Sociedades científicas, colegios profesionales, asociaciones de pacientes y representantes de la dirección de hospitales se unieron el pasado mes de septiembre al Instituto #SaludsinBulos y la Asociación de Innovadores en eSalud (AIES) para impulsar un código ético en Inteligencia Artificial (IA) en salud en el que se incluía la desinformación. Este encuentro forma parte del Hackathon Salud, un concurso de soluciones digitales en salud para mejorar la asistencia sanitaria y que tiene entre sus objetivos fomentar la información veraz en salud.

Como acordaron los participantes en el encuentro, la IA supone, por una parte, una oportunidad para conocer mejor al paciente y mejorar la comunicación con él, pero también ofrece desafíos en forma de desinformación, tanto en el texto como en las imágenes y vídeos. Diversos estudios han demostrado que los rostros generados por muchas soluciones de IA son indistinguibles de los reales. La tecnología puede generar un falso médico que nos recomiende un producto milagro o partir de la imagen de un médico real para crear un vídeo en el que este diga lo que se le ocurra a cualquiera.

‘La tecnología ya existe, la voluntad de muchos profesionales sanitarios también’

Ya no hace falta disponer de un gran equipo informático, en nuestro teléfono móvil ya podemos tener aplicaciones que, con la foto de cualquier persona, pueden hacer que diga o haga cualquier cosa. No hay límites, desde desnudarla, como ha aparecido en los medios a raíz de una denuncia contra unos adolescentes que usaron la imagen de sus compañeras de clase, hasta convertirla en un estudiante de los años 90 en Estados Unidos, como consigue la última aplicación de moda basada en IA.

En el ámbito de la salud, las posibilidades se multiplican de fabricar bulos sobre cualquier tratamiento o sobre la medicina en general, con estudios falsos con apariencia de reales, como hace ChatGPT a menudo, o con imágenes creadas por ordenador de muertos o reacciones que nunca han existido.

Pero la IA también puede emplearse para combatir la desinformación. Al igual que se crean bots que inundan las redes sociales de bulos sobre vacunas, se pueden programar mensajes automatizados que recomienden fuentes fiables en salud. Por ese motivo, desde #SaludsinBulos impulsamos el Hackathon Salud, con retos destinados a fomentar la información veraz en salud. Queremos fomentar que se creen soluciones digitales que combatan la desinformación en salud, sea con bots, sistemas de detección de bulos en redes sociales, programas educativos a la población o videojuegos que ayuden a concienciar al profesional sanitario en la importancia de la divulgación, entre otras posibilidades.

En esta edición del Hackathon Salud, que celebramos el 13 de diciembre en colaboración con la red ITEMAS, que reúne la innovación en la salud pública, contamos con dos retos vinculados a medicamentos en general y a antibióticos en particular. Premiaremos a aquellos proyectos que nos ayuden a combatir la infodemia en este ámbito. El pasado año pusimos en marcha, con el Consejo de Farmacéuticos, un estudio sobre los antibióticos en las redes sociales y los resultados nos confirmaron lo que nos temíamos: la conversación no la lideran los profesionales sanitarios sino los influencers irresponsables que lo mismo deciden aplicarse ibuprofeno machacado en un grano que autoindicarse un antibiótico para un resfriado.

Si dispusiéramos de sistemas de detección precoz de este tipo de publicaciones que hicieran disparar “bots buenos” recomendando antibióticos para las bacterias o acudir a un farmacéutico para informarse sobre medicamentos podríamos contribuir a reducir el impacto de estos mensajes peligrosos para la salud de quienes se lo creen. La tecnología ya existe, la voluntad de muchos profesionales sanitarios también. En el Hackathon salud veremos los resultados.