De la necesidad de recurrir a la colaboración público-privada y de utilizar todos los recursos disponibles para poder atender de manera adecuada las crecientes necesidades de los pacientes, venimos hablando desde hace tiempo. En un mundo inmerso en la tecnología, en la innovación y en avances cada vez más rápidos, no podemos permitir que los pacientes queden atrapados en un sistema rígido e insuficiente, marcado por listas de espera insoportables y por la falta de agilidad en el acceso a la innovación. Bajo este prisma, quizás hemos de evolucionar el concepto de colaboración hacia la idea, cada vez más clara, de una complementariedad del sistema sanitario, en la que el sector público y el privado se hablen de tú a tú y en el mismo idioma.
Según los últimos datos del “Observatorio del sector sanitario privado”, publicado por la Fundación IDIS, la sanidad privada supone el 26% del gasto sanitario total y un 2,48% del PIB nacional. En este mismo informe, se destaca que el sector privado registró en el último año el 29,7% de las altas, atendió el 33,6% de las urgencias y realizó el 41,6% del total de las intervenciones quirúrgicas. La sanidad privada cuenta además con el 56% de los hospitales españoles (431 centros) y el 31% de las camas hospitalarias. Es cuando revisamos estas cifras cuando pensamos en que la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario solo puede pasar por la complementariedad y la integración.
Los modelos de colaboración, como son los conciertos, las concesiones o el mutualismo administrativo, han demostrado su eficacia a lo largo del tiempo, y así va a seguir siendo con los ajustes y actualizaciones que precisen, bajo los principios de transparencia, confianza y visión a largo plazo. No se trata de mantener los modelos dejándose llevar por la inercia, sino de actualizarlos y dotarlos de una mayor seguridad jurídica, con acuerdos claros y homogéneos en todo el territorio nacional. Si, en base a los modelos de colaboración, pudiera existir además una legislación de garantías, se podrían buscar soluciones cuando el sistema público excede los límites de espera considerados razonables. Porque lo que no parece razonable es que los pacientes tengan que esperar una media de más de 120 días para una intervención quirúrgica o más de 100 para una primera consulta con un especialista.
‘El sistema sanitario necesita reformas estructurales, mejorar su productividad, ser más ágil y eficiente’
En definitiva, parece que todos los datos apuntan a que la sanidad privada es un soporte clave sin el cual el Sistema Nacional de Salud no podría sostenerse. No en vano, los 12,5 millones de ciudadanos que cuentan con una póliza privada liberan recursos del sistema público al optar por la provisión privada.
Por otro lado, dentro del presupuesto público en sanidad, alrededor del 10% se destina a acuerdos con entidades privadas: desde la atención a funcionarios —de los cuales 1,66 millones eligen sanidad privada— hasta conciertos con hospitales, concesiones administrativas o servicios como ambulancias y oxigenoterapia. Estas alianzas no solo descargan al sistema público, sino que ofrecen respuestas concretas a los pacientes.
Con todo esto, el sistema sanitario necesita reformas estructurales, mejorar su productividad, ser más ágil y eficiente. Porque cada demora en un diagnóstico no es un número más en una estadística, sino una persona esperando. Del mismo modo, la medición y publicación de resultados sanitarios es un ejercicio de transparencia necesario, tanto para el paciente como para los propios profesionales. La Fundación IDIS lleva años midiendo, a través del Estudio RESA, las áreas de calidad, eficiencia, accesibilidad, y resolución asistencial, con más de 100 indicadores recogidos en casi 140 hospitales y centros, analizando más de 20 millones de datos. Esta labor de es clave para mejorar el sistema y adaptarlo a las necesidades de los pacientes. Esto, junto a las reformas necesarias, integración, complementariedad, y utilización de todos los recursos disponibles, llevará a superar los retos que tiene por delante el sistema sanitario de nuestro país.
Mayte Segura Sanz, Directora de Comunicación de la Fundación IDIS
msegura@fundacionidis.com