Con motivo del Día Mundial de la Trombosis, el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza acogió la jornada divulgativa “¡Vamos a hablar de TROMBOSIS!”, organizada por New Medical Economics en colaboración con la Comisión de Enfermedad Tromboembólica (CETE) del hospital y con el patrocinio de Daiichi-Sankyo. El encuentro reunió a expertos de diferentes especialidades y a un paciente experto, con el objetivo de promover la concienciación, el trabajo en equipo y la educación sanitaria en torno a una enfermedad silenciosa pero potencialmente mortal.

El encuentro comenzó con la intervención de la Dra. Carmen Fernández Capitán, exjefa de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario La Paz (Madrid), miembro de RIETE y coordinadora del área de trombosis de ASEMEVE, quien ofreció una sesión magistral sobre la ‘Evolución de la Enfermedad Tromboembólica a lo largo del tiempo’.

Con una narrativa apasionada y didáctica, repasó los hitos históricos del diagnóstico y tratamiento de la trombosis, desde los tiempos de Hipócrates hasta la medicina actual.

“Sería fundamental crear una auténtica escuela de pacientes en trombosis. La información salva vidas, y los pacientes deben entender su enfermedad, su tratamiento y cómo prevenir complicaciones”, subrayó la doctora, que insistió en la necesidad de trasladar el conocimiento clínico a la población general.

Fernández Capitán recordó además cómo la historia de la medicina ha avanzado gracias a la curiosidad científica y la observación: “Durante siglos, la trombosis fue un misterio asociado a los ‘malos humores’. Hoy sabemos que detrás hay una compleja interacción de factores y que el abordaje multidisciplinar es fundamental para mejorar el tratamiento y pronóstico de la enfermedad, pero sigue siendo igual de necesario educar y sensibilizar para prevenirla”.

La voz del paciente: educación, cercanía y confianza

La mesa de debate que siguió, estuvo moderada por José María Martínez García, presidente de New Medical Economics y se inauguró con un mensaje de agradecimiento y reflexión sobre el papel de la comunicación rigurosa en salud: “Nuestro objetivo no es difundir rumores ni titulares vacíos, sino ofrecer información veraz y útil que ayude a los profesionales y a los pacientes a tomar conciencia de la realidad sanitaria”.

La participación de Luis Méndez Maluenda, paciente experto, aportó un valioso testimonio sobre la experiencia real de convivir con la enfermedad. Recordó el impacto emocional y físico de su diagnóstico y puso en valor la importancia del acompañamiento clínico:

“Saber que puedo contactar con mi equipo y recibir una respuesta rápida me da tranquilidad. La confianza y la cercanía son tan importantes como el tratamiento”.

Méndez insistió en la necesidad de acercar la educación sanitaria a la atención primaria y a los centros de salud, “porque es donde los pacientes viven su día a día y donde más se puede prevenir”.

Su intervención sirvió de punto de partida para un debate sobre la importancia de la información de calidad, la continuidad asistencial y el papel activo del paciente en la prevención de eventos trombóticos.

El valor del trabajo en equipo

Desde el ámbito de la Hematología, la Dra. Olga Gavín Sebastián, especialista del Servicio de Hematología y Hemoterapia y presidenta de la CETE, destacó la necesidad de coordinación entre servicios: “El paciente debe saber dónde acudir, a quién dirigirse y confiar en un equipo cohesionado. Nuestro objetivo es formar, protocolizar y humanizar la atención”.

Gavín explicó que la CETE trabaja en objetivos concretos como la acreditación de la unidad, la formación continuada y la mejora de la comunicación con el paciente: “A veces damos por hecho que la información llega, pero la realidad es que el paciente necesita mensajes claros, visuales y repetidos. Desde un cartel en una sala de espera hasta una llamada de seguimiento pueden marcar la diferencia”.

En la misma línea, la Dra. Miriam Merchante Andreu, especialista en Farmacia Hospitalaria y miembro de la CETE, alertó sobre la necesidad de mantener la vigilancia con los nuevos anticoagulantes: “Siguen siendo medicamentos de alto riesgo. Debemos mantener la conciliación de tratamientos y el seguimiento activo del paciente, porque un solo error puede tener consecuencias graves”.

