La motivación detrás de escribir este artículo sobre «Gestionar equipos de alto rendimiento en enfermería» surge de una necesidad palpable dentro del ámbito sanitario: la búsqueda constante de mejoras en el liderazgo y la gestión de equipos que están en primera línea de atención al paciente.

Mi motivación se alimentó tras asistir a una charla titulada «Cómo gestionar equipo de alto rendimiento off y online«. Fue una experiencia inspiradora donde pude escuchar de primera mano a expertos como Eloy Gómez Palomo, Javier Carpintero y Raquel García Gordón.

Sus ideas y estrategias sobre el liderazgo y la formación de equipos de alto rendimiento fueron verdaderamente inspiradoras, donde se desglosaron los desafíos y soluciones para la gestión de equipos altamente efectivos, tanto en entornos físicos como virtuales. En este contexto, el artículo no solo busca explorar estrategias efectivas de liderazgo, sino también profundizar en cómo la confianza en uno mismo, la eliminación del ego, y el aprendizaje continuo a partir de errores, pueden servir como pilares para la construcción de equipos de alto rendimiento.

El propósito de este artículo es que puedan inspirar, motivar y liderar a sus equipos.

Cultivar la autoconfianza, desterrar el ego y valorar las lecciones de los fracasos

Que el líder de un equipo de enfermería posea una pasión innegable por su labor, confiando plenamente en sus capacidades y talento. Este debe sentirse competente para asumir sus responsabilidades, identificando y descartando lo que no contribuye al objetivo común.

El talento, más que un don, se forja con esfuerzo y aprendizaje continuo, especialmente de los errores. La innovación conlleva tanto fracasos como éxitos; sin embargo, el verdadero líder es aquel que, tras caer, se levanta con más fuerza, analiza sus fallos con humildad y aprende de ellos para evitar repetirlos. Los líderes efectivos practican la autoescucha y promueven un ambiente libre de egos, basado en el respeto mutuo. Están dispuestos a ajustar sus métodos para mejorar el bienestar y la eficiencia de su equipo.

Promover la individualidad, la co-creación y el valor de la diversidad en los equipos de enfermería

La idea de individualidad se centra en reconocer y celebrar lo único y distintivo que cada miembro aporta al equipo. Es apreciar la variedad de competencias, experiencias, visiones y caracteres que los profesionales introducen en el entorno de trabajo. Alentar la individualidad significa valorar y utilizar las fortalezas personales para enriquecer y aumentar la productividad del ambiente laboral. Se establece un espacio de inclusión que promueve la innovación, la creatividad y el desempeño.

La individualidad en el ámbito laboral se fundamenta en la idea de que cada individuo ofrece algo exclusivo que puede impulsar el éxito colectivo del equipo. Para un líder de enfermería, es clave identificar y potenciar ese valor singular de cada persona de su equipo para que se beneficie a todo el grupo.

En este contexto, los conceptos de co-creación y diversidad adquieren un significado especial. La co-creación representa la implicación activa y colaborativa de varios miembros del equipo, o incluso de distintos departamentos, en la creación conjunta de soluciones novedosas, la resolución de problemas y el desarrollo de ideas de forma colectiva. Este proceso se beneficia de la fusión de habilidades, conocimientos y puntos de vista únicos de cada persona, estimulando la creatividad y el dinamismo grupal.

Este método no solo abraza la diversidad de pensamiento, sino que también intensifica las conexiones entre los miembros del equipo, creando un entorno laboral colaborativo y propenso a la innovación. La diversidad, en sus múltiples formas, incluyendo género, etnia y generaciones, enriquece enormemente el equipo, ya que cada uno puede aprender de las perspectivas y experiencias de los demás, valorando la riqueza que proviene de la diferencia.

La retribución emocional

La retribución emocional hace referencia al nivel de satisfacción y bienestar que los empleados perciben en su ambiente de trabajo, que va más allá de la remuneración económica. Engloba elementos no tangibles como el aprecio, el crecimiento profesional, un clima laboral favorable, el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, y otras iniciativas que fomentan el bienestar emocional y psicológico de los empleados.

Los trabajadores no solo persiguen una recompensa económica, sino también una experiencia de trabajo que responda a sus expectativas emocionales y personales. Proporcionar una retribución emocional adecuada puede fomentar la fidelidad a la organización y mejorar la eficacia y productividad del personal.

Por ejemplo, es crucial ofrecer retroalimentación constante sobre el desempeño y crear un ambiente donde los empleados se sientan libres de expresar sus opiniones. Un líder debe propiciar un entorno en el que sus colaboradores se sientan seguros para comunicarle su descontento o una perspectiva diferente sobre su gestión.

Otra estrategia para promover la retribución emocional es prevenir que los miembros del equipo experimenten el síndrome del impostor. Este síndrome es una condición psicológica donde las personas sienten que no merecen sus logros, viéndose a sí mismos como fraudes, a pesar de tener evidencia clara de sus competencias y éxitos. Es tarea del líder reforzar la confianza en estos empleados, destacando sus capacidades y méritos.

Promover la humanocracia

En esencia, la estrategia clave para avanzar hacia un liderazgo efectivo y una gestión de equipos de salud más humana se centra en promover la humanocracia. Este enfoque organizacional pone a las personas en el corazón de todas las decisiones y el diseño de los procesos de la empresa.

Contrario a los modelos jerárquicos convencionales, la humanocracia defiende la distribución equitativa del poder y fomenta la autonomía de los colaboradores, incentivando su participación directa y la toma de decisiones de manera descentralizada. La humanocracia, por tanto, busca un equilibrio entre la estructura organizativa y el potencial de innovación y creatividad de los individuos dentro de la empresa.

Como destaca Gary Hamel en su obra «Humanocracia», es insostenible mantener organizaciones donde solo un pequeño porcentaje de los empleados se sienta verdaderamente comprometido con su labor. Es inviable sostener sistemas en los que se invierte un excesivo esfuerzo en superar trabas burocráticas o en los que una mínima parte del colectivo aplica su iniciativa y creatividad.

¿Qué opinas después de leer este artículo? ¿El líder se hace o se entrena? ¿Es algo innato?

Bibliografía

Evento organizado por SHEpharma (2024) ¿Cómo gestionar equipos de alto rendimiento off y online? La diversidad y el liderazgo inspirador como ventajas competitivas”

Hamel, G y Zanini, H. (2022). Humanocracia.