La atención centrada en la persona, en el paciente o en la familia es uno de los principales objetivos en la prestación de un servicio de calidad, igual que los objetivos relacionados con la seguridad, la efectividad, la eficiencia, la equidad y la accesibilidad de los servicios. El Institute of Medicine incluye la atención centrada en el paciente entre las seis dimensiones principales de la calidad de la atención en salud.

En lugar de ofrecer una definición concisa pero inevitablemente limitada, la Health Foundation ha identificado un marco que comprende cuatro principios de atención centrada en la persona:

Atender a las personas con dignidad, compasión y respeto.

Coordinación en la atención.

Ofrecer atención, apoyo o tratamiento personalizado.

Apoyar a las personas para que reconozcan y desarrollen sus propias fortalezas y habilidades que les permitan vivir una vida independiente y plena.

Un elemento de gran importancia es la aparición en los últimos años de múltiples estudios que avalan la importancia que tiene la atención centrada en el paciente en los resultados de salud. Por ejemplo, se ha podido demostrar que los pacientes que están implicados en su atención están más capacitados para manejar la complejidad de las enfermedades crónicas, siendo capaces de buscar la asistencia adecuada, de disminuir la ansiedad y el estrés y, en el caso de los pacientes hospitalizados, de disminuir su estancia media.

Una base fuerte y creciente de evidencia científica muestra que la atención centrada en el paciente y en la familia no es solamente un valor fundamental, es también algo esencial en la mejora de los resultados clínicos, económicos y de satisfacción.

‘En la atención centrada en el paciente, la atención se orienta más hacia la problemática que presenta el paciente que hacia el típico abordaje por patologías’

Los beneficios clínicos asociados con una mejor experiencia del paciente y una atención centrada en el paciente incluyen aspectos como los siguientes: disminución en la mortalidad, disminución de las tasas de reingresos, disminución de las tasas de infección asociadas a la atención sanitaria, reducción de la duración de la estancia hospitalaria, mejora en la adherencia al tratamiento y mejora del estado funcional.

En la atención centrada en el paciente, la atención se orienta más hacia la problemática que presenta el paciente que hacia el típico abordaje por patologías, dejando de ser un determinado órgano para ser el eje alrededor del cual gira una atención que considera las personas como un todo, teniendo en cuenta cada parte de su ser físico, mental, espiritual, intelectual, etc. Una visión más amplia de la relación con el paciente y con su familia requiere empatía, comunicación efectiva y bidireccional e ir más allá de los parámetros clínicos más habituales.

En un modelo de atención sanitaria tradicional el rol del paciente puede ser pasivo y puede tender a ser el receptor de un tratamiento de forma poco informada. En un modelo en el que la atención centrada en el paciente forma parte de la cultura de la organización y de la mentalidad de sus profesionales, el paciente tiene un papel activo, siendo un aliado en el plan de tratamiento, las decisiones se centran en la calidad de vida y en las preferencias del paciente y el profesional de la salud practica una escucha activa.

Algunas organizaciones como NICE en referencia a la experiencia de los pacientes en el Natonal Health Service plantean estándares que los centros sanitarios tienen que cumplir para mejorar la atención centrada en el paciente. Por ejemplo, proponen que los centros demuestren mediante encuestas sobre la experiencia de los pacientes y otro tipo de estudios que los pacientes sienten si han sido tratados con dignidad, amabilidad, compasión, cortesía, respeto, comprensión y honestidad. O, por ejemplo, que se pueda demostrar que los pacientes consideran que el personal se comunica con ellos de una manera clara y comprensible.

Este tipo de iniciativa puede impulsar la mejora de la atención centrada en el paciente y en la familia, pero no se debería considerar una imposición. Los profesionales que trabajan en el sector salud deben sentirse apoyados por su organización para poder ser empáticos y recibir la formación necesaria para que la atención centrada en la persona forme parte inseparable de los valores de la práctica profesional, a la misma altura que la calidad científico-técnica. El movimiento de atención centrada en el paciente y la familia puede demostrar poderosamente que involucrar plenamente al paciente en todas las etapas de su experiencia de atención conducirá a resultados más exitosos y satisfactorios para todos los involucrados.