Ya hace casi un año, en mayo 2021 hacíamos una referencia en este mismo medio y en esta misma sección sobre la importancia de abordar el proceso de cáncer como una de las más catastróficas secuelas del maldito virus Sars COv 2. En ese mismo artículo se apuntaba la importancia de conocer la actividad realmente realizada durante el impacto de la pandemia, también por tipos de cáncer y territorios: programas de screening, morbilidad hospitalaria, consultas y pruebas diagnósticas, comparada con su histórico, actividad de biopsias y mortalidad. Datos que permitirían afrontar la realidad desde su conocimiento profundo.

En julio de 2020 publicamos una estimación de pacientes de cáncer sin diagnosticar: no menos de 80.000 pacientes, fruto de la primera y más impactante ola de la pandemia. En febrero de 2021 la Sociedad Española de Oncología Médica cifraba en 20% de los pacientes con cáncer están sin diagnosticar por la pandemia en España, es decir, unos 55.000.


El dato más fiable del impacto de la pandemia, dada la amplitud de especialistas que intervienen en los diferentes tipos de cáncer, el de las biopsias, dato que ponemos en valor en esta reflexión en gráfica adjunta.

En la misma se observa, según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad, una disminución de más un millón de biopsias realizadas entre 2019 y 2020. Con la proyección realizada en el marco del Proyecto Venturi, la diferencia entre lo previsto y lo realmente realizado sube hasta más de 1.200.000 biopsias menos.

Si estimamos que alrededor del 80% de las biopsias lo son por sospecha de cáncer, se concluye que se han realizado en torno a un millón de biopsias menos en España para tal fin, solo a finales de 2020. O lo que es lo mismo, al menos una de cada cinco biopsias diagnósticas se ha dejado de realizar. Siguiendo con el mismo razonamiento, relacionando biopsias con previsión de nuevos enfermos de cáncer que pronosticaba SEOM para ese año, la cifra de pacientes con cáncer no diagnosticados ascendería a 61.000. Datos estos que parecen tener correlación con la disminución de pacientes con neoplasias en el sistema sanitario en 2020 (868.800, 86.000 menos que en 2019) que se deduce de los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad en su portal estadístico.

No disponemos de datos para poder hacer, aunque sea una aproximación al comportamiento de estos datos durante 2021. Todo hace pensar que la situación se ha ido controlando y normalizando. Pero que el retraso es tal que va a costar limpiar el cuello de botella en una patología que cualquier retraso se traduce en complicación o fallecimiento. Si bien la normalización de la capacidad de respuesta del sistema sanitario podría estar recuperando sus características de saber resolver lo más urgente, aunque lo demás tenga que esperar.

Nos ratificamos en seguir trabajando en alineamiento de los recursos y la demanda, clave para la normalización de la atención al cáncer, como ya decíamos en el artículo de mayo de 2021 (Alineamiento de los recursos y la demanda: clave para la normalización de la atención al cáncer – New Medical Economics), y trabajar en el dimensionamiento del problema que, como hemos analizado someramente en esta reflexión, “tiene miga”.