo en el que participa el Principado para certificar una red de centros oncológicos, y la necesidad de integrar la información de registros tumorales en una única red de datos clínicos interoperable. “Sin sistemas de información sólidos, sin datos fiables, no hay investigación posible ni planificación eficaz. La información debe permitirnos anticiparnos, no llegar tarde”.

Prevención y desigualdad: los determinantes sociales del cáncer

A continuación, intervino José María Blanco González, jefe del Servicio de Salud Poblacional, quien centró su ponencia en los determinantes sociales de la salud y su influencia en la incidencia del cáncer. “Los hábitos saludables dependen en gran medida del entorno social y económico. Cuantos menos recursos y menor nivel educativo, peores hábitos y mayor exposición a factores de riesgo”.

Blanco subrayó la necesidad de diseñar políticas de prevención que tengan en cuenta estas desigualdades y sean sensibles al contexto social. “La prevención no puede ser uniforme. Las herramientas de promoción de la salud deben adaptarse a la realidad de cada grupo poblacional”.

En cuanto a la prevención secundaria, señaló la dispar participación en los programas de cribado: “Mientras el cribado de mama supera el 70% de participación y funciona de forma ejemplar, el de cáncer colorrectal apenas alcanza el 40%. Si no conseguimos implicar al conjunto de la población, nuestros esfuerzos no tendrán el impacto esperado”.

Calidad asistencial y excelencia en los procesos

El jefe del Servicio de Calidad del Área I del SESPA, José Manuel Fernández Carreira, ofreció una panorámica del sistema de calidad asistencial asturiano, que calificó de “maduro y sólido”. “Asturias dispone de múltiples esquemas de calidad que se entrelazan entre sí. Pero la clave está en consolidar una verdadera cultura de mejora continua”.

Carreira destacó la certificación internacional de excelencia ASCO-QOPI obtenida por el HUCA en 2019 y renovada en 2023, y propuso estandarizar este modelo en otras áreas sanitarias. También defendió la importancia de los comités de tumores, la seguridad del medicamento y la figura de la enfermera gestora de casos como ejes de cohesión asistencial. “Incluso cuando las cosas parecen inmejorables, siempre hay margen para mejorar. La calidad es un proceso vivo”.

La revolución de los datos y la Inteligencia Artificial

Uno de los momentos más inspiradores de la jornada lo protagonizó Guillermo Muñiz Albaiceta, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA), quien describió con precisión el nuevo ecosistema de datos sanitarios que está transformando la investigación biomédica. “El reactivo más valioso hoy no está en los tubos de ensayo, sino que son los datos. Los investigadores ya no piden material, piden información”.

Muñiz Albaiceta explicó que el Proyecto Cuélebre está creando una infraestructura que integrará toda la información clínica del Principado de forma interoperable, complementada por el proyecto FINBA Data Trust, orientado a la investigación. “Ambos forman un ecosistema que permitirá convertir los datos en conocimiento útil, con herramientas de análisis avanzado e inteligencia artificial aplicadas a la oncología de precisión”.

El científico también anunció la puesta en marcha de una Unidad de Investigación Clínica y un repositorio institucional de datos, así como la potenciación del Biobanco regional. “El futuro pasa por conectar la asistencia y la investigación en un flujo bidireccional. Lo que aprendemos en el laboratorio debe revertir en el paciente, y la práctica clínica debe alimentar la investigación”.

Innovación terapéutica y sostenibilidad del sistema

El equilibrio entre innovación y sostenibilidad centró la intervención de Mª Paz González Calvo, farmacéutica de la Coordinación de Farmacia del SESPA. En un contexto de cambios normativos a nivel europeo y nacional, la experta advirtió sobre la necesidad de adoptar criterios de eficiencia en la incorporación de nuevos fármacos. “Vivimos un momento crítico. La reforma de la legislación europea nos obliga a repensar los modelos de acceso y financiación de los medicamentos. Debemos combinar innovación y sostenibilidad”.

