En el entramado de la sanidad pública, la eficiencia en el diagnóstico es un pilar fundamental para garantizar una atención de calidad y reducir la angustia de los pacientes. Sin embargo, la realidad a menudo se topa con circuitos fragmentados, citas dispersas y una espera que se antoja interminable. Una, propone un proyecto de una pasarela única de pruebas diagnósticas, humildemente, tras mucho trabajo detrás, creo firmemente puede emerger como una solución innovadora y necesaria para optimizar los tiempos y mejorar la experiencia tanto del paciente como del profesional sanitario. Pero les adelanto, que nunca podrá ser posible sin una inversión en la sanidad pública de forma estructural y blindada, al igual que ocurre con la investigación.

¿Cómo sería esta pasarela única en un hospital público? Imaginemos un sistema donde, tras la valoración inicial por parte del médico de atención primaria o del especialista, el paciente es derivado a una unidad centralizada de gestión de pruebas diagnósticas. En este punto, un equipo multidisciplinar se encargaría de coordinar todas las exploraciones necesarias (análisis clínicos, radiología, endoscopias, pruebas funcionales, etc.) de manera secuencial y eficiente.

¿Quiénes intervendrían? La implementación de esta pasarela requeriría la colaboración de diversos actores. En primer lugar, los profesionales sanitarios (médicos de todas las especialidades, enfermería, técnicos de laboratorio y radiología, personal administrativo) trabajarían de forma coordinada, compartiendo información y optimizando la planificación de las pruebas. La dirección del hospital jugaría un papel crucial en la asignación de recursos, la definición de protocolos y la supervisión del funcionamiento del sistema. Por último, pero no menos importante, los pacientes serían el centro de este modelo, beneficiándose de una atención más ágil y personalizada.

Situaciones y ejemplos: consideremos varios escenarios

Sospecha de enfermedad inflamatoria intestinal: un paciente con síntomas como dolor abdominal y diarrea podría ser derivado a la pasarela única. Allí, se coordinarían análisis de sangre y heces, una colonoscopia con toma de biopsias y, si fuera necesario, pruebas de imagen como una resonancia magnética. La secuenciación eficiente de estas pruebas permitiría un diagnóstico rápido y el inicio del tratamiento adecuado.

Estudio de un nódulo pulmonar: ante el hallazgo de una anomalía en una radiografía de tórax, la pasarela única coordinaría una tomografía computarizada (TC), una posible broncoscopia con biopsia y pruebas funcionales respiratorias. La centralización agilizaría el proceso diagnóstico y la estadificación de la enfermedad, crucial en casos de sospecha de cáncer de pulmón.

Seguimiento de una enfermedad crónica (diabetes): un paciente diabético requeriría análisis de sangre periódicos, fondo de ojo y, potencialmente, un electrocardiograma. La pasarela única podría programar estas pruebas de forma coordinada, facilitando el seguimiento integral de su condición y la detección temprana de posibles complicaciones.

Datos y gestión: la implementación de esta pasarela requeriría un sistema de información robusto e integrado que permitiera la gestión de citas, la visualización de los resultados de las pruebas por todos los profesionales implicados y el seguimiento del proceso diagnóstico. La analítica de datos jugaría un papel crucial para identificar cuellos de botella, optimizar los flujos de trabajo y medir el impacto de la pasarela en los tiempos de diagnóstico y la satisfacción del paciente.

La idea de una pasarela única podría materializarse de diversas formas dentro de la estructura del SNS, teniendo en cuenta la organización territorial de las comunidades autónomas.

Modelo hospitalario centralizado (grandes ciudades): en hospitales de gran tamaño en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, se podría crear una Unidad de Coordinación Diagnóstica dentro del propio hospital. Esta unidad, dotada de personal administrativo especializado y sistemas informáticos integrados, recibiría las peticiones de pruebas de los diferentes servicios (consultas externas, hospitalización, urgencias).

Ejemplo: un paciente en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, derivado por su médico de cabecera por sospecha de enfermedad autoinmune con diversas manifestaciones (articulares, cutáneas, analíticas), sería citado a través de esta unidad central. En un plazo breve, se coordinarían análisis específicos (autoanticuerpos), pruebas de imagen (radiografías, ecografías) y una posible consulta con reumatología, todo ello gestionado desde la misma unidad, evitando que el paciente tenga que solicitar citas por separado en diferentes servicios y esperar plazos distintos.

