El trato es tan importante como el tratamiento
En un mundo que se mueve a un ritmo vertiginoso, rebelarse puede ser tan simple como detenerse a meditar y escuchar nuestro interior. Este acto de introspección nos lleva a cuestionar nuestras motivaciones y objetivos de vida de una manera más profunda y significativa. Preguntarse "¿Qué espero yo de la vida?" no es la pregunta correcta. En su lugar, deberíamos preguntarnos: "¿Qué espera la vida de mí?". ¿Qué espera el trabajo de nosotros? ¿Qué espera la sociedad? Sin duda, tenemos la responsabilidad de contribuir a la creación de una sociedad mejor. Podemos lograrlo a través de nuestras acciones cotidianas y la dedicación a un propósito más grande que nosotros