La Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), en colaboración con Inspira Network y con el patrocinio de Adamed, celebró el recientemente la primera actividad oficial de la recién constituida Cátedra de Continuidad Asistencial bajo la dirección científica del Dr. Vivencio Barrios Alonso: la mesa redonda “Una mirada 360º al corazón”. El evento reunió en Madrid a una amplia representación de profesionales de todos los niveles asistenciales y sectores clave en el cuidado cardiovascular.

La presentación de la jornada fue realizada por María Cantero García, representante de UDIMA, quien subrayó el compromiso académico y científico de la institución con esta nueva Cátedra.

La mesa fue moderada por el Dr. José María Martínez, experto en gestión sanitaria, y contó con la participación de figuras destacadas como el Dr. Carlos Escobar, cardiólogo del Hospital Universitario La Paz; la Dra. Isabel Egocheaga,  médico de familia y coordinadora del Grupo de ECV de la Sociedad Española de Médicos Generales y de familia (SEMG); el Dr. Modoaldo Garrido, gerente del Hospital Universitario Fundación Alcorcón; Ángeles Álvarez Hermida, enfermera del Centro de Salud Goya; el Dr. Guillermo Estrada Riolobos, farmacéutico comunitario; y Ana Belén Torrijos,  miembro de la junta directiva de la Federación Española de Diabetes – FEDE.

La apertura corrió a cargo del Dr. Carlos Escobar, quien enfatizó el potencial de la Cátedra: “Va a ser un éxito por los componentes de la misma y porque la educación es la base de todo el proceso asistencial. Estoy seguro de que van a salir multitud de proyectos que mejorarán la vida de los pacientes, que somos todos”.

Concienciación: una asignatura aún pendiente

Uno de los primeros bloques del debate giró en torno al nivel de conciencia social sobre las enfermedades cardiovasculares.

El Dr. Guillermo Estrada Riolobos considera que existe cierta concienciación, pero señala una laguna importante: “El tabaquismo sigue sin considerarse una enfermedad por parte de la población donde el consumo está normalizado, y eso condiciona su abordaje”. Gely Álvarez Hermida, enfermera apuntó: “Hay conciencia sobre la hipertensión, pero no sobre el riesgo cardiovascular que conlleva”. Ana Belén Torrijos fue tajante: “Se ha normalizado mucho esta problemática a nivel social y se le resta importancia”.

Desde su visión hospitalaria, el Dr. Escobar advirtió sobre los bulos en salud cardiovascular: “Tenemos que generar canales de comunicación para el paciente, que sean seguros y eficaces”.  Por su parte, la Dra. Isabel Egocheaga abogó por una visión holística: “No podemos centrarnos únicamente en la enfermedad; hay que ver a la persona en su conjunto”. Y el Dr. Modoaldo Garrido añadió: “La estratificación del riesgo cardiovascular no es suficientemente individualizada”.

Prevención y estrategias de cribado: ¿vamos por el buen camino?

La necesidad de reforzar la prevención fue compartida por la mayoría de los expertos. Ana Belén Torrijos remarcó que “hay que intervenir antes de que se manifiesten las patologías”, mientras que Isabel Egocheaga recordó la Estrategia de Salud Cardiovascular del SNS.

El debate abordó también propuestas como el programa PREVECARDIO, diseñado para realizar cribados poblacionales. “Son medidas coste-eficientes que permiten adelantarnos a la enfermedad”, afirmó Modoaldo Garrido. Angelines Álvarez alertó sobre uno de los principales factores de riesgo: “Tenemos un problema en España con la obesidad infantil”. Isabel Egocheaga añadió: “La mitad de la población española tiene sobrepeso”.

Continuidad asistencial: un reto estructural

Uno de los temas que mayor consenso generó fue la necesidad urgente de garantizar una atención continua entre niveles asistenciales. Modoaldo Garrido fue claro: “Es muy difícil garantizarlo. En mi hospital nos conocemos todos, pero muchas veces lo que funciona es fruto de iniciativas personales o de grupo”. Isabel Egocheaga señaló: “El gran problema no es la formación de los médicos de Atención Primaria, es la comunicación entre niveles”.

Carlos Escobar compartió la experiencia del Hospital La Paz, donde se ha implementado un modelo de referencia con cardiólogos asignados a centros de salud: “La puerta de entrada es la e-consulta y se han consensuado protocolos comunes. El tiempo medio de respuesta al paciente es de 1,5 a 2 días”.

Los expertos coincidieron en que, desde la perspectiva del paciente, existe una sensación de estar perdido en un circuito asistencial descoordinado.

Enfermería, adherencia y comunicación con el paciente

El papel de la enfermería en el seguimiento del paciente crónico fue otro de los puntos destacados. “Los informes de enfermería están cerrados, por la tarde necesitamos esa continuidad y no podemos preguntar a los especialistas. El papel del cuidador es clave”, reclamó Gely Álvarez. Desde farmacia, Guillermo Estrada subrayó la dificultad de seguimiento: “Estamos a ciegas con muchos pacientes”.

La falta de adherencia a los tratamientos fue un tema que generó consenso. Ana Belén Torrijos insistió en que “el éxito está en la formación del paciente. Tiene que sentirse escuchado, que le pregunten, que revisen con él si se está tomando la medicación, que le cuenten los beneficios y riesgos del tratamiento. Hay que mirar a la persona, no solo a la enfermedad”.

Todos coincidieron en la necesidad de simplificar los tratamientos y adecuarlos al estilo de vida del paciente. “El Test de Morisky es fundamental para detectar la adherencia”, apuntó Isabel Egocheaga.

Propuestas finales: un compromiso desde cada rol

Como cierre del evento, el moderador pidió a los participantes una propuesta concreta de mejora en el abordaje del riesgo cardiovascular desde su respectiva área profesional. El Dr. Carlos Escobar destacó que la propia creación de la Cátedra representa ya una mejora significativa, al generar un espacio de trabajo multidisciplinar del que “van a surgir muchas iniciativas”.

La Dra. Isabel Egocheaga propuso reforzar la detección precoz de los problemas cardiovasculares en adultos, mientras que el Dr. Modoaldo Garrido apostó por mejorar los programas de rehabilitación cardíaca, aún infradesarrollados en muchas áreas.

Ana Belén Torrijos abogó por contar con el paciente experto dentro de las escuelas de salud, integrando su experiencia en los procesos formativos. Por su parte, Gely Álvarez señaló el potencial del uso de algoritmos de machine learning para alertar sobre personas que aún no han sido diagnosticadas, pero podrían estar en riesgo.

Finalmente, Guillermo Estrada reclamó que la administración, de quien depende la ampliación del acceso a tratamientos, fije unos criterios sanitarios y no aribitrarios para la financiación de los tratamientos para el tabaquismo, para la enfermedad tabáquica, no para las enfermedades derivadas, y que se implique más al farmacéutico comunitario en la atención y gestión de estos pacientes.