La colaboración privada-pública es fundamental en cualquier circunstancia, especialmente en los casos más extremos como es una situación de pandemia como la que vivimos. Ante un sistema desbordado por la demanda asistencial es clave sumar recursos utilizando todos los disponibles independientemente de su titularidad y este overbooking en la sanidad de titularidad pública es fehaciente, incluso en este momento en el que la pandemia ha moderado sus cifras de prevalencia e incidencia. La deriva sociodemográfica con el aumento de la esperanza de vida, el envejecimiento progresivo de la población y la cronicidad y pluripatologías (comorbilidades) asociadas son uno de los factores más relevantes que inciden en dicho incremento de la demanda de asistencia sanitaria.

La insuficiencia financiera es un problema grave de nuestro sistema, nos encontramos por debajo de los países más avanzados de nuestro entorno geográfico en cuanto a recursos destinados a sanidad con relación al PIB; pero no solo es este uno de los males que afectan a nuestro sistema sanitario ya que tenemos un problema evidente en cuanto a profesionales y en cuanto a dotación de medios e infraestructuras, es por ello que, de nuevo, la cooperación privada-pública se hace indispensable. Medicina solo hay una, los profesionales se forman todos en las mismas facultades independientemente del entorno en el que presten sus servicios y la enfermedad no admite esperas, por ello y pensando en el paciente es capital que se identifiquen todas las insuficiencias respecto de las necesidades reales y se actúe de forma urgente en consecuencia.

Un aspecto clave también es el de terminar con las diferencias entre comunidades autónomas en materia sanitaria y para ello es imprescindible coordinación, cooperación, cohesión y suficiencia de los recursos de todo tipo sufragados por los presupuestos generales del Estado, adaptados a las necesidades de cada territorio teniendo en cuenta sus particularidades, no es lo mismo una población envejecida que una población que no lo es tanto y no es lo mismo una comunidad autónoma con una concentración demográfica intensa que otra que existe una gran dispersión y además sufre el problema de lo que se ha venido a denominar España Vacía. Todos somos iguales y debemos de tener las mismas oportunidades y servicios ofertados desde la administración, independientemente del código postal de residencia, y en aquellos lugares donde no sea posible es imprescindible intensificar e impulsar todo tipo de cooperación y colaboración en materia sanitaria. En este aspecto la cohesión interterritorial dentro del SNS es clave.

La sanidad española ha de realizar una profunda reflexión e identificación exacta de los problemas y su magnitud actual y futura y a ello ha de aplicar las soluciones contrastadas y más adecuadas alejadas de todo apriorismo, dogmatismo e interés. La sanidad española debe ir en la dirección de aquellos países de nuestro entorno que tienen unos índices y presentan unos datos contrastados por encima de los nuestros en términos de resultados sanitarios y de salud, pero para ello, es fundamental medir, comparar y tomar nota de quienes con similares problemas lo están haciendo mejor y si eso significa modificar o cambia el modelo no debería generar dudas puesto que, en ello nos va el futuro de nuestro sistema basado en un modelo que quizás no se adapta ya a los tiempos actuales y por lo tanto a nuestra sociedad.

Si nos planteamos la pregunta de si el Sistema Nacional de Salud es uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, es evidente que no, eso no quiere decir que a lo largo de los años no hayamos sabido construir un modelo que en su momento lo fue, y nuestro deber es tratar de retornar a la senda del liderazgo en Sanidad, pero para ello es imprescindible no solo mirar al presente y al futuro con realismo, sino además tener la firme voluntad de cambiar todo aquello que sea preciso en base a un estudio en profundidad de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades a las que nos enfrentamos. De nuevo es importante recalcar que solo con el esfuerzo conjunto, coordinado y estratégico de todos es como seremos capaces de alcanzar el éxito en nuestro propósito de disponer de la mejor sanidad para todos, empeño en el que está la Fundación IDIS y sus miembros desde sus orígenes, contemplando una sanidad de titularidad pública fuerte y suficiente con la colaboración de una sanidad de titularidad privada normalizada e integrada en los planes sanitarios y de salud que se puedan establecer.

Un aspecto relevante en materia de Sanidad es la modernización digital del sistema, en este sentido qué duda cabe que la incorporación de los avances que se van produciendo es clave, no solo para alcanzar los mejores resultados sanitarios y de salud mediante una simbiosis lo más perfecta posible entre talento humano y capacidad aportada por la inteligencia artificial y las herramientas que le sirven de sustrato.

En este sentido surge un concepto nuevo, el de Medicina Personalizada Big Data (MPBD) un avance que supone la aplicación de la inteligencia artificial al desarrollo de una práctica clínica muchos más específica para cada paciente atendiendo a una visión holística de lo que significa y supone toda su forma de ser, actuar e interactuar con el entorno, una vez que, todos los factores fenotípicos en cuanto a forma de vida, asistenciales, y de contacto con el sistema influyen de un modo relevante en el proceso de salud y enfermedad, en el bienestar y en la calidad de vida del individuo y de la comunidad.

