Introducción
El gasto hospitalario de medicamentos en España representa una parte significativa del presupuesto del Sistema Nacional de Salud (SNS) y ha mostrado un crecimiento importante en los últimos años. El gasto público total de medicamentos y productos sanitarios, tanto de uso hospitalario como de dispensación hospitalaria ambulatoria y de oficina de farmacia, alcanzó en 2023 un total de 29.141 millones de euros, impulsado por el aumento del gasto farmacéutico hospitalario. Esto supone un incremento del 5,1% respecto al año 2022, de acuerdo con los datos del Ministerio de Hacienda. En 2023, el gasto de medicamentos hospitalarios creció un 8,1% respecto al año anterior, alcanzando los 9.501 millones de euros1.
El envejecimiento de la población, la prevalencia de enfermedades crónicas y la aparición de terapias innovadoras de alto impacto económico podrían ser las principales causas.
Allá por el año 1978, la Constitución Española estableció que la asignación de recursos públicos debe ser equitativa y responder a criterios de eficiencia y economía. La Ley del Medicamento de 1990 ya introducía la idea de la financiación selectiva, vinculada al concepto de eficiencia. El Real Decreto de 2012 de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del SNS, indicaba que resulta necesario, más que nunca, que las decisiones de financiación estén presididas por los criterios de evidencia científica de coste – efectividad y por la evaluación económica, con consideración del impacto presupuestario, en la que se tenga en cuenta un esquema de precio asociado al valor real que el medicamento o producto sanitario aporta al sistema2.
Sin embargo, el papel de la farmacoeconomía en las evaluaciones de nuevas tecnologías sanitarias en España sigue siendo limitado: después de que un nuevo medicamento sea comercializado e incluido en la cartera del SNS, son las Comisiones de Farmacia (CF), las que tienen la función de configurar la Guía Farmacoterapéutica (GFT) de cada hospital, a partir de la amplia oferta que existe en el mercado, así como el posicionamiento de los diferentes medicamentos indicados para una misma patología. Para la toma de decisiones y la elaboración de protocolos farmacoterapéuticos, estas Comisiones multidisciplinares se basan en herramientas como los Informes de Posicionamiento Terapéutico, evaluaciones de otras Agencias Reguladores con umbrales establecidos de coste – efectividad, etc., pero sin un marco legal que las estandarice a nivel nacional.
Teniendo en cuenta el escenario anterior, controlar el continuo aumento del gasto farmacéutico sigue siendo un reto tanto para el SNS como para los hospitales. Por ello, es necesario implementar estrategias de gestión eficiente para optimizar el uso racional de los medicamentos. Aquí juegan un papel fundamental los Servicios de Farmacia (SF) pues son quienes tienen la función de realizar una gestión eficiente del medicamento y optimizar los costes, manteniendo los resultados en salud de los pacientes.
Con este artículo queremos dar a conocer el circuito OptiMAI, que tiene como objetivo la optimización guiada por el farmacéutico de la prescripción de MAIs en el hospital. Definidos como aquellos medicamentos con un coste superior a 10.000€ anuales o con un coste superior a 1.000€ al año, pero con un elevado número de pacientes a tratar. El circuito se basa en el concepto de coste – oportunidad, que hace referencia al gasto evitado mediante la selección del medicamento con mejor relación coste – efectividad dentro de un presupuesto determinado. Es importante destacar que se habla de «gasto evitado» y no de «ahorro.» Además, la eficiencia a medio y largo plazo es crucial, dado el creciente uso de MAIs crónicos.
El objetivo del presente estudio es evaluar el gasto evitado a través de intervenciones farmacéuticas en la prescripción de tratamientos de alto impacto económico, orientadas a la utilización de medicamentos más eficientes.
Metodología
Se implantó el circuito OptiMAI para la prescripción de MAIs mediante la solicitud individualizada previa por parte del médico prescriptor a través de la plataforma Microsoft SharePoint. Esta solicitud, por paciente y tratamiento, consta de un formulario a cumplimentar por el médico solicitante que recoge datos relacionados con el paciente, número de historia clínica, iniciales y edad, servicio prescriptor, diagnóstico, justificación de la solicitud, duración esperada del tratamiento, variables clínicas de eficacia y de seguridad, alternativas de tratamiento, inclusión del medicamento en la GFT del hospital, dosis y posología del MAI solicitado [Figura 1].
