Vivimos en un mundo que necesita más ciencia, pero también mejor comunicación de la ciencia. La investigación avanza a un ritmo vertiginoso, pero muchos de sus descubrimientos se quedan atrapados en el lenguaje técnico de los laboratorios o en publicaciones inaccesibles para el público en general. El desafío es evidente: ¿cómo pueden los científicos explicar investigaciones complejas a personas ajenas a su disciplina, sin perder rigor, pero conectando con sus intereses y emociones?

En este contexto, el storytelling, también conocido como el arte de contar historias, se presenta como una herramienta poderosa para transformar la comunicación científica. Así lo ha demostrado la iniciativa de EU-LIFE, una alianza de centros de investigación europeos que ha apostado por formar a sus investigadores en técnicas narrativas para acercar mejor su trabajo a la sociedad.

El obstáculo del lenguaje científico

Uno de los principales desafíos de la comunicación científica radica en el lenguaje que se utiliza. Acostumbrados a expresarse con precisión técnica y a sostener sus argumentos en datos, gráficas y metodologías complejas, muchos científicos encuentran enormes dificultades a la hora de hablar con públicos no especializados. La jerga científica, aunque imprescindible en contextos académicos, puede actuar como un muro que aísla el conocimiento en lugar de compartirlo.

Este obstáculo del lenguaje me recuerda a mi anterior artículo en el que describía a los “Digital Health Opinion Leader (DHOL)”, esas nuevas voces que están transformando la comunicación en salud a través de las herramientas digitales. Líderes de opinión en salud cuya experiencia, conocimientos y aportes al sector los han convertido en referentes influyentes en el mundo digital. Una variante más, que aportaría una solución, a la unión de dos mundos que a priori, están alejados entre sí.

El artículo publicado en FEBS Letters ilustra este problema a través de la historia de Emma, una investigadora postdoctoral con una trayectoria brillante, publicaciones en revistas de prestigio y una sólida formación en neurociencia. Sin embargo, durante una jornada de puertas abiertas en su instituto, Emma se enfrentó a una realidad incómoda: su discurso no conectaba con la audiencia general. A pesar de su dominio del tema, no logró despertar interés ni comprensión en los asistentes. Se sintió invisible. Y no fue la única.

Este tipo de experiencias reflejan una desconexión profunda: el conocimiento existe, pero no se transmite de forma eficaz. Numerosos estudios demuestran que las personas recuerdan mejor las historias que las listas de datos, especialmente cuando esas historias despiertan emociones o reflejan situaciones cercanas. Mientras los datos apelan al análisis, las narrativas apelan a la empatía, a la emoción a las vivencias.

Superar esta desconexión no es solo un asunto de estilo: es una necesidad estratégica. Si queremos una sociedad más informada, participativa y comprometida con la ciencia, necesitamos que el conocimiento se exprese en un lenguaje que emocione, inspire y movilice. Hazte siempre esta pregunta antes de comunicar cualquier aspecto científico a la población: ¿Qué quiero que sienta, piense o haga mi audiencia al escucharme? ¿Quiero inspirarles? ¿Qué actúen? ¿Qué me recuerden? Tener claro ese objetivo te ayudará a humanizar la ciencia.

Caso de éxito de la alianza europea EU-LIFE

Conscientes de esta brecha comunicativa entre ciencia y sociedad, la alianza europea EU-LIFE —que agrupa a centros de investigación de excelencia en ciencias de la vida— decidió pasar a la acción. A través de su grupo de trabajo Science Communications Working Group (SCWG), desarrollaron un programa pionero de formación en storytelling dirigido a jóvenes investigadores. Su objetivo era claro: dotarles de herramientas narrativas que les permitieran transformar sus investigaciones en historias comprensibles y memorables para cualquier audiencia.

Este curso de formación no nació de la nada. Se inspiró en experiencias previas de talleres realizados en el Biotech Research and Innovation Centre (BRIC) de Copenhague, donde los equipos de comunicación científica habían detectado el potencial de estas dinámicas. EU-LIFE aprovechó su red de colaboración para perfeccionar y expandir esta iniciativa a otros institutos europeos, demostrando la fuerza de compartir buenas prácticas en ciencia.

Los resultados hablan por sí solos. Las historias creadas en estos talleres no solo han servido como ejercicios formativos, sino que han encontrado su lugar en campañas de divulgación y hasta en revistas científicas de ámbito internacional.

La metodología And-But-Therefore (ABT)

La esencia de la formación en storytelling de EU-LIFE se encuentra un recurso tan simple como poderoso: el modelo narrativo And-But-Therefore (ABT). Esta estructura funciona como una guía práctica que ayuda a los científicos a construir relatos claros, coherentes y emocionalmente atractivos, partiendo de sus propios proyectos de investigación y asegurándote que tengan enganche con el público en general.

