La alarmante cifra de personas que padecen diabetes en Europa, que en la actualidad ya superan los 61 millones, como indica MedTech Europe, supone un verdadero desafío y pone de manifiesto la necesidad de tomar medidas para mejorar la gestión de esta enfermedad, cuya incidencia sigue aumentando. Dentro del continente, España es el segundo país con mayor número de personas con esta patología, con aproximadamente seis millones de afectados, una cifra que se ha duplicado en los últimos diez años, según la Federación Española de Diabetes (FEDE).

Ante esta situación, las tecnologías sanitarias desempeñan un papel fundamental en el apoyo a las personas con diabetes y sus equipos asistenciales, ya que facilitan el control y la autogestión de esta enfermedad en el día a día, mejorando por lo tanto la calidad de vida del paciente y previniendo las complicaciones asociadas. Las plataformas de descarga de datos y gestión de la información, puestas a disposición del profesional sanitario, mejoran la atención sanitaria que recibe el paciente, ya que permite el análisis rápido de los datos y el ajuste del tratamiento de forma personalizada.

Fenin cuenta con un Grupo de Trabajo de Tecnologías Innovadoras de la Diabetes (TID), cuya labor es concienciar sobre la importancia de mejorar el cuidado en esta patología a través del acceso y adopción de estas soluciones. La coordinadora de dicho grupo, Piedad Navarro, destaca la importancia del cumplimiento del principio de equidad para toda la población a la hora de cubrir estas necesidades. “Aunque estas tecnologías terapéuticas deberían estar disponibles para todos los pacientes que lo necesiten, cada comunidad autónoma establece su estrategia, sus protocolos asistenciales y su presupuesto, por lo que no todos los pacientes tienen el mismo acceso a estos tratamientos”.

Por otro lado, esta profesional destaca que el uso de estas tecnologías también supone una reducción de la presión sobre los sistemas sanitarios, debido a que la mejora del control y calidad de vida de esta población disminuye el número de hospitalizaciones y complicaciones (como hipoglucemias y cetoacidosis graves, como la retinopatía diabética, cardiopatías o pie diabético) a corto, medio y largo plazo. “Para lograrlo, es necesario favorecer el acceso del paciente a estas tecnologías terapéuticas y contar con la financiación adecuada para que las personas con diabetes se puedan beneficiar de su uso”, agrega la coordinadora de dicho grupo.

El pie diabético, una de las consecuencias con menos visibilidad

Una cuarta parte de las personas con esta patología desarrolla una úlcera en el pie a largo de su vida. “Esta úlcera precede al 85% de las amputaciones que se producen en las personas con diabetes, y es por sí sola un marcador de mortalidad, estando asociada a una tasa de mortalidad del 30% a los 5 años”, afirma el Prof. José Luis Lázaro Martínez, jefe de la Unidad de Pie Diabético y director del Grupo Interdisciplinar de Estudio de Pie Diabético de la Universidad Complutense de Madrid.

Con el objetivo de crear un plan estratégico para mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de pie diabético, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), en colaboración con la Fundación Tecnología y Salud, organizó hace unos meses un encuentro Multidisciplinar sobre Pie Diabético, junto a los agentes del Sistema Nacional de Salud (SNS) implicados en su abordaje, a raíz del cual se ha creado el Foro Multidisciplinar sobre Pie Diabético.

A pesar de que el pie diabético afecta a más de 10.000 personas al año en España, según FEDE, en la actualidad es una patología con baja visibilidad y que tiene un fuerte impacto sobre la calidad de vida, sobre todo en aquellos pacientes que sufren la complicación más dramática: la amputación de un miembro inferior. Cabe destacar que una amputación mayor en estos casos supone que más de la mitad de los pacientes mueran antes de los cinco años, por lo que la labor de prevención es primordial, ya que el 85 por ciento de los casos de amputación se pueden evitar.

Según el profesor Lázaro, “España es el cuarto país de Europa donde se producen más amputaciones, solo detrás de Alemania, Eslovenia y Portugal. Estos datos nos hacen pensar que las amputaciones de pie diabético se relacionen con un problema de la organización asistencial para atender esta enfermedad”.

En dicho encuentro, los expertos expusieron los principales problemas actuales y las soluciones que se deberían implementar en el sistema sanitario, como la necesaria creación de un mayor número de unidades multidisciplinares de pie diabético para un abordaje temprano de las úlceras. Pese que en España hay una docena de hospitales que tienen una Unidad de Pie Diabético multidisciplinar bien organizada, para el Prof. Lázaro “la atención de estos pacientes no está estandarizada en el resto de los centros, y lo que es más grave, está huérfana de una especialidad médica que la atienda”.

En cuanto a los profesionales, destacaron que es imprescindible la formación y concienciación de los profesionales sanitarios de atención primaria, así como la integración de podólogos, tanto en atención primaria como especializada, para que trabajen coordinados con el resto de los profesionales sanitarios implicados, entre los que se encuentran los cirujanos vasculares.

Los pacientes también tienen un papel protagonista en la gestión de su enfermedad, tal como quedó reflejado en el encuentro, por lo que es necesario informarles y formarles, con el fin de prevenir futuras complicaciones. Además, dependiendo de dónde viva el paciente o qué hospital de referencia tenga, el resultado puede ser variable, “siendo lamentablemente un factor de riesgo para la amputación el código postal del paciente”, cuenta el experto en pie diabético.

Asimismo, también resaltaron la importancia de impulsar políticas que favorezcan la incorporación ágil de los avances tecnológicos al SNS, como nuevos materiales y métodos de diagnóstico precoz de la afectación vascular y neurológica, productos para la realización de las curas de las úlceras y tratamientos locales que disminuyen a la mitad los tiempos de cicatrización, descargas y sistemas de telemedicina que ayudan a la monitorización del paciente y a controlar las actividades de riesgo.

Por último, cabe destacar que el pie diabético provoca un gasto muy importante al sistema sanitario. Se estima que el tratamiento de una úlcera de pie diabético cuesta aproximadamente 2.500€ al mes y una amputación mayor unos 30.000€ en costes directos. “La solución se conoce, la bibliografía aporta decenas de estudios que demuestran que un equipo multidisciplinar reduce costes, mejora los resultados y evita amputaciones y muertes”, subraya el profesor.