Tuuuuuuuuuuuu, tuuuuuuuuuuu, tuuuuuuuuuuu.

Una voz femenina, cálida, amigable, cercana y de fácil acceso contesta:

– Hola buenos días, ¿es usted Pilar?

– Pero ¿cómo sabes que soy Pilar?

– Porque al tener su número de teléfono desde el cual me llama, además de reconocerla por la voz, sé que es usted Pilar, 58 años, nacida en Palencia y vecina de Madrid del barrio de Prosperidad y yo soy su asistente personal para las consultas médicas que necesite. Y además conozco perfectamente su historial clínico. Por cierto, ¿qué tal se recuperó de la bronquitis leve que padeció hace exactamente un mes y medio? ¿Cómo se encuentra?

– Pues…bien ya recuperada.

– Ya sé que ha tenido esta mañana la consulta con su médico y yo le voy a ayudar a hacer todas las gestiones que necesite.

– Pues la verdad…bla, bla, bla.

Después de 20 minutos de charla, sin ninguna prisa, donde Pilar le ha dicho a su interlocutor las razones por las que le llamaba, le ha dado instrucciones, fechas, citas y horarios para realizar pruebas rutinarias de sangre, orina…etc. y que con todo eso volvería a ponerse en contacto con ella para seguir las pautas del médico.

Ah, por cierto, el interlocutor, terminó indicando a Pilar que, desde ahora, estaría personalmente atendiéndola por teléfono 24 horas, 365 días al año para cualquier duda o necesidad que tuviera.

¡Fantástico!

Amabilidad, resolución de problemas, ayudas, trato respetuoso y cariñoso, que en cualquier persona es deseable, pero en los enfermos, aún más.

Pilar confesó a una de sus amigas que iba a llamar la compañía médica para que, por favor, le subieran el sueldo a su interlocutor o le dieran una mención, porque nunca se había sentido tratada ni atendida así en sus 58 años y que, por supuesto, le retuvieran en la empresa, porque no podrían desprenderse de personas tan amables y resolutivas al otro lado del teléfono en la atención al paciente o al cliente y además añadió Pilar, que el tono de voz era como muy cercano a una mujer y de su edad.

Pilar estaba hablando con su asistente personal de Inteligencia Artificial.

Sam Altman, el director de Open AI, hace unos días afirmaba que los trabajos actuales relacionados con soporte al cliente – por teléfono o por ordenador- serían los primeros en ser reemplazados porque la IA ya puede manejarlos muy bien, siendo más rápida, más eficiente y con menos errores.

En cualquier caso, no hace falta ser Sam Altman para darse cuenta de ello.

Sin duda alguna, será un gran avance para el mundo comercial, empresarial y de los negocios, pero donde creo que tendrá un desarrollo muy grande, será en el mundo de la salud.

Llegar a la consulta, eso sí, presencial con los profesionales de la sanidad, donde tengan toda la información del paciente, perfectamente, ordenada, analizada e incluso, ofreciendo alternativas para el diagnóstico y el tratamiento en tiempo real utilizando la IA ya no es ciencia ficción, es una realidad.

Los pacientes y los enfermos necesitamos un 70% de cariño y atención, el resto de tratamiento o medicación.

La confianza en la atención médica y en la atención al paciente es fundamental para mejorar nuestro espíritu y nuestra salud, por eso dicen que una actitud positiva ante la enfermedad mejora los tratamientos.

Podemos pensar que tenemos actualmente asistencias médicas telefónicas o por videoconferencia, pero poco avanzadas y de difícil acceso en zonas despobladas o poco asistidas por falta de medios humanos y honestamente espero que desaparezcan con mucha rapidez, si no avanzan y evolucionan con la tecnología y el tratamiento de la información utilizando la IA.

Tuuuuuuu, tuuuuuuuu, tuuuuuuu… Y muchos más tuuuuuuuuuuuus.

Si al final parece que cogen el teléfono y suele ser una máquina, porque se nota que es una máquina, responde sin alma.

Si conoce nuestra política de privacidad diga sí, y si no, se la cuento.

Si quiere la opción X marque 1, o marque dos si quiere la opción Z y la 3 si quiere la opción T y la 4 si quiere hablar con un profesional.

¡La cuatro!

Indique si el profesional es de 1, especialidad, 2 si tal 3 si cual…hasta 8 especialidades.

¡La 7!

Diga su nombre completo con claridad o teclee su número de DNI dígito a dígito…

¡Rafael Pérez 0123456!!

Ha dicho…Manuel Periz 123456, si es así, diga sí. Si no repita otra vez su nombre y número de DNI.

Tuuuuu, tuuuuuu,

¡Oiga,oiga,oiga! Se acaba de cortar la llamada.

Volviendo al director de Open AI cree que las profesiones que requieren una fuerte conexión humana, empatía y relaciones interpersonales – por ejemplo, la enfermería – deben estar protegidas frente a la IA, al menos de momento.

Aumentar la eficiencia de la sanidad no pasa por tener más profesionales, que también, sino de adaptarse a las nuevas tecnologías y cambios y ser mucho más eficaces y pensar que los pacientes, nos llamamos así por dos razones, una porque somos personas que sufrimos o padecemos y otra no menos importante, porque tenemos paciencia, es decir, somos aquellas personas que tenemos la capacidad de soportar o esperar sin alterarnos, aunque no siempre lo consiguen.

Esto es perfectamente extrapolable a cualquier empresa negocio o Administración Pública que piense más en los clientes y pacientes que en ellos mismos. La fidelidad no se consigue por los precios o por los beneficios sino por el trato, la confianza con la que deben ser capaces de transmitir.

Ah, ya están apareciendo los asistentes personales, que hacen por usted todas las gestiones que necesite, de momento, reservar viajes, restaurantes, entradas para espectáculos…etc., solo hay que decirles los parámetros que se quieren, fechas, precios, lugares, etc. ellos se encargan de todo lo demás.

Supongo que interactuar por ejemplo con las Agencias Tributarias o con las administraciones públicas tardará más, porque que están para otras cosas.

PD: El caso de Pilar, algo novelado es real. Pilar llamó a la empresa que la atendió, que es donde trabaja su hija y que tienen asistentes de IA. Comentó con su hija que la persona que le había atendido era magnífica, que quería hacer una tarta para que se la llevara a esta persona y que por supuesto, que hablara con los jefes para que nunca la despidieran.