Si hay algo que puede cambiar la vida de una persona, eso es el amor. En el momento que el amor aparece en nuestras vidas, nos da la vuelta como un calcetín. El amor que más nos revoluciona es el que llega sin avisar, puesto que en la mayoría de los casos no es buscado ni entiende de límites ni barreras.

Si hay una relación que se queda grabada en nuestra memoria de una manera más intensa, esa es la relación de amor apasionada. Este tipo de relación se mantiene en nuestro recuerdo de una manera más activa durante años. Muchas veces hemos utilizado la frase “el amor es ciego” y realmente tiene su lógica. Cuando una persona está en la fase del enamoramiento, la corteza prefrontal, la cual está implicada en la lógica y el razonamiento se desactiva haciendo, entre otras cosas, que la persona sea incapaz de ver los defectos de la pareja.

La palabra amor la utilizamos en numerosas ocasiones, bien sea para dirigirnos a un hijo/a, un amigo/a, nuestra pareja, familiares…en realidad, ¿sabemos lo que significa la palabra amor? Y realmente, cuando utilizamos esta palabra, ¿lo hacemos utilizándola de manera correcta y sabiendo lo que queremos expresar con ella?

La RAE la define como un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. Sentimiento intenso el ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

Cada persona concibe el amor con diferentes matices, aunque para todos las bases son las mismas: vínculo y unión. Tenemos, por ejemplo, el amor maternal, el amor paternal, el amor de hermano/ a, la amistad, el amor platónico y el amor apasionado.

Existe una teoría denominada, Teoría de Sternbrg que se compone de 3 elementos o también llamado tipos de amor, en relación a la palabra amor. La cual explica los tipos de amor que hay.

Amor romántico: pasión + intimidad

Amor fatuo: pasión + compromiso

Amor sociable: intimidad + compromiso

Cada uno de los tres componentes esenciales, pasión, intimidad y compromiso de los que se compone la Teoría de Sternberg, está compuesto a la vez de componentes que hacen que se dé ese elemento.

En el caso de la pasión: podemos decir que es un sentimiento de gran intensidad que está enfocado a la atracción hacia la otra persona. Se caracteriza por una activación biofisiológica y una aspiración de unión. La pasión, se expresa a través de la admiración del otro, surgiendo así la necesidad de estar cerca de la persona amada.

La intimidad: cuando se crea intimidad en una pareja surgen los sentimientos que dan lugar al acercamiento, la conexión entre la pareja y construcción del vínculo. Aceptar a tu pareja, tener un sentimiento de confianza y cariño hacia la persona, preocupándote por su bienestar. Es en este momento cuando entra en juego la empatía con el otro.

El compromiso en una pareja es muy importante si se quiere que la pareja llegue a buen puerto. Es en esta etapa cuando se crea un proyecto en común con la otra persona. Se crea un “nosotros”, siendo este un espacio en el cual se consolida la relación. El compromiso es un elemento que puede darse, aunque no se dé la intimidad y la pasión.

Si hablamos de tipos de amor, podemos decir que tenemos el amor romántico, el amor fatuo y el amor sociable.

Cuando una persona encuentra a otra y deciden comenzar una relación de pareja, existen unas etapas o fases por las cuales toda pareja pasa.

  1. Enamoramiento: Se considera que es la etapa más bonita. Se caracteriza por la fuerte atracción por la otra persona y es en este momento cuando todo parece maravilloso y agradable. Se considera la etapa de la química, dura unos dos o tres meses como máximo un año o dos. Esta etapa también puede ser llamada limerencia. Los sentimientos y emociones de la pareja pasan por la euforia y los cambios rápidos del estado de ánimo. En esta fase el cuerpo libera gran cantidad de dopamina, serotonina o noradrenalina, siendo los responsables de la excitación y energía que se siente y se tiene en esta etapa. Conclusión: cuando nos enamoramos, nuestro cerebro segrega feniletilamina también llamada molécula del amor; feromonas, provocándonos una sensación de bienestar y confort; oxitocina, denominada la hormona de los abrazos, ayudando a crear el vínculo con la pareja; dopamina, se la relaciona con el placer en todos los ámbitos no solo en el amor; noradrenalina, se la asocia a la sensación de euforia y excitación del cuerpo; y serotonina, actuando sobre las emociones y el estado de ánimo.
  2. Conocimiento: Etapa profunda emocionalmente, etapa en la cual conoces más en profundidad a la otra persona.
  3. Cotidianeidad: Esta etapa da lugar a la rutina. En esta etapa, muchas parejas consideran que ya no es lo que era.
  4. Conflicto y negociación: En esta etapa puede darse lo que llamamos, crisis de pareja, provocado en muchas ocasiones por la mala comunicación en la pareja. Esta etapa suele ser la última para muchas parejas, puesto que las diferencias pueden hacer tanta mella que deciden tomar cada uno su camino admitiendo que es lo mejor para la pareja.
  5. Crecimiento: En esta etapa se toman decisiones que pueden hacer que la relación dé un giro importante como, mudarse, tener hijos, emprender proyectos juntos…. La pareja se acepta tal y como es, con lo bueno y lo malo de cada uno. Los conflictos se abordan desde la sinceridad y se resuelven sin llegar a una crisis profunda.
  6. Transcendencia: Fase en la cual se pone fin a la relación. Los motivos pueden ser diversos. Este es el momento de trabajar la aceptación, asumir que cada uno tiene que seguir su camino.