El farmacéutico valida esta solicitud teniendo cuenta los protocolos de tratamiento de cada patología aprobados por la CF del hospital. En el caso de que se trate de un medicamento o de una indicación de un medicamento que no estén incluidos en la GFT del hospital, que no se encuentren en la cartera común de servicios del SNS o que se trate de un uso fuera de indicación, se lleva cabo una evaluación de eficacia, seguridad y eficiencia del MAI para el paciente solicitado. En el supuesto de que se identifique una alternativa más eficiente, se realiza una IFe mediante la propuesta de esta alternativa al prescriptor que se recoge en un apartado a cumplimentar por el farmacéutico. Finalmente, hay un apartado donde se recoge la decisión favorable o desfavorable por parte del médico prescriptor del medicamento propuesto por el SF [Figura 2].
A continuación, se describen los resultados obtenidos tras la implantación del circuito OptiMAI en un hospital de tercer nivel. Se trata de un estudio retrospectivo observacional en el que se analizaron todas aquellas IFe desde el 1 de enero de 2023 hasta el 31 de diciembre de 2024, extrapolándose los últimos 3 meses de 2024. Para la evaluación de los datos, se extrajeron los formularios de solicitud de MAIs de Microsoft SharePoint en una hoja Excel y se calculó el gasto evitado anual de cada IFe.
Resultados
En 2023 se evaluaron un total de 2.514 solicitudes de MAIs. Se realizaron 231 IFe, lo que supuso un 7% del total de las solicitudes. Un 77% de las propuestas fueron aceptadas por el médico solicitante. El gasto evitado sobre el consumo anual total de medicamentos del hospital supuso un 4,3%. Los servicios prescriptores a los que se les realizó un mayor número de intervenciones fueron Dermatología, un 29% del total de IFe, Reumatología un 22% y Hematología un 10%, seguidos de Oncología y Digestivo, con un 8% y 6%, respectivamente. Sin embargo, los servicios en los que las IFe supusieron un mayor gasto evitado anual fueron Hematología, Oncología y Neurología, significando un 25%, 15% y 13% del consumo total, seguido de Digestivo y Endocrino, 12 y 10 % [Figura 3].
En el transcurso de este año, los fármacos con mayor número de IFe fueron los anticuerpos monoclonales inhibidores de interleucinas, destacando guselkumab, secukinumab y tocilizumab, que representaron el 12%, 7% y 6% del total de intervenciones, respectivamente. Las inmunoglobulinas intravenosas (IV) supusieron un 4% de las IFe, mismo porcentaje que tratamientos para la dermatitis atópica, como dupilumab y upadacitinib. En términos de gasto evitado, las inmunoglobulinas IV supusieron un 13% del total del gasto evitado en 2023, el antiviral bulevirtida supuso 10%, seguido de selumetinib y teduglutida, con un 9% y 8%, respectivamente. Asimismo, destacan los fármacos antimieloma belantamab, daratumumab y talquetamab, que representaron un 8%, 4% y 3% del gasto evitado, respectivamente [Tabla 1].
En 2024, se registraron 3.281 solicitudes de MAIs, de las cuales se llevaron a cabo 256 IFe, lo que representa un 8% del total. De estas intervenciones, el 93% fueron aceptadas. El gasto evitado en relación con el consumo total anual de medicamentos fue de un 4,1%. Los servicios con mayor número de intervenciones fueron Reumatología, que representó el 21% del total, Dermatología, con un 20% y Cardiología, con un 13%. Digestivo y Neumología también destacaron, ambas con un 6%. En relación con el gasto evitado, los servicios de Oncología, Cardiología y Reumatología fueron los más significativos, con un 29%, 18% y 14% del total, respectivamente, seguidos por Hematología, 9% y Nefrología 6% [Figura 4].
Durante este mismo año, dupilumab fue el fármaco en el que más se intervino, representando un 11% del total de las IFe. Ustekinumab y filgotinib representaron cada uno de ellos un 5% de las IFe, mientras que inclisirán, tafamidis y upadacitinib significaron un 3% cada uno. En cuanto al gasto evitado anual, amivantamab fue el fármaco que mayor gasto evitado supuso con un 15% del total, seguido por tafamidis, con un 14%, y avacopan, con un 10%. Además, también destacaron ustekinumab, las inmunoglobulinas IV y selumetinib al contribuir cada uno de ellos con un 5% del gasto evitado anual total [Tabla 2].
Discusión
Los farmacéuticos hospitalarios desempeñan un papel crucial en el ámbito hospitalario, tanto en la mejora de la calidad asistencial como en la optimización de costes de la asistencia sanitaria3. Con el análisis realizado se demuestra el impacto que supone la optimización de la prescripción de MAIs guiada por el farmacéutico en un hospital de tercer nivel. En los resultados mostrados se puede observar que el porcentaje de ahorro se mantiene en los dos años evaluados, lo que indica una tendencia creciente del gasto evitado anual que concuerda con el aumento del gasto farmacéutico hospitalario anual observado en esos años.