Merchante recordó además que uno de cada cuatro pacientes no mantiene la adherencia al tratamiento anticoagulante a los doce meses: “La adherencia es eficacia. No basta con prescribir; hay que acompañar”.

El papel esencial de la enfermería

La enfermera Vanesa Ramos Abril, supervisora de Medicina Interna y Neumología, resaltó la importancia de la educación terapéutica desde las consultas de Enfermería, donde cada año se atienden más de 4.000 visitas: “Les enseñamos cómo manejar su tratamiento, qué hacer ante un olvido o un sangrado, y resolvemos dudas que les generan ansiedad. La educación es prevención”.

La Dra. Olga Gavín añadió que la continuidad de cuidados es una de las grandes fortalezas del hospital: “Cuando el paciente sabe dónde acudir, se evita la desinformación y se gana en confianza. Esa fidelización del paciente es clave para garantizar seguridad y calidad asistencial”.

Miradas clínicas: protocolos y prevención

La visión multidisciplinar quedó patente en la mesa de debate, en la que participaron profesionales de distintas áreas.

El Dr. José Miguel Fustero Aznar, especialista en Angiología y Cirugía Vascular, recordó que “el diagnóstico de trombosis venosa profunda es una de las principales causas de consulta en urgencias”, y subrayó la necesidad de reforzar la educación del paciente sobre la gravedad y las posibles secuelas de la enfermedad.

Desde el ámbito neurológico, el Dr. Carlos Tejero Juste, responsable de la Unidad de Ictus, explicó que la protocolización y la homogeneidad entre hospitales son esenciales: “Trabajar con protocolos estandarizados evita errores y mejora la seguridad. En Aragón, los servicios de farmacia nos ayudan a unificar criterios en todos los centros”.

Por su parte, la Dra. Irene Torres Ramón, especialista en Oncología Médica, apuntó que los pacientes oncológicos presentan un riesgo especialmente elevado: “La trombosis puede impactar no solo en el pronóstico del cáncer, sino también en la calidad de vida. Por eso, la prevención y el seguimiento terapéutico multidisciplinar resultan fundamentales”.

El Dr. José Mª Zamora Rodríguez, jefe de Sección de Traumatología, centró su intervención en la tromboprofilaxis: “Estamos muy concienciados con la prevención farmacológica y mecánica, pero también debemos perder el miedo a movilizar al paciente antes. Caminar pronto no es un capricho, es prevención”.

Finalmente, la Dra. María Sánchez Ballestín, especialista en Radiología Vascular Intervencionista, destacó la importancia de la coordinación entre especialidades:

“La enfermedad tromboembólica tiene muchas escalas de grises. Necesitamos comunicación ágil y recursos suficientes para identificar a los pacientes que más se benefician de los tratamientos avanzados”.

Gestión, innovación y visión institucional

Desde la Dirección, el Dr. Adrián Rodríguez García, subdirector médico de Servicios Quirúrgicos, defendió la necesidad de reforzar la comunicación y el acompañamiento como elementos de calidad asistencial: “Generar confianza reduce la ansiedad del paciente y mejora los resultados. Debemos buscar fórmulas para mantener ese contacto humano pese a las limitaciones de recursos”.

El Dr. Diego Rodríguez Mena, director médico del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, cerró la jornada destacando el compromiso institucional con la mejora continua: “Nuestro papel es abrir oportunidades, incorporar innovación y coordinar con la Consejería de Sanidad las líneas de mejora que garanticen una atención integral y de calidad a cada paciente”.

La jornada “¡Vamos a hablar de TROMBOSIS!” evidenció que la prevención y el tratamiento eficaz de la enfermedad tromboembólica exigen mucho más que buenos fármacos: requieren educación, comunicación y trabajo en equipo.

El compromiso de los profesionales aragoneses, desde la Hematología a la Enfermería, pasando por la Farmacia, la Radiología o la Dirección Médica, demuestra que la trombosis se combate con conocimiento, cercanía y coordinación.

Como expresó la Dra. Carmen Fernández Capitán, “la información salva vidas”. Y es precisamente esa educación del paciente, unida al abordaje multidisciplinar, la que permitirá seguir avanzando hacia una atención más humana, segura y eficaz para las personas que conviven con esta enfermedad silenciosa.