La enfermería es hoy uno de los pilares más sólidos —y menos reconocidos— del sistema sanitario europeo. Mientras los indicadores económicos y de gestión se centran en el gasto y la eficiencia, una gran parte de la innovación real ocurre en el ámbito invisible del cuidado.

Este artículo, basado en el informe EuroHealthNet (2025), propone una lectura disruptiva: la enfermería no es un coste asistencial, sino un activo económico y social clave para cerrar la brecha de desigualdades en salud.

A través de la evidencia, la práctica avanzada y modelos como el proyecto Cuidar en Red, la enfermería demuestra que medir su impacto es medir la sostenibilidad de Europa.

La innovación que no se contabiliza

El informe EuroHealthNet – CHAIN (2025) alerta de un estancamiento en la reducción de las desigualdades sociales en salud dentro de la Unión Europea. La esperanza de vida puede variar hasta 10 años entre grupos sociales, y los determinantes estructurales —educación, ingresos, vivienda, género o salud mental— siguen marcando la diferencia.

Sin embargo, la innovación sanitaria sigue siendo evaluada en términos de tecnología dura y gasto hospitalario, ignorando el impacto económico y social de los cuidados profesionales liderados por enfermería.

La falta de medición del valor enfermero no solo invisibiliza su aportación científica, sino que distorsiona la percepción del sistema sanitario como un modelo centrado en el tratamiento, no en la prevención ni en la equidad.

Enfermería: el motor invisible del crecimiento en salud

El gasto sanitario de los países de la UE se enfrenta a un desafío doble: la presión del envejecimiento poblacional y la cronificación de enfermedades. La respuesta a ambos procesos no está únicamente en más tecnología, sino en nuevas formas de cuidado.

Las enfermeras actúan como agentes de innovación, optimizando recursos, reduciendo hospitalizaciones, mejorando adherencias terapéuticas y generando bienestar comunitario. Todo ello tiene un valor económico directo —en ahorro, productividad y sostenibilidad— que raramente se incluye en los indicadores oficiales.

Un ejemplo ilustrativo son los programas de deporte-terapia y cuidados personalizados liderados por enfermeras, donde la práctica física se integra como herramienta de salud, prevención cardiovascular y mejora del bienestar mental.

‘La sostenibilidad hospitalaria no es una moda pasajera ni una estrategia institucional’

Estos programas, además de reducir costes, fortalecen el tejido social y generan empleo local, especialmente cuando se coordinan desde la atención primaria y comunitaria.

Agentes de innovación enfermera: el liderazgo que transforma

El nuevo perfil de agente de innovación enfermera surge en respuesta a los desafíos del siglo XXI. No es una figura conceptual, sino real: profesionales que combinan ciencia, tecnología, gestión y sensibilidad humana para diseñar soluciones de impacto social.

Enfermeras de práctica avanzada, que implementan planes de cuidados basados en datos, con enfoque predictivo y preventivo.

Enfermeras digitales, que desarrollan y monitorizan terapias digitales, adaptadas a la condición y contexto de cada paciente.

Líderes comunitarias, que trabajan desde la proximidad para cerrar la brecha de género y vulnerabilidad en salud.

Estas profesionales actúan en los niveles donde la inequidad se origina: barrios, escuelas, residencias, entornos laborales. Su impacto no solo mejora la salud pública, sino que construye cohesión social y estabilidad económica.

El modelo Cuidar en Red: innovación con perspectiva de género

En su obra Cuidar en Red. Una guía para las terapias digitales de cuidados con perspectiva de género propone un modelo pionero para integrar ciencia, tecnología y humanidad en el cuidado.

Cuidar en Red se ha convertido en una referencia en innovación enfermera: combina terapias digitales, inteligencia emocional y perspectiva de género, articulando una red de práctica clínica y social que democratiza el acceso a los cuidados.

El modelo propone una metodología que incluye:

Ciencia ciudadana para implicar a pacientes y cuidadores en la co-creación del cuidado.

Terapias digitales de precisión, basadas en datos reales y personalización del acompañamiento.

Liderazgo femenino y corresponsable, donde las enfermeras son decisoras, no ejecutoras.

Cuidar en Red demuestra que la innovación enfermera no es una extensión de la asistencia, sino una estrategia de salud pública que genera eficiencia, equidad y rentabilidad social.

Su aplicación en programas de salud mental, enfermedades autoinmunes y deporte adaptado ha mostrado reducciones significativas en síntomas de ansiedad, absentismo y costes hospitalarios.

Economía del cuidado: cuando la innovación se mide en impacto

La Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2019) y el EIGE (2017) ya reconocen que la igualdad de género y la inversión en cuidados pueden aumentar el PIB y la productividad.

Trasladado al contexto sanitario, esto implica que la enfermería debe ser considerada un motor económico, no un coste operativo.

Las enfermeras aportan innovación organizativa, educación en salud y sostenibilidad ambiental.

En un entorno de presupuestos limitados y crisis de talento, el modelo económico del cuidado puede ser la mayor innovación de Europa en salud.

Cada intervención enfermera que previene una complicación, evita una hospitalización o empodera a una persona para autogestionar su bienestar, tiene un valor cuantificable y multiplicador.

La nueva gobernanza de la salud: cuidar es liderar

El informe EuroHealthNet (2025) recomienda reforzar la acción multisectorial y la gobernanza participativa en salud.

La enfermería responde a ambas exigencias: crea redes, involucra a la comunidad y actúa desde la evidencia.

Pero para cerrar la brecha sanitaria es imprescindible una gobernanza que reconozca la voz enfermera en las políticas, en la economía de la salud y en la toma de decisiones estratégicas.

El liderazgo enfermero no se limita a acompañar el cambio, sino a dirigirlo desde la evidencia y la empatía.

Medir la innovación enfermera es medir la salud real de una sociedad.

Europa no puede permitirse seguir ignorando el valor económico, social y humano de quienes sostienen el cuidado diario.

La enfermería no es gasto: es inversión, innovación y motor económico de equidad.

Reconocerlo es avanzar hacia un modelo europeo de salud que combine tecnología, humanidad y justicia social.

Cuidar también es gobernar.

Innovar también es igualar.

Medir el cuidado es construir futuro.

Bibliografía

  1. EuroHealthNet – CHAIN. (2025). Social Inequalities in Health in the EU: Are countries closing the health gap? Brussels: EuroHealthNet.
  2. Piñeiro Albero, R. M. (2025). Cuidar en Red. Una guía para las terapias digitales de cuidados con perspectiva de género. Madrid: Ediciones Entintadas. ISBN: 978-84-124462-3-4.
  3. Instituto de las Mujeres. (2025). Guía para la igualdad en el liderazgo empresarial. Madrid.
  4. Piñeiro Albero, R. M. (2024). Enfermeras investigadoras como agentes de innovación en las terapias digitales en cuidados. Nure Investigación, 21(133).
  5. Piñeiro Albero, R. M., Roldán Valcárcel, M. D., & Quintana Martínez de Ilarduya, A. (2024). Cuidados personalizados de precisión en enfermedades autoinmunes. Cuadernos de Autoinmunidad, 17(2), 61–69.
  6. OIT. (2019). Las mujeres en la gestión empresarial. Argumentos para un cambio.
  7. EIGE. (2017). Economic benefits of gender equality in the EU.
  8. World Health Organization. (2020). Global report on chronic diseases.