El esquema ABT se basa en tres pilares esenciales. El And («y») permite establecer la situación inicial o el contexto de la investigación, aquello que es conocido o aceptado. El But («pero») introduce el conflicto, el problema o la pregunta científica que rompe esa situación inicial y genera interés. Finalmente, el Therefore («por lo tanto») ofrece la resolución o la propuesta de solución, mostrando el valor y la relevancia de la investigación.

Durante los talleres, los participantes trabajan con sus propios resúmenes científicos y aprenden a transformarlos siguiendo este modelo narrativo. El proceso es dinámico y participativo: a partir de sus datos y descripciones técnicas, los investigadores construyen una historia que no solo explica su trabajo, sino que también conecta emocionalmente con quien la escucha o la lee. Así, la ciencia deja de ser solo una acumulación de datos y se convierte en un relato con sentido, conflicto y propósito.

Los talleres de storytelling desarrollados por EU-LIFE combinan teoría y práctica en un formato cuidadosamente diseñado. Antes de cada sesión, se solicita a los participantes que envíen un resumen de su investigación. Este material sirve de base para que los formadores conozcan sus proyectos y puedan guiar mejor el proceso. La jornada comienza con una introducción teórica sobre los fundamentos del relato científico y la estructura ABT, para después pasar a ejercicios prácticos en los que los investigadores transforman sus resúmenes técnicos en historias accesibles y atractivas.

Una parte esencial de la metodología es la retroalimentación constructiva (feedback). Los participantes comparten sus historias en un ambiente seguro, donde el respeto y el apoyo mutuo son clave. Salir de la zona de confort es necesario, pero hacerlo en un entorno de confianza permite que la experiencia sea enriquecedora y motivadora.

Los beneficios son múltiples: los investigadores desarrollan habilidades esenciales de comunicación, ganan seguridad a la hora de presentar en público y aprenden a explicar conceptos complejos a audiencias diversas. Además, estas competencias resultan estratégicas más allá de la divulgación, ya que mejoran la capacidad de presentar proyectos a financiadores, establecer colaboraciones y compartir conocimiento dentro y fuera del ámbito académico.

Un ejemplo transformador

Un ejemplo revelador del poder del storytelling en la comunicación científica aparece en el artículo de FEBS Letters, donde se muestra cómo un resumen técnico sobre biomarcadores puede convertirse en una historia cercana y memorable.

El texto original era una descripción científica clásica: hablaba de estudios de ADN libre circulante, de algoritmos de inteligencia artificial y de predicción de enfermedades como el cáncer o la diabetes a partir de análisis de sangre. Un contenido muy valioso científicamente hablando, pero difícil de entender y recordar para un público no especializado.

Aplicando el modelo ABT, los investigadores transformaron este lenguaje técnico en la historia de María. Así funciona el esquema:

And (y): María es una mujer real, que vive en un lugar del mundo, con un ritmo de vida intenso o con pocas oportunidades de acceso a la sanidad. Ella representa a muchas personas vulnerables ante enfermedades como el cáncer.

But (pero): El gran problema es que muchas veces el cáncer no se diagnostica a tiempo, y eso reduce las posibilidades de tratamiento y supervivencia. No todas las personas acceden pronto a pruebas sanitarias de una manera eficaz.

Therefore (por lo tanto): La investigación propone una solución: un sencillo análisis de sangre que, gracias al estudio del ADN libre y al uso de inteligencia artificial, puede detectar precozmente el riesgo de desarrollar cáncer y mejorar el acceso al tratamiento.

Este ejercicio, que es meramente un ejemplo, demuestra cómo un dato científico complejo puede convertirse en una historia accesible y entendible para la población. Al introducir un personaje y estructurar el mensaje con el modelo ABT, la ciencia deja de ser un lenguaje técnico y se transforma en un relato que informa, emociona y conecta con las personas.

El storytelling ayuda a transformar datos complejos en relatos comprensibles y cercanos, se favorece una mayor cultura científica, se combate la desinformación y se fortalece el apoyo social a la investigación, clave para el avance del conocimiento y la toma de decisiones informadas.

El futuro de la comunicación científica es narrativo

El storytelling tiene el poder de transformar la forma en que la ciencia se comunica, se entiende y se valora. Frente a una sociedad que necesita información clara, fiable y accesible, contar bien la ciencia es tan importante como hacerla. Iniciativas como la de EU-LIFE demuestran que, con formación y práctica, los científicos pueden aprender a conectar con el público sin renunciar al rigor.

Narrar la ciencia es mucho más que adornarla: es humanizarla, hacerla accesible y, sobre todo, hacerla útil. En un mundo lleno de fakes, saturación de datos y ruido informativo, las buenas historias no solo captan la atención, sino que ayudan a disminuir la brecha entre el conocimiento y las personas.

Bibliografía

Guglielmi, G., Petersen, E., Alvarez, L., Zacharioudaki, E., Morais, A., Dorado-Ladera, E., & Kaunisto, M. (2024). Transforming science communication through storytelling. FEBS letters, 598(19), 2323-2327.