González Calvo explicó que el gasto farmacéutico supone ya cerca del 25% del presupuesto sanitario y abogó por reforzar los acuerdos de riesgo compartido, la evaluación por resultados y la cultura del registro. “Necesitamos medir para gestionar. Solo con datos podremos conocer el valor real de los tratamientos y tomar decisiones justas y sostenibles”.

Humanización y atención emocional: la otra cara del tratamiento

El componente humano de la oncología fue abordado por Martín Escandón Álvarez, psicooncólogo de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), quien reivindicó el papel esencial del apoyo psicológico a pacientes, familiares y profesionales. “La carga emocional del diagnóstico y del tratamiento exige un acompañamiento continuo. El bienestar mental influye directamente en la adherencia terapéutica y en la calidad de vida”.

Escandón lamentó que aún exista desconocimiento sobre la existencia de estos recursos y pidió incorporar la psicooncología como estándar en todos los equipos multidisciplinares. También defendió la teleasistencia psicológica como vía para llegar a zonas rurales. “Hemos avanzado mucho, pero todavía hay pacientes que no saben que tienen derecho a esta ayuda. Debemos difundirlo y hacerlo accesible”.

La práctica clínica del futuro: multidisciplinariedad, datos y empatía

El jefe del Servicio de Oncología Médica del HUCA, Emilio Esteban González, ofreció una ponencia centrada en los desafíos de la práctica clínica diaria. Recordó que el cáncer será en 2030 la primera causa de muerte en el mundo y subrayó la urgencia de adaptar los recursos humanos y materiales a esta realidad. “Necesitamos adecuar las plantillas, incorporar nuevos perfiles y trabajar de forma coordinada. La oncología del futuro no será individual, sino en red”.

Esteban defendió un modelo de atención basado en unidades funcionales y en la valoración holística del paciente: “El oncólogo no trata solo tumores, trata personas. La tecnología, sin empatía, pierde su sentido”.

Por su parte, José María García Gala, jefe de Hematología del HUCA, coincidió en la importancia de disponer de datos fiables y circuitos asistenciales ágiles. “El aumento de la supervivencia está transformando muchos cánceres hematológicos en enfermedades crónicas. Debemos planificar ese seguimiento y cuidar también a los profesionales que acompañan estos procesos. Resulta necesario establecer unidades multidisciplinares especializadas en la atención de adolescentes y adultos jóvenes, junto con programas estructurados de seguimiento a largo plazo para los supervivientes de cáncer”.

Una mesa de debate con mirada global

El encuentro culminó con una mesa redonda moderada por María José Villanueva Ordóñez, directora médica del HUCA, que reunió a un panel de profesionales de primer nivel: Óscar Veiras del Río, director de Atención y Evaluación Sanitaria del SESPA; Mª Paz González Calvo, farmacéutica de la Coordinación de Farmacia del SESPA; Martín Escandón Álvarez, psicooncólogo de la AECC; Isabel Palacio Vázquez, jefa de Sección de Cáncer Abdominal del HUCA; Emilio Esteban González, jefe del Servicio de Oncología Médica del HUCA; José Pablo Berros Fombella, médico adjunto de Oncología Médica del Hospital de Cabueñes, y María Varela Calvo, médico adjunto del Servicio de Digestivo del HUCA.

La sesión se planteó como un foro abierto en el que se abordaron, desde distintos prismas, los retos estructurales, clínicos y humanos de la atención oncológica. Todos los participantes coincidieron en que Asturias atraviesa un momento de oportunidad para transformar su modelo asistencial, apoyándose en la colaboración entre áreas, la innovación tecnológica y la visión integral del paciente.

Óscar Veiras abrió el debate subrayando la relevancia de consolidar la red asistencial autonómica como un sistema coordinado: “El objetivo es que el paciente reciba la misma atención, viva donde viva. La fusión de áreas sanitarias es una oportunidad histórica para homogeneizar procesos y compartir recursos especializados”.

Desde una perspectiva farmacéutica, Mª Paz González Calvo señaló que el futuro pasa por una mayor integración entre la clínica, la farmacia hospitalaria y la gestión sanitaria: “Los avances terapéuticos son vertiginosos. Necesitamos circuitos más ágiles de evaluación y acceso, pero también una medición continua del valor real que aportan los tratamientos. Innovar no significa gastar más, sino hacerlo mejor”.