Cabría esperar que de un año para otro tiendan a disminuir las intervenciones como resultado de la formación y de la concienciación de los prescriptores con las IFe, al igual que ocurre con las intervenciones farmacéuticas clínicas en pacientes ingresados, ambulantes o externos. Sin embargo, se observa que el porcentaje de intervenciones no cambia en los dos años evaluados. Esto puede ser debido a diferentes factores, como la comercialización de nuevos medicamentos de mayor impacto económico incluso que los anteriores, del desconocimiento de los prescriptores con respecto a los precios de los medicamentos, incluso en la variabilidad de estos últimos por las nuevas ofertas, genéricos o biosimilares.
En los dos años analizados, los servicios en los que más se intervino fueron Dermatología y Reumatología, en gran medida por la comercialización de nuevos fármacos biológicos que no ofrecen mejoras significativas en términos de eficacia y que pueden sustituirse en determinados pacientes por biosimilares u otros inhibidores de interleucina de comercialización más antigua y más eficientes, pero no por ello menos eficaces.
En estos ámbitos, la amplia oferta de estos novedosos medicamentos, algunos de ellos similares a medicamentos ya disponibles y que no presentan diferencias sustanciales frente a los ya comercializados, pero si un mayor impacto económico, dificulta la selección racional y eficiente del medicamento, como ya advertía Lunde en relación a los medicamentos homólogos: “No se ha demostrado nunca que un número infinito de fármacos dé lugar a mayores beneficios para la salud pública que un número más limitado de productos. Por el contrario, la existencia de un número elevado de medicamentos puede dar lugar a confusión a todos los niveles de la cadena del medicamento y constituir un despilfarro de recursos humanos y económicos”4.
Cabe destacar que, en todo el periodo evaluado, el mayor gasto evitado anual se realizó mediante la intervención en medicamentos prescritos por los servicios de Hematología y Oncología, no obstante, no hay una relación directamente proporcional con el número de intervenciones realizadas. Esta tendencia concuerda con que, generalmente, estos servicios son los prescriptores de los medicamentos con mayor impacto económico.
Con respecto a las intervenciones en medicamentos específicos que más impacto económico han supuesto, es interesante señalar que en el año 2023 encabezaban el ranking las inmuniglobulinas IV, principalmente por solicitudes fuera de indicación en patologías con alternativas más eficientes o por ajuste de dosis a peso ideal en pacientes obesos. Le sigue la bulevirtida, medicamento no incluido en la cartera básica del SNS en ese momento para el tratamiento de la infección por el virus de la hepatitis D. Muy de cerca, dos medicamentos indicados en Mieloma Múltiple, casos en los que se consensuaron alternativas más eficientes con los prescriptores y por dudosa efectividad en uno de ellos, para el cual, a finales de ese año, el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomendó no renovar la autorización de comercialización por no confirmar los resultados de su estudio fase II que le dio la aprobación acelerada. En el año 2024, encabezan la lista de mayor impacto, medicamentos sin resolución de financiación por el SNS en ese momento y ustekinumab ya que en ese momento se disponía de la marca comercial. Se observa que, al igual que en 2023, se siguen encontrando al principio de la lista las inmunoglobulinas IV y el daratumumab, lo que nos advierte que parece razonable realizar un seguimiento estrecho de sus prescripciones.
Es interesante destacar que los servicios en los que se refleja un mayor gasto evitado por intervención en 2023 fueron Endocrinología y Neurología, cuyas intervenciones se dirigieron a solicitudes de osilodrostat y ocrelizumab, respectivamente. Sin embargo, en 2024, realizaron en los Servicios de Oncología y Nefrología, principalmente por la solicitud de medicamentos no financiados por el SNS o no incluidos en la GFT por la Comisión de Farmacia.
En 2018, Vazin et al., publicaron un artículo en el que los autores evaluaron un circuito parecido a OptiMAI implantado en el hospital Namazi, un hospital terciario de referencia en Irán. Fue un estudio prospectivo de intervención realizado durante 6 meses en el que los farmacéuticos clínicos diseñaron un checklist para el uso de los tres medicamentos que representaban la mayor proporción del presupuesto de su hospital; albúmina, pantoprazol IV e inmunoglobulinas IV. Al solicitar estos medicamentos, los médicos tenían que completar el checklist y posteriormente los farmacéuticos lo revisaban según las condiciones clínicas de los pacientes. Los farmacéuticos estaban autorizados a aprobar o rechazar estos formularios y los casos controvertidos se discutían en una reunión conjunta. El número total de medicamentos administrados y el coste asociado disminuyeron en un 50,76% tras de la implementación del circuito. Además, el coste directo de la albúmina y el pantoprazol IV disminuyó en un 55,8% y 83,92%, respectivamente. Sin embargo, el coste directo de las inmunoglobulinas IV aumentó un 40,9%5.
