La IA ha llegado a nuestras vidas con un ímpetu que en el sector de la farmacia está revolucionando el mundo del medicamento con el diseño de nuevos fármacos de varias maneras, aunque, de momento, a la IA le queda mucho recorrido con un futuro difícil de precisar en avances.

En primer lugar, creo que la IA permite analizar enormes volúmenes de datos de todo tipo, pero especialmente los referidos a la genómica y moleculares que llevará a identificar distintas terapéuticas con mayor precisión. También agiliza el proceso de simulación y modelado molecular, lo que acelera la identidad de compuestos prometedores.

Hace unos años era impensable prever que la IA facilitaría la predicción de la toxicidad y la eficacia de los medicamentos, reduciendo así el tiempo y los costos de desarrollo, hoy esto ha cambiado radicalmente. En definitiva, la IA no solo acelera el proceso, sino que también los hace más precisos y efectivos.

Pese a que la aplicación de la IA es reciente, cada día la industria farmacéutica y la farmacia en general utiliza habitualmente este soporte tecnológico revolucionario. El uso cada vez mayor de la IA para el diseño de los medicamentos, evaluar sus riesgos y el de los productos farmacéuticos, la ciberseguridad que tanto preocupa como el tratamiento de datos personales fundamentales en las recetas médicas, de todo, aunque las dudas existan habrá que tener una especial observancia.

El reglamento que desarrolla la aplicación de la IA se aprobó por el Parlamento Europeo en 2024, en dicho reglamente se establece las obligaciones según el nivel de riesgo que exista y del producto de que se trate. Evidente resulta que a nivel nacional deberá desarrollarse la norma correspondiente que cubra la demanda cada vez mayor de información de la IA y el alcance que deberá tener esa normativa.

‘La IA viene a complementar aquella función con perspectivas mucho más precisas’

En las oficinas de farmacia, además de en la industria farmacéutica, la IA también tiene su incidencia, aún recuerdo el impacto que tuvo la atención farmacéutica a la hora de aclarar/asesorar a los ciudadanos acerca de la utilización de los medicamentos; hoy la IA viene a complementar aquella función con perspectivas mucho más precisas, si cabe.

Por ello, la farmacia tiene que observar una especial cautela con las normas de aplicación de la IA; el análisis de tratamientos, supervisión de los medicamentos que se recomiendan a los pacientes y la gestión de datos personales y sanitarios hacen que sea todo el entramado absolutamente sensible; los temas de relacionados con la salud tienen una alta protección por lo que las medidas preventivas que deben adoptar son adicionales.

Ante la extraordinaria novedad está claro que los profesionales de la farmacia, fundamentalmente de la comunitaria (que pudiera ser el eslabón más débil) deberán estar especialmente atentos, haciendo la formación necesaria para la utilización responsable de la IA, valiéndose igualmente del asesoramiento profesional y tecnológico que corresponda.

Un mundo revolucionario y tecnológico ha llegado a nuestras vidas con la IA, debemos aprovechar cuanto positivo sea en su aplicación, cuidando cumplir con las normas legales que se impongan y desarrollen y considerando que quedarse atrás en esta carrera de fondo conducirá a no estar en el mercado y en la satisfacción de las expectativas de los pacientes.