La estrategia de enfermedades respiratorias hay que afrontarla en el futuro en relación con la pandemia del COVID-19, “es un tema que no por ser repetido deja de seguir estando de actualidad”, así lo puso de manifiesto Luis Rosado, director de New Medical Economics durante su introducción como moderador de la mesa de debate y trabajo que organizó NME en colaboración con Chiesi a través de su Canal Online y que llevó por título: “Diálogo sobre la estrategia de salud respiratoria”, centrado en Cataluña.

En este sentido, a fecha de 7 de julio de 2020, día de la celebración de este diálogo y coincidiendo con el semestre de aparición de la pandemia, existían 11.700.000 pacientes infectados en todo el mundo, de los cuales hubo 540.000 fallecidos. En España están registrados 300.000 casos, y se estima, por lo menos en las cifras oficiales, 28.300 muertos.
Rosado explicó que llevamos cien días de esta aparición de pandemia, pero también de la aparición de una nueva enfermedad. “Es importante no confundir las dos cosas, es una pandemia asociada al nacimiento de una nueva enfermedad”, argumentó en su discurso.

En esta mesa redonda, en la que el moderador quiso que se enfocara en positivo, contaron con ponentes que abarcan de forman global y complementaria el sector salud de Cataluña. Participaron en él: Yolanda Fernández, presidenta de la asociación AIRE (Asociación Catalana de Pacientes con Enfermedades Respiratorias Avanzadas y Trasplante Pulmonar); Joaquim Gea Guiral, director del Comité de Pregrado de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) y jefe de servicio de neumología en el Hospital del Mar; Francisco Martínez Jiménez, gerente Relaciones Institucionales de Chiesi España; Eugeni Paredes Costa, vocal en Lleida de la CAMFiC (Societat de Medicina Familiar Comunitària); Caridad Pontes García, gerente del Medicamento del CatSalut; y Rafael Ruiz Riera, director Estratégic Atenció Primaria del Departament de Salut.

La primera pregunta que el moderador dirigió a los ponentes fue: “¿Qué es lo que mejor ha funcionado, desde vuestras responsabilidades, durante la pandemia?”. Joaquim Gea resaltó el entusiasmo de los profesionales y la manera en que se implicaron. También mencionó la capacidad de invención e iniciativa, ya que ante la falta de material aparecieron máscaras de Decathlon, impresoras 3D… “Yo diría sobre todo las personas, no he visto nunca un entusiasmo general en atender a los pacientes y en atenderlos lo mejor posible”, dijo. Francisco Martínez considera que hay algo que de repente se ha puesto en valor y es la sanidad pública, “es la que realmente nos está cuidando; es un área en la que destaca del resto del país”. El gerente de RRII de Chiesi también estuvo de acuerdo con la respuesta del Dr. Gea, en la generosidad del profesional sanitario, “la población tiene que verlo como algo de valor incalculable”. Caridad Pontes subrayó la capacidad de gestión pensando en dar servicio, “la implicación de todo el sistema sanitario y de toda la sociedad en intentar solucionar un problema gravísimo que nos vino”.

Por su parte, Eugeni Paredes, quiso hablar de las cosas que no funcionaron, “al inicio de la pandemia había una falta de protocolos claros, también ha habido poca participación de los médicos especialistas en medicina familiar y comunitaria en los protocolos territoriales”. A su juicio, la enfermedad al principio vino muy centrada por la neumonía, que es la forma clínica más grave pero no la mayoritaria, “la mayoría son enfermos leves”. Otra de las cosas que para él no funcionaron fue la complicidad de los profesionales con la Administración y viceversa. El Dr. Paredes acabó su intervención en positivo, piensa que la capacidad de los centros de salud y de servicios hospitalarios en elaborar e implementar planes de contingencia es espectacular. Además, destacó la respuesta individual y la adaptación de los usuarios del sistema sanitario público. Rafael Ruiz también cree que se pueden decir muchas cosas que no han funcionado, “hemos ido con la técnica de ensayo-error, pero hay cosas que sí han funcionado”.

