Coincide la elaboración de esta reflexión con el Día Internacional de la Salud concretado por la OMS para el 7 de abril. Además, en las últimas horas desde nuestro espacio de Valor Salud (todos los viernes a las 10 horas en Capital Radio) hemos elaborado un especial Día Mundial de la Salud donde hemos planteado distintas mesas con los temas más destacados y sus personas de la actualidad de la sanidad en nuestro país.

El Día Mundial de la Salud es una jornada destinada a concienciar sobre la importancia de mantener hábitos de vida saludables para prevenir enfermedades y promover el bienestar general que me ha dado la oportunidad de afrontar, incluso con el Ministerio de Sanidad y su secretaría de Estado grandes cuestiones de fondo como las competencias profesionales, los seguros de salud, la colaboración público-privada, el concepto de One Health y el bienestar, el estado de la cuestión por parte de políticos de distintos grupos  e ideologías, y muchos temas más con lo público y lo privado .

He de decir que en cuestiones como la colaboración público-privada vuelvo a salir un tanto pesimista después de muchos años afrontando este asunto ya que parece que la ideología y la política le siguen ganando la batalla a nuestra salud y sanidad ante el posible avance, si incluso la comparamos con otros países.

A lo que voy. De todos los temas afrontados en este Día Mundial de la Salud hay uno que me parece clave, es el que trata las competencias profesionales en el sector donde incluimos la escasez de profesionales y el futuro del capital humano en nuestra salud y sanidad.

Algunas cuestiones sobre esto.

Tenemos un déficit de profesionales en general por diversos motivos. ¿Cómo podemos afrontar el reto de un incremento de la presión asistencial y financiera en el futuro? ¿Es un problema de ordenación de recursos, de déficit de profesionales o de ambos factores?

¿De qué herramientas disponen los centros sanitarios para incidir en la motivación y orgullo de pertenencia de los profesionales?

Un aspecto importante es el de las competencias profesionales. ¿Están bien definidas en este momento o es necesario hacer una redefinición y ajuste en base a la situación actual y futura?

‘¿De qué herramientas disponen los centros sanitarios para incidir en la motivación y orgullo de pertenencia de los profesionales?’

La formación de especialistas MIR es el eje sobre el que pivota la excelencia de nuestro sistema público y privado de salud. ¿Qué cambios, si es que hay que hacerlos, serían necesarios de cara al futuro?

¿Existe competencia entre el sistema público y privado en la captación y retención del talento? ¿Cómo ordenar este aspecto tan importante para que exista el equilibrio imprescindible en esta materia?

¿Es el carácter estatutario de las contrataciones en el sistema público un tema a revisar en el futuro? ¿Es un freno o es una fortaleza del sistema?

Son algunas preguntas que no siempre tienen respuesta.

En ocasiones algunos de los aspectos planteados por distintos sectores sanitarios dentro de este asunto comparan de forma directa lo que está ocurriendo con cualesquiera otras empresas de cualquier sector.

Las nuevas formas de trabajar en la sanidad y su repercusión en el capital humano, el concepto de trabajar desde la medicina por proyectos concretos y con cierto foco, recuperar la cultura laboral con el cariz de cada organización, eliminar la burocracia tan reconocida y por cada médico en cualquiera de los ámbitos, el empoderamiento de los médicos de atención primaria, la nueva formación en el sector, la atracción a la profesión y si me permiten un employer branding actualizado sin olvidar la atención que hay que dedicar al bienestar y la salud mental.

Todo influye em la escasez de talento.

La edad media del facultativo en España es de 50 años, algo que supondrá un problema a medio plazo, cuando casi la mitad de los especialistas se jubile y el cambio generacional no se haya producido al ritmo necesario. Además, se calcula que en 2027 el Sistema Nacional de Salud necesitará cerca de 9.000 médicos más al año para cubrir sus necesidades. Una demanda que también existe con el personal de enfermería, ya que el 95% de los hospitales privados presenta una necesidad media-alta de este profesional.

¿Qué factores explican esta paradoja de tener sanitarios en paro y al mismo tiempo necesitarlos? Algunos expertos apuntan a la falta de planificación y coordinación entre las comunidades autónomas, que tienen las competencias en materia de sanidad y recursos humanos. Otros, señalan las condiciones laborales precarias que sufren muchos sanitarios, especialmente los jóvenes, que tienen que hacer frente a contratos temporales, bajos salarios y largas jornadas. Además, hay que tener en cuenta la fuga de talento que se produce hacia otros países que ofrecen mejores oportunidades profesionales y formativas.

Son factores críticos que no solo ocurren en el sector sanitario. Hay otros sectores y empresas que tienen los mismos problemas. ¿Dónde está la diferencia? Que aquí siempre estamos hablando de los grandes protagonistas como son los pacientes. Unos pacientes que fruto de todas las claves planteadas anteriormente sufren largas listas de espera que empeoran no solo su enfermedad sino su ánimo.