El Salón de Actos de la Conselleria de Salut de las Islas Baleares acogió el pasado 6 de octubre el Encuentro de Expertos “Estrategias Sanitarias Oncológicas: Presente y Futuro”, organizado por New Medical Economics, con la colaboración de la Conselleria de Salut y el patrocinio de Amgen, la alianza Daiichi-Sankyo | AstraZeneca, GSK y MSD.

El encuentro, que también fue retransmitido por streaming, reunió a gestores, investigadores, clínicos y pacientes con un objetivo común: avanzar hacia la excelencia en el proceso asistencial del paciente oncológico en Baleares, abordando la prevención, la investigación, la innovación tecnológica y la humanización.

La inauguración corrió a cargo de Manuela García Romero, consejera de Salud y Consumo, quien destacó la importancia de “seguir trabajando en la prevención, el diagnóstico precoz y la atención integral de los pacientes oncológicos”.

García Romero subrayó el compromiso del Govern Balear con la mejora continua de la atención sanitaria y el impulso de estrategias que permitan detectar los tumores en fases iniciales. “El cáncer es una prioridad de salud pública y debemos afrontarlo desde todos los ámbitos: clínico, social, tecnológico y humano”, apuntó.

Por su parte, José María Martínez García, presidente ejecutivo de New Medical Economics y moderador del encuentro, agradeció la colaboración de la Conselleria y el respaldo de las compañías patrocinadoras. “Este tipo de espacios son necesarios para compartir conocimiento y avanzar hacia un modelo sanitario basado en la excelencia y la experiencia del paciente”, destacó.

La prevención y la coordinación, claves de la Estrategia del Cáncer

La jornada comenzó con la intervención de Alberto Anguera Puigserver, coordinador de Sanidad de la Dirección General de Salud Pública, hizo hincapié en la necesidad de reforzar la prevención primaria y secundaria, mediante campañas de sensibilización y cribados poblacionales. “Detectar a tiempo salva vidas. Los programas de cribado son la herramienta más coste-efectiva de la sanidad pública”, sostuvo.

En la misma línea, Guillem Artigues Vives, coordinador de la Estrategia del Cáncer en Baleares, quien explicó que el plan autonómico se articula en seis líneas estratégicas centradas en la promoción de la salud, la atención sanitaria, la información, la investigación, la salud mental y la atención al superviviente.

“El objetivo es reducir la incidencia, mejorar la calidad de vida y garantizar la equidad en el acceso”, afirmó, recordando que la estrategia se inspira en el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer y en la Estrategia Nacional.

Por su parte, Patricia Lorente Montalvo, subdirectora de Atención Primaria y Atención a las Urgencias Extrahospitalarias del IBSALUT, destacó el papel de la coordinación entre niveles asistenciales. “Sin integración entre atención primaria, hospital y salud pública, el sistema no podrá sostener la creciente demanda oncológica”, advirtió.

Estrategias oncológicas en Baleares: innovación, datos y humanización al servicio del paciente

La primera mesa de debate, titulada “Estrategias Sanitarias Oncológicas: Presente y Futuro”, estuvo moderada por José María Martínez García, presidente ejecutivo de New Medical Economics, y reunió a Rocío Amézaga Menéndez, Guillem Artigues Vives, Antònia Barceló Bennàsar, Carme Bosch Calero y Amador Ruiz Torrejón.

El intercambio de ideas puso de manifiesto la necesidad de construir una estrategia oncológica sólida y transversal en Baleares, en la que confluyan la investigación biomédica, la innovación tecnológica, la equidad asistencial y la salud mental como componentes inseparables de la atención al paciente.

Rocío Amézaga, subdirectora de Atención Hospitalaria y Salud Mental del IBSALUT, señaló que la prioridad pasa por “fortalecer los circuitos de coordinación entre niveles asistenciales, aprovechar los recursos disponibles y asegurar la continuidad asistencial”. Para ello, subrayó, es imprescindible avanzar en la gestión integrada y en la evaluación de resultados en salud.

Por su parte, Guillem Artigues, coordinador de la Estrategia del Cáncer en Baleares, destacó que el nuevo plan autonómico “nace con la ambición de homogeneizar la atención, impulsar la investigación y situar al paciente en el centro de las decisiones clínicas”. Recordó que esta estrategia se alinea con el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer y con la Estrategia Nacional, poniendo el foco en la prevención, la equidad y la innovación.

Antònia Barceló, directora científica del IdISBa, recalcó el papel del instituto como motor de conocimiento y transferencia científica: “Baleares cuenta con un ecosistema de investigación muy competitivo y con una fuerte proyección en terapias avanzadas, pero debemos acelerar la traslación de resultados a la práctica clínica. La investigación solo tiene sentido si mejora la vida de las personas”.

El componente tecnológico también tuvo un papel destacado. Amador Ruiz Torrejón, coordinador autonómico de Sistemas de Información Asistencial del IBSALUT, expuso el trabajo que se está realizando para mejorar la interoperabilidad de los sistemas y el uso responsable del dato sanitario: “El dato clínico pertenece al paciente. Nuestro deber es custodiarlo con rigor, garantizar su privacidad y aprovechar su potencial para generar valor en la atención y en la investigación”.