En la literatura actual no existen más estudios parecidos en los que se analice la reducción del impacto económico que supone implementación de un modelo de prescripción de medicamentos de alto impacto económico mediante intervenciones de eficiencia.
Nos encontramos con estudios en los que se produce una reducción de costes que sucede como consecuencia de intervenciones farmacéuticas cuyo objetivo principal no es la disminución del impacto económico, sino que es una consecuencia de intervenciones farmacéuticas clínicas.
Como es el caso de un estudio reciente6 en el que se describen los resultados de la iniciativa Blue Bag dirigida por farmacéuticos en las farmacias comunitarias de Virginia. Esta iniciativa consistía en la revisión integral de medicamentos y la realización de intervenciones farmacéuticas educativas y de asesoramiento para el paciente cuyo fin era identificar y resolver posibles eventos adversos a medicamentos y mejorar el control de la presión arterial y la adherencia a la medicación. Se detectaron 131,6 posibles efectos adversos asociados a la medicación por cada 100 participantes, lo que se tradujo en un ahorro de costes de 1 a 3 millones de dólares para el sistema.
Giraud et al., publicó en octubre de 2024 los resultados de un estudio prospectivo en el que se evaluó el impacto clínico y económico del farmacéutico en la detección de problemas relacionados con los medicamentos en pacientes que iban a iniciar terapias antineoplásicas orales e intravenosas. El 62% de los pacientes requirió una intervención farmacéutica, la mayoría fueron de interacciones farmacológicas, que se tradujo en un coste indirecto de hospitalización evitado de 180.633€7.
Por otro lado, un estudio suizo8 demostró que el coste anual evitado asociado a los posibles efectos adversos de los medicamentos, resultantes de los 676 problemas relacionados con la medicación detectados durante la revisión de la medicación del paciente hospitalizado por parte de los farmacéuticos, fue de 304.170€.
En definitiva, la implementación del circuito OptiMAI en el que se realizan IFe individualizadas por paciente en las solicitudes de prescripción de MAIs, ha supuesto un importante ahorro en el gasto farmacéutico del hospital. Sería interesante que este circuito o similar se utilizara en otros hospitales, no sólo para la optimización de los recursos, sino también para la realización de Benchmarking mediante la explotación de los resultados y el intercambio de ideas y hallazgos que contribuyan a la sostenibilidad del SNS. Cabe destacar como limitación de este proyecto que no se han medido los resultados en salud, por un lado, por la complejidad de medir costes y beneficios en los SF, lo que destaca la necesidad de metodologías sólidas y homogéneas3, y, por otro lado, dada la heterogeneidad de los medicamentos y patologías intervenidos y la ausencia de brazo comparador en el hipotético caso de que el paciente se hubiera tratado con el medicamento solicitado por el prescriptor inicialmente.
Bibliografía
- Indicadores sobre gasto farmacéutico y sanitario. Ministerio de Hacienda [página web]; [18/12/2024; 22/01/2025]. Disponible en: https://www.hacienda.gob.es/es-ES/CDI/Paginas/EstabilidadPresupuestaria/InformacionAAPPs/Indicadores-sobre-Gasto-Farmac%C3%A9utico-y-Sanitario.aspx
- Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones. Boletín Oficial del Estado, nº 98, (24 de abril de 2012).
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- Giraud JS, Virginie KS, Germain P, Anne J, Brigitte S, Rui B, et al. Clinical and economic impact of pharmacist interventions to identify drug-related problems in multidisciplinary cancer care: a prospective trial. The oncologist. 2025;30(1). DOI: 10.1093/oncolo/oyae213
- Jermini M, Fonzo-Christe C, Blondon K, Milaire C, Stirnemann J, Bonnabry P, et al. Financial impact of medication reviews by clinical pharmacists to reduce in-hospital adverse drug events: a return-on-investment analysis. International journal of clinical pharmacy. 2024;46(2): 496–505. DOI:10.1007/s11096-023-01683-w
Laura Jiménez Navarro, Marta Hernández Segurado y Francisco JavierBécares Martínez
Otros autores: Aitana Piqueras Alonso, Macarena Bonilla Porras y Eva Isabel Castillo Bazán