Modelo por Área de Salud (ciudades medias y áreas metropolitanas): en áreas de salud que comprenden varios centros de atención primaria y un hospital de referencia, la pasarela única podría operar a nivel de área.

Ejemplo: en el área de salud de Donostia-San Sebastián, un paciente de un centro de salud de Egia con síntomas neurológicos podría ser derivado a una unidad de coordinación a nivel del Hospital Universitario de Donostia. Esta unidad gestionaría las pruebas necesarias (TAC craneal, resonancia magnética, electroencefalograma) de forma secuencial, optimizando el uso de los recursos del hospital y reduciendo el tiempo hasta el diagnóstico por parte del neurólogo.

Modelo de plataforma digital autonómica: algunas comunidades autónomas con sistemas de salud digitalizados podrían implementar una plataforma online donde los médicos puedan solicitar los «paquetes diagnósticos» y los pacientes puedan ver y gestionar sus citas de pruebas de forma centralizada.

Ejemplo: el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), con su historia clínica electrónica compartida (Osabide), podría desarrollar una funcionalidad dentro de esta plataforma donde, ante la sospecha de una patología específica (ej. cáncer de mama), el médico pueda activar un circuito diagnóstico rápido que incluya mamografía, ecografía y biopsia, con citas preestablecidas y coordinadas a través del sistema.

Abordando las zonas rurales despobladas

El desafío de llevar una pasarela única de pruebas diagnósticas a las zonas rurales despobladas requiere soluciones creativas que minimicen los desplazamientos de los pacientes y aprovechen los recursos disponibles.

Unidades móviles de diagnóstico: una estrategia clave podría ser la implementación de unidades móviles equipadas con tecnología diagnóstica básica (radiología simple, ecografía, laboratorio de análisis básicos). Estas unidades podrían desplazarse periódicamente a diferentes consultorios locales o centros de salud rurales, permitiendo a los pacientes acceder a ciertas pruebas sin necesidad de viajar grandes distancias al hospital de referencia.

Ejemplo: una unidad móvil con un equipo de radiología y un técnico podría visitar semanalmente varios consultorios en la comarca de la Sierra de Albarracín (Teruel). Los pacientes con sospecha de fracturas o ciertas patologías pulmonares podrían realizarse las radiografías allí mismo, y las imágenes serían enviadas digitalmente al radiólogo del hospital de referencia para su informe.

Telemedicina y telediagnóstico: la telemedicina juega un papel crucial. Las consultas de seguimiento y la valoración de resultados de pruebas realizadas en centros rurales podrían realizarse de forma remota. El telediagnóstico permite que especialistas en centros urbanos interpreten imágenes o resultados de pruebas realizadas en centros rurales.

Ejemplo: un paciente en un consultorio rural de Galicia podría realizarse una retinografía para el seguimiento de su diabetes. Las imágenes de la retina serían enviadas telemáticamente a un oftalmólogo en un hospital de Lugo, quien emitiría el informe sin necesidad de que el paciente se desplace.

Centros de diagnóstico comarcales: en algunas áreas rurales con una densidad de población ligeramente mayor, se podrían establecer centros de diagnóstico comarcales que actúen como puntos intermedios entre los consultorios locales y el hospital de referencia. Estos centros podrían ofrecer una gama más amplia de pruebas y contar con personal especializado que se desplaza desde el hospital.

Ejemplo: en la comarca de la Ribera Sacra (Lugo y Ourense), se podría establecer un centro de diagnóstico con equipos de ecografía, laboratorio básico y personal de enfermería que realice electrocardiogramas. Los pacientes de los diferentes municipios podrían acudir a este centro para realizarse estas pruebas, evitando el viaje al hospital provincial para exploraciones más sencillas.

Coordinación de transporte sanitario: es fundamental optimizar el transporte sanitario no urgente para aquellos pacientes de zonas rurales que necesiten desplazarse al hospital para pruebas más complejas. Esto podría implicar la coordinación de rutas, la agrupación de citas y la facilitación de información clara sobre las opciones de transporte disponibles.

Ejemplo: en áreas rurales de Castilla-La Mancha, se podría establecer un sistema de transporte programado que recoja a varios pacientes de diferentes pueblos con citas para pruebas diagnósticas en el hospital de referencia el mismo día, reduciendo los costes y la incomodidad del desplazamiento individual.

Las listas de espera, tiempos de demora y detección precoz del cáncer, deben ser una prioridad en nuestra sanidad pública, sin embargo, todo ello, debe hacerse con las voces de los sanitarios, que cuyo trabajo, no olvidemos, salva vidas.