Desde una perspectiva más humana, Carme Bosch Calero, directora general de Salud Mental, recordó que la atención al cáncer no puede desligarse de la salud emocional: “El cáncer no solo afecta al cuerpo, sino también al alma. Incorporar la atención psicológica y social dentro de los circuitos asistenciales es fundamental para acompañar al paciente en todas las fases de la enfermedad”.

La mesa concluyó con una idea compartida por todos: el futuro de la atención oncológica en Baleares dependerá de la capacidad de conectar ciencia, tecnología y humanismo. La digitalización y la investigación deben servir como herramientas para construir un sistema más eficiente, pero también más cercano y compasivo.

El recorrido del paciente oncológico: coordinación, empatía y acompañamiento en todas las fases

La segunda mesa de debate, titulada “El proceso asistencial del paciente con cáncer”, estuvo moderada por Gabriel Rojo Rodríguez, subdirector de Humanización, Atención al Usuario y Formación del IBSALUT, y reunió a voces complementarias que reflejaron la realidad diaria de la atención oncológica en Baleares: Antonia Sampol Mayol, Josefa Terrasa Pons, Icíar Martínez López, José Reyes Moreno, Pilar Arévalo Alonso y Miguel Rubio Esteban.

El diálogo giró en torno a una idea transversal: el proceso asistencial del paciente con cáncer no puede entenderse sin coordinación, comunicación y empatía. Los participantes coincidieron en que el éxito del abordaje oncológico depende tanto de la calidad científica como de la experiencia vivida por el paciente y su entorno.

Josefa Terrasa, jefa de Oncología Médica del Hospital Universitario Son Espases, subrayó la necesidad de estructuras asistenciales más cohesionadas y continuas: “Necesitamos unidades funcionales multidisciplinares y gestores de casos que acompañen al paciente desde el diagnóstico hasta la supervivencia. Solo así garantizamos una atención realmente integral”.

Por su parte, Antonia Sampol, jefa del Servicio de Hematología y Hemoterapia del mismo hospital, destacó el papel de los comités de tumores como espacios esenciales para la toma de decisiones compartidas: “Cada caso debe analizarse desde una perspectiva integral. No hay dos cánceres iguales ni dos pacientes iguales. La personalización del tratamiento empieza en el trabajo en equipo”.

La visión científica se completó con la intervención de Icíar Martínez, coordinadora de la Unidad de Diagnóstico Molecular y Genética Clínica (GENIB) de Son Espases, quien puso el foco en la revolución que supone la genética de precisión: “Las pruebas moleculares nos permiten adaptar los tratamientos al perfil biológico del tumor y del paciente. Es un cambio de paradigma: tratamos a personas, no solo a enfermedades”.

Desde el ámbito social y asociativo, José Reyes Moreno, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Baleares, recordó el papel fundamental de las entidades de pacientes en la red asistencial: “La AECC no solo financia investigación, también acompaña, escucha y apoya. La humanización no es un complemento: es una parte inseparable de la cura”.

También mostraron su perspectiva los pacientes expertos Pilar Arévalo y Miguel Rubio, quienes compartieron su experiencia personal con valentía y gratitud, recordando que el cáncer se vive más allá del hospital. “El paciente necesita sentirse escuchado, comprendido y acompañado. Saber que no estás solo en el camino es, a veces, el mejor tratamiento posible”. Sus testimonios sirvieron como recordatorio de que la humanización del sistema no solo se mide en tiempos de espera o protocolos, sino en gestos, empatía y comunicación.

El moderador, Gabriel Rojo, concluyó la mesa resaltando el valor de la escucha activa y la participación del paciente en la toma de decisiones: “La voz del paciente no debe oírse solo al final del proceso, sino desde el principio. Humanizar la atención es hacerla más participativa, más cercana y más consciente”.

Esta mesa dejó patente que el camino hacia la excelencia asistencial en oncología pasa por una red sanitaria interconectada, emocionalmente inteligente y centrada en las personas, donde cada profesional, investigador y paciente desempeña un papel esencial.

La jornada concluyó con un mensaje unánime: el abordaje del cáncer debe ser global, interdisciplinar y centrado en la persona. Durante el debate final, los participantes coincidieron en la necesidad de reducir los tiempos de espera, impulsar la investigación, fortalecer la red asistencial, integrar la salud mental y digitalizar los procesos clínicos, sin perder nunca de vista el valor humano que da sentido a la atención sanitaria.

El evento fue un claro ejemplo de diálogo constructivo y colaboración interinstitucional, donde la ciencia, la gestión y la empatía encontraron un espacio común. Los profesionales coincidieron en que la excelencia en oncología no depende únicamente de los avances tecnológicos, sino de la capacidad del sistema para escuchar, acompañar y comprender a quienes viven la enfermedad.