El Dr. Ruiz se mostró de acuerdo con las valoraciones positivas de sus compañeros de mesa, y añadió la capacidad de coordinación entre niveles asistenciales, “esto viene de un histórico de hace años y seguramente la experiencia hizo que en un momento de urgencia se hiciera todo de una manera mucho más eficaz y eficiente”. Por último, Yolanda Fernández contó cómo habían vivido los pacientes de su Asociación toda esta situación pandémica. “Al principio lo pasamos muy mal porque todos somos pacientes de riesgo y no estábamos preparados. Para calmarnos hablamos con el Hospital Clinic e hicieron una formación que nos sirvió para tranquilizarnos. Además, hablamos con el Vall d’ Hebrón y el Hospital de Bellvitge, al tener toda la información necesaria pudimos alcanzar y dar tranquilidad a todos los asociados”. Según Yolanda, la asociación llegó a lo que Sanidad no podía, “lo primero que les dijimos es que no salieran de casa y más adelante, hicimos de un socio una llamada, en la cual llamábamos cada semana para ver cómo estaban los asociados e intentar calmar sus nervios y angustia”.

Seguidamente el director de New Medical Economics preguntó sobre lo que se debería hacer en un futuro para que todo esto siguiera así, al menos en Atención Primaria. Para Rafael Riera la Atención Primaria tiene que ser el primer eslabón de todo este engranaje, “durante la pandemia, en Primaria es donde se ha atendido al 85% de los pacientes que presentaban algún tipo de síntoma compatible con la COVID”. El Dr. Riera explicó que se ha adquirido mucho conocimiento y esto “nos da fuerza para orientarnos y adelantarnos en los próximos picos de la enfermedad”. También considera que es importante utilizar los datos, “hemos podido analizarnos y ahora estamos en disposición de introducir en la historia clínica de Primaria una especie de algoritmo de predicción del riesgo del paciente”. “Eso nos permitirá centrarnos mucho en la población más vulnerable e insistir en las medidas preventivas”, argumentó.

Otro tema que se puso de manifiesto durante el debate es si nuestros hospitales estarían preparados para una nueva ola de la pandemia. Joaquim Gea cree que habría que tener en cuenta a los pacientes que no pudieron ser atendidos y que no eran enfermos de COVID, “este es un aspecto en el que estaríamos preparados, también hay ya planes de contingencia en todos los centros hospitalarios, además tenemos más experiencia”.

El moderador del encuentro mencionó la posibilidad de que Atención Primaria sea quien teste y haga la trazabilidad de los pacientes con COVID para evitar los rebrotes, “¿esto se podría hacer sin cambiar el sistema de Atención Primaria tal como funcionaba anteriormente?”, preguntó Rosado a Eugeni. “Es evidente que esta función de testar, trazar y aislar a casos y a contactos es enormemente compleja. No tanto para el caso en cuestión sino por el contacto”, dijo el Dr. Paredes. En cuanto a la realización de esas funciones comentó que hay dos tiempos fundamentales y distintos, “ahora disponemos de test diagnósticos, que tampoco son óptimos para hacer un cribaje y para descartar casos, pero se nos ha complicado enormemente. Muchas de las personas que dan negativo se relajan y pueden estar transmitiendo la enfermedad”. El Dr. Paredes cree que tiene que haber una conexión entre la Atención Primaria y la Agencia de Salud Pública, además considera que es muy complicado, al menos en el momento actual.

Uno de los problemas que surgió durante la fase pandémica más dura fue el fallo de los suministros, “¿por qué pasó?, ¿deberíamos asegurar los suministros modificando el sistema actual?”, cuestionó el moderador a los ponentes. Según Caridad Pontes, las previsiones requieren, por una parte, que conozcamos a la enfermedad y las necesidades que va a generar, como también anticipar el grado de demanda que va a representar para el sistema sanitario. “Ahora ya sabemos un poco cuáles son las necesidades que tenemos para afrontar esta enfermedad y no necesariamente son de tipo farmacológico. En este caso nos ha hecho perder bastante tiempo, utilizando medicamentos que no tenían evidencias suficientemente robustas como para poder garantizar que estamos dando medicamentos que reducían el impacto de la enfermedad”, explicó Caridad.

Para ella, las necesidades son básicamente de tipo asistencial, mientras “esperamos que tenga alguna solución más definitiva”. En este momento, en palabras de la experta, se pueden hacer previsiones de materiales de protección, “aquí ha habido cierta confusión y problemas de coordinación iniciales, había problemas de acceso a estos mercados, ha sido de una competitividad extrema porque todo el mundo estaba intentando satisfacer las mismas necesidades esenciales”. En este sentido, Pontes mostró el lado más positivo, “hemos tenido la capacidad de rectificar y permitir que cada una de las administraciones haya podido acceder a estos materiales de forma ágil”. También resaltó la implicación de nuestro sector industrial y su experiencia comercial con China en todos los sectores, “ha habido que adaptarse a que la Administración haga compras con adelantamiento de pagos previos a la previsión de todos los materiales, es absolutamente inusual, pero se ha podido hacer”.