El amor es una gran entrega la cual no puede hacer que perdamos en ningún momento nuestra identidad, es aprender, compartir, construir un proyecto en común.

Estudios consideran que el secreto para que una relación de pareja dure está en superar las 5 fases del amor: 1. Enamorarse, 2. Convertirse en pareja, 3. Desilusión, 4. Creación de un amor real y duradero y 5. Los dos juntos pueden cambiar el mundo. Sin embargo, muchas de las parejas no pasan de la tercera fase, la desilusión es una etapa que en muchas ocasiones supone el final o por el contrario el fortalecimiento de la relación. En una relación de pareja es muy importante tener todos los canales de comunicación abiertos, compartir tiempo de calidad con la otra persona. El pasar tiempo juntos puede llevar a tener pequeños enfados, en ningún momento se deberá hacer ningún tipo de recriminación en público, ello hará que la relación poco a poco se vaya enfriando y lleguen más momentos malos que buenos. Todos sabemos que mantener una relación estable en el tiempo es difícil, para ello es importante que dejes respirar a tu pareja y pueda tener su espacio. Hay personas que se enganchan de tal manera emocionalmente con su pareja que las hacen responsables de todo lo que les pase y son capaces de afrontar y aceptar una ruptura o separación cuando esto sucede.

El amor no se vive de igual manera a los 18 años, ni a los 20 años, ni a los 40 años. Cada etapa tiene su encanto y aunque las etapas o fases sean las mismas no se viven de la misma manera ni de la misma intensidad. Los expertos piensan que un amor que se vive en la madurez es el mejor, ya que cuando llega el amor en la madurez llega acompañado de serenidad y seguridad puesto que la persona tiene las ideas más claras y la forma de amar beneficia a nivel de pareja, emocional e individual.

En esta vida nada es para siempre, todo tiene un principio y un final y las relaciones de pareja no van a ser menos. Hay veces que la relación se rompe sin más, otras son provocadas por una situación más traumática… sea el caso que sea todas llevan su tiempo de duelo, situación que no gusta a nadie pero que es totalmente necesaria pasar para poder seguir con el día a día. Cuando se da una separación o una ruptura de pareja los componentes de la pareja pasan por las siguientes fases:

  1. Estado de impacto o shock: La persona sigue como si no hubiera pasado nada, no se cree lo que ha pasado.
  2. La negociación de la pérdida: Se es consciente de lo que se ha perdido, aunque no es capaz de aceptarlo. Se niega a aceptar que se ha terminado y su mente se centra en buscar una solución y así poder retomar la relación.
  3. La tristeza profunda: Llega la tristeza, emoción que es necesaria vivir para poder asumir la pérdida y así conectar con lo ocurrido para con ello poder ir empezando poco a poco a superar el duelo. La persona asume y vive en primera persona lo que significa la pérdida.
  4. La culpa: Esta fase es una de las más características dentro de la ruptura de pareja. La culpa lleva a la persona a pensar una y otra vez que es lo que podría haber hecho para que no se hubiese dado esta situación. Hay personas que se cargan con el 100% de responsabilidad de lo sucedido y es injusto, una pareja está formada por dos personas y cada uno tiene su parte de responsabilidad.
  5. Rabia: Cuando ya se ha asumido esa supuesta culpa por lo ocurrido, llega la rabia. Esta es una de las fases más beneficiosas en la etapa del duelo. Se considera que es positivo y necesario sentir rabia por lo sucedido, porque si algo nos provoca rabia, lo quitamos directamente de nuestra vida.
  6. La aceptación: Llega el momento de ver la luz al final del túnel. Te permite ver todo lo ocurrido como una experiencia y sacar de ello un aprendizaje.

Sea como fuere, lo que todos tenemos claro es que nos gusta tener al lado a personas que nos quieran y nosotros también poder querer.

El ser humano es una especie que necesita de las relaciones tanto personales como interpersonales para poder vivir, se las considera una necesidad básica.

El amor está idolatrado y de ahí que haya tantas maneras diferentes de definirlo, aunque estaremos de acuerdo que cuando se vive la fase del enamoramiento, la pareja piensa que es lo más bonito y especial que ha vivido nunca.