Dentro de este entorno disruptivo surge un nuevo proyecto desde dos comunidades autónomas, la comunidad autónoma de Canarias y la Generalitat Valenciana, es el denominado con el acrónimo MPBD (Medicina Personalizada Big Data), que cuenta con tecnología de la multinacional tecnológica GMV, un proyecto cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional FEDER, desarrollado en el marco del Programa FID Salud (Fomento de la Innovación desde la Demanda) del Ministerio de Ciencia e Innovación (MCIN), un instrumento para la promoción de iniciativas de compra pública de innovación. Este proyecto supone dar un paso de grandes dimensiones, tomando como base esta nueva aplicación de la inteligencia artificial con la mirada puesta en la personalización de la medicina y por lo tanto en el hecho preventivo, predictivo y asistencial.

“El proyecto MPBD tiene una finalidad asistencial y persigue ofrecer recomendaciones y propuestas saludables personalizadas y orientadas a la prevención de enfermedades y mejorar la atención personalizada de los pacientes mediante herramientas de soporte a la decisión clínica. Por otro lado, la iniciativa contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario, incrementando su eficiencia”, manifiestan desde las propias consejerías.

El proyecto MPBD consta de dos fases. La primera (Cuídat-e) incluye el desarrollo de 5 ámbitos de estudio facilitadores del cuidado de la salud y contribuye por lo tanto a mejorar el trabajo y resultados de los profesionales sanitarios:

Cuchara inteligente: Sobre hábitos nutricionales y propuestas alternativas saludables y atractivas. La aplicación ofrecerá información sobre nutrientes de los alimentos comunes, platos preparados, alimentos procesados, balances diarios de calorías y nutrientes, recomendaciones para conseguir una dieta equilibrada, menús equilibrados.

Contamos contigo: Sobre actividad física, movilidad y ejercicio. La aplicación informará sobre gasto calórico y extraerá pautas de actividad física y movilidad. En función de estos datos, propondrá retos para mantener la motivación y facilitar pautas de entrenamiento según las necesidades.

Sonrisa saludable: Sobre estado de ánimo, afrontamiento positivo de retos y dificultades de la vida, superación del estrés, sentimientos de pertenencia, utilidad y plenitud, el descanso, el sueño y la organización del tiempo. La aplicación facilitará tácticas y consejos para afrontar de una manera saludable el estrés, automotivación, relajación y meditación.

Tabaco, alcohol y otras adicciones: Sobre consumo de sustancias adictivas, dependencia a las TICs y nuevas adicciones. La herramienta extraerá pautas de comportamiento y facilitará información general relacionada con las adicciones y su impacto a corto, medio y largo plazo. Así como asesoramiento y tácticas para la recuperación del control.

Mejor en compañía: Sobre situaciones de soledad no deseada, aislamiento social y experiencias de alienación, para su superación y mejora en el ámbito de las relaciones interpersonales, lúdicas, afectivas y de contacto social. La herramienta devolverá información general, como pueden ser tácticas de socialización y empatía o estrategias de promoción del contacto social y recursos disponibles. Además, propondrá actividades y retos individuales y colectivos, facilitará vídeos, juegos y otras experiencias mixtas (virtuales y presenciales) para hacer más fácil el contacto con otras personas.

Además, el proyecto, durante esta primera fase, contempla tres parcelas de estudio para diseñar el sistema analítico-predictivo que dé soporte a la decisión clínica y a la investigación: aplicación de procesamiento de lenguaje natural en el dominio de informes clínicos, fisiopatología del dolor lumbar y técnicas analítico-predictivas en imagen médica con resonancia magnética y predicción del número de ingresos en urgencias en relación con la concentración de partículas en el aire.

La Fase II incluye los siguientes entornos de estudio y análisis: preconsulta inteligente, monitorización domiciliaria de las situaciones crónicas y de las altas hospitalarias, optimización terapéutica y detección de oportunidades de desprescripción, segmentación de pacientes en las patologías de mayor relevancia, modelo de medida y predicción de la eficiencia de las unidades funcionales de atención primaria; impacto del clustering de enfermedades crónicas no comunicables (ECNC) selección de pacientes para ensayos clínicos, selección de pacientes para búsqueda activa de enfermedades raras, dictáfono inteligente para transcripción automatizada, PHARMAIA-COVID – análisis en tiempo real de la efectividad del tratamiento farmacológico frente al COVID-19 – y predicción de reingresos no programados en el mes siguiente al alta.

Esta no es sino una buena muestra de lo que la inteligencia artificial y la digitalización pueden aportar a la medicina en sus tres vertientes, predictiva, personalizada asistencial y de gestión para impulsar las cualidades de un sistema que precisa ser reformado y adaptado a las necesidades y realidad presente y futura de nuestra sociedad; todo ello, con la intención de mejorar tanto los resultados sanitarios (acceso, calidad y seguridad, resolución asistencial, equidad y experiencia de paciente entre otros) como los de salud, fines primordiales de todo sistema que se precie.