Por su parte, Isabel Palacio Vázquez, jefa de Sección de Cáncer Abdominal del HUCA, aportó una visión quirúrgica muy centrada en la organización y especialización de los equipos: “La cirugía oncológica requiere experiencia y volumen. Centralizar los procedimientos complejos es fundamental para mejorar resultados. No se trata de restar autonomía a los hospitales, sino de optimizar recursos y garantizar la seguridad del paciente”.

Palacio insistió además en la importancia del trabajo multidisciplinar real: “El abordaje quirúrgico debe decidirse en comités donde participen todos los implicados: oncólogos, radiólogos, patólogos, farmacéuticos y enfermería. Esa coordinación es la que marca la diferencia en supervivencia y calidad de vida”.

Emilio Esteban González, jefe del Servicio de Oncología Médica, coincidió en la necesidad de reforzar esos equipos funcionales, pero puso el foco en la dimensión humana del proceso: “Podemos hablar de inteligencia artificial o medicina de precisión, pero si el paciente se siente solo, el sistema fracasa. La humanización no es un complemento: es la base de la excelencia asistencial”.

José Pablo Berros Fombella reforzó esta idea destacando el papel de la comunicación como herramienta terapéutica: “El tiempo que dedicamos a explicar y escuchar también cura. Las unidades deben organizarse para permitir esa atención personal, sin que la presión asistencial nos lo impida”.

En la misma línea, Martín Escandón Álvarez, psicooncólogo de la AECC, recordó la necesidad de incluir el bienestar emocional dentro de los indicadores de calidad:

“Un paciente emocionalmente atendido colabora mejor, tolera mejor los tratamientos y recupera antes su vida. La salud mental debe formar parte del proceso oncológico, no ser un añadido voluntario”.

El debate también abordó la visión de futuro y la equidad territorial. María Varela Calvo, médico adjunto del Servicio de Digestivo e investigadora, planteó la creación de una figura innovadora en la atención oncológica: “Necesitamos un Patient Navigator, una persona que acompañe al paciente desde el diagnóstico hasta el seguimiento, ayudándole a entender los pasos y a no perderse entre citas, pruebas y tratamientos. Sobre todo, aquellos pacientes más vulnerables o con menos red de apoyo”.

Varela insistió en que la prevención sigue siendo la mejor herramienta de futuro: “La oncología empieza mucho antes del diagnóstico. Si queremos reducir la incidencia, debemos invertir más en educación, hábitos saludables y detección temprana. Prevenir es la mejor forma de curar”.

A lo largo del intercambio, los ponentes coincidieron en varios ejes clave: la necesidad de potenciar la formación continua, reducir la burocracia que obstaculiza la labor clínica, aprovechar las tecnologías para compartir datos en tiempo real y garantizar la equidad entre áreas sanitarias.

Conclusiones: coordinación, equidad y humanización

El cierre del encuentro corrió a cargo de Álvaro González Franco, director de Atención Sanitaria y Salud Pública del Área Sanitaria IV, quien resumió las principales ideas de la jornada: “Asturias cuenta con profesionales de enorme talento y compromiso. El reto está en aprovechar ese potencial colectivo para mejorar los resultados en salud y ofrecer a nuestros pacientes la mejor atención posible”.

González Franco insistió en reforzar la coordinación entre niveles asistenciales, integrar la investigación en la práctica clínica y consolidar un modelo de atención basado en la evidencia y en la humanización. “Toda estrategia oncológica debe situar al paciente en el centro, garantizando la equidad, la calidad y la continuidad asistencial”.

El encuentro demostró que el Principado de Asturias se encuentra en un momento decisivo. Con la nueva Estrategia Oncológica autonómica en marcha, el impulso de la investigación biomédica y una comunidad sanitaria comprometida, la región avanza hacia un modelo más cohesionado y moderno.

Como resumió Óscar Veiras en la clausura: “Estamos en ese punto que nos obliga a actuar. Quien no coma verdura, que empiece; quien no haga deporte, que lo haga. Porque la salud —y el futuro del cáncer— depende de todos”.