Luis Rosado también preguntó a la representante de los pacientes que cómo afrontaría un nuevo pico de la pandemia. Yolanda Fernández cree que estaría todo el mundo más tranquilo y controlado. “Los enfermos estarán más preparados que la gente que no esté enferma, porque tienen riesgo y tienen muy marcadas las medidas de precaución. Si viene otra pandemia las cosas que se han quedado en el tintero se podrían solucionar, además de esa atención individualizada a cada enfermo”, contó.

En este bloque de preguntas, el director de New Medical Economics se dirigió al gerente de RRII de Chiesi para preguntarle las aportaciones que puede hacer la industria farmacéutica ante una nueva situación de pandemia y las previsiones para poder ayudar a solucionar problemas de la sociedad en el futuro. “Podemos garantizar el suministro y que no haya desabastecimiento de los fármacos básicos a nuestros hospitales, a nuestros pacientes, a nuestra sociedad”, dijo Francisco Martínez. Además, resaltó que Chiesi ha estado en primera línea, suministrando incluso al Hospital Ifema productos que fueron solicitados en su momento. En palabras del representante de Chiesi, otra aportación que en este momento están inmersos es en la colaboración de proyectos de interés mutuo con los profesionales sanitarios del país, “estamos trabajando en colaboración con la Sociedad Catalana de Medicina de Familia, para formar a los médicos de AP en técnicas de ecografía pulmonar, que va a ser básica para detectar las secuelas del COVID”. Martínez destacó que en Cataluña se está dando formación a 200 centros de Atención Primaria, “este tipo de proyectos colaborativos tienen un valor muy importante en este momento”.

Para finalizar el debate, Rosado quiso saber las lecciones que se habían aprendido de la COVID-19 y si realmente se va a cambiar algo en cada una de las organizaciones que representa cada ponente. “La primera es una lección de humildad, debemos tener los ojos bien abiertos a lo que pasa fuera”, dijo Rafael Ruiz. Según el Dr. Ruiz, “también nos llevamos la capacidad de flexibilidad que tenemos como sistema”. Además, cree necesario tener un punto de anticipación en todo esto. En la misma línea se mostró Caridad Pontes, quien piensa que podemos ser más eficientes, “tenemos que creer en nuestra propia capacidad de mejorar nuestros sistemas y aprovechar las oportunidades que nos brinda la crisis para poder mejorar”. Pontes añadió que tenemos que aprender una lección que, “al menos desde el medicamento ha sido muy obvia, de cómo la urgencia nos ha llevado a hacer cosas sin evidencia”. Otra lección aprendida que destacó es la coordinación sin protagonismos y por último que “es muy importante proteger nuestro tejido productivo”.

Por su parte, Eugeni subrayó el nivel de formato de trabajo y la forma de protegernos en términos de bioseguridad. Este experto aseguró que habrá un antes y un después en la atención a los pacientes con gripe y con los diferentes virus respiratorios. Continúo su intervención hablando de la ecografía pulmonar, “ha venido ara quedarse” y de la interrelación con otros especialistas, “esto se ha visto muy reforzado; se ha visto que nadie es imprescindible pero todos juntos somos necesarios”.

Francisco Martínez piensa que todo se ha definido en una palabra “colaboración”: “me llevo un espíritu de colaboración que se ha reforzado en estos meses y que no tiene vuelta atrás”. Joaquim Gea se queda con las lecciones de humildad y buen hacer del personal sanitario y, lamentablemente, con la dependencia absoluta del exterior en sectores estratégicos. Desde el punto de vista hospitalario, el Dr. Gea destacó la capacidad de trabajar en equipo y en total colaboración con el resto de servicios del hospital. También hubo mención para los profesionales, quienes “llegaron muy al límite del agotamiento y ahora se empiezan a ver secuelas importantes de tipo psicológico. Deberíamos quedarnos con esa experiencia para tener algún dispositivo de protección y soporte emocional para el personal sanitario”. El colofón a este encuentro lo puso la presidenta de AIRE, “me llevo la gran solidaridad y la parte humana de todos, nos hemos ayudado en todo momento como una gran familia”.