La prevalencia de las resistencias bacterianas a los antibióticos es alarmante en España y el uso racional de los mismos se hace fundamental como promueven iniciativas como el PRAN (Plan Nacional Resistencia Antibióticos) liderado desde la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) y al que se ha adherido el Foro Español de Pacientes entre otras organizaciones.

Internet se ha convertido en una de las principales fuentes de información sanitaria para los profesionales y ciudadanía, que encuentran en esta herramienta una valiosa ayuda. Sin embargo, el escaso control y especialmente en redes sociales, hace que pueda haber tanta información veraz como inadecuada o incluso bulos. De hecho, situaciones de estrés como la vivida en la pandemia de COVID multiplica estas últimas.


Por esa razón y la grave repercusión que podría tener sobre el uso racional de antibióticos, hemos promovido desde el Foro Español de Pacientes con la colaboración técnica de #SaludSinBulos, respaldados por la Sociedad Española de Quimioterapia y la Universidad San Pablo CEU y con el patrocinio de la Fundación ASISA y Grifols, un análisis de las publicaciones encontradas en Internet referidas a los antibióticos.


Concretamente refiriéndonos a las redes sociales pueden ser de ayuda para los padres a la hora de informarse sobre antibióticos para sus hijos, según un estudio transversal realizado en Italia entre marzo y mayo de 2017 el “Uso de Internet y redes sociales para la búsqueda de información relacionada con antibióticos: resultados de una encuesta entre población adulta en Italia”, que tenía como objetivo establecer el alcance del uso de Internet y las redes sociales para buscar información relacionada con los antibióticos y las posibles implicaciones en la atención médica entre la población adulta en Italia, el resultado fue que un total de 913 padres completaron el cuestionario, con una tasa de respuesta del 67.4%; el 22.1% no sabía cuándo era apropiado usar antibióticos. El 32,3% de los padres informaron automedicación con antibióticos. El 73,4% de los encuestados utilizó Internet para buscar información sobre el uso de antibióticos. Entre los usuarios de las redes sociales, el 46.5% informó el uso de estos medios para obtener información sobre los antibióticos y el 45% de los usuarios de aplicaciones de mensajería instantánea comparten información sobre los antibióticos.

Como conclusiones se obtienen que Internet y las redes sociales se utilizan ampliamente para la búsqueda de información relacionada con los antibióticos en la población italiana, y puede ser útil para la difusión de información válida. Entendiendo que se trata de una sociedad similar a la nuestra, entendemos que los resultados pueden ser, al menos hasta cierto grado, extrapolables a nuestro país.

En cambio, los profesionales sanitarios apenas acceden a las redes sociales para informarse sobre antibióticos, como refleja una encuesta europea realizada en 2018 por el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, señalando que las guías de práctica clínica son el recurso más utilizado por trabajadores sanitarios para la gestión de infecciones (29%), seguido de la «experiencia clínica previa» (18%) y cursos de formación continua (14%). En contra, las redes sociales y la industria farmacéutica (representantes y documentación) fueron los recursos menos citados de la lista proporcionada. Los encuestados en el entorno de farmacia fueron menos propensos a usar guías clínicas, pero también fueron los más propensos a utilizar documentación de la industria farmacéutica.

Un análisis anterior, realizado en 2011 por este centro europeo sobre la actividad de las redes sociales relacionadas con el uso de antibióticos en la UE, mostró que hay muchas cuentas hablando sobre antibióticos, sobre todo entre la industria, los pacientes y profesionales de la salud; pero, el nivel de actividad de estos actores no era alto. Existe el potencial de utilizar las redes sociales entre estos actores, pero también entre académicos y profesionales donde la actividad es todavía muy baja. Los resultados también mostraron que existen tres tendencias principales: uso general de antibióticos al padecer una enfermedad; consejos e información; y reacciones adversas. La conclusión principal de esta investigación fue que había un gran potencial sin explotar cuando se trata del uso de las redes sociales para promover el uso racional de antibióticos. Por un lado, los pacientes tienen un interés general en aprender acerca de los antibióticos a medida que los toman o prevén tomarlos. Por otro lado, por parte de expertos se discute sobre antibióticos y resistencia a los antibióticos en las redes sociales. La necesidad está ahí, y las campañas de concienciación sobre antibióticos pueden encontrar un área fértil en las plataformas de medios sociales para desarrollar mensajes, crear conciencia e interactuar con sus audiencias para ayudar a promover el uso prudente de antibióticos”.


En todo caso y a pesar de lo que sería deseable, las redes están plagadas de bulos y desinformación en aspectos generales de antibióticos. Una investigación publicada en 2010 en la revista Association for Professionals in Infection Control and Epidemiology sobre la difusión de información de salud a través de las redes sociales, revisó las publicaciones en Twitter mencionando la palabra antibiótico(s) para determinar categorías generales y explorar evidencia de malentendido o mal uso de antibióticos y más del 50% de los casos estudiados se identificaron como evidencia de malentendido o mal uso de antibióticos.

Por esa razón junto al problema creciente de las resistencias bacterianas frente a los antibióticos y la situación vivida en esta crisis del COVID-19, desde el Foro Español de Pacientes se promueve un estudio adicional para explorar cómo viene siendo la información difundida a través de las redes sociales, identificar el mal uso o la mala interpretación, así como promover un cambio de comportamiento positivo, difundir información válida y explorar cómo se pueden usar esas herramientas para recopilar datos fidedignos de salud en tiempo real.

¿Qué hace que la población hable sobre antibióticos en las redes sociales? Un estudio retrospectivo realizado en 2013 por el Plan de Financiación del Centro de Investigación Biomédica del Instituto Nacional de Investigación en Salud del Reino Unido (NIHR) en el Imperial College, con el objetivo de explorar eventos e individuos que influyen en el discurso sobre los antibióticos en Twitter; usando la herramienta web www.topsy.com, para detectar ocurrencias diarias de la palabra “antibiótico” del 24 de septiembre de 2012 al 23 de septiembre de 2013 en Tweets mundiales, determinó que de los 135 mil millones de mensajes publicados durante el período de estudio, 243 mil (0.000002%) se refirieron a “antibiótico” y que los mayores aumentos de actividad aparecieron después de emitirse noticias televisivas sobre infecciones, antibióticos y el problema global de la resistencia bacteriana.

Los eventos institucionales pueden amplificar rápidamente las discusiones sobre antibióticos en las redes sociales, pero su corta vida útil limita su impacto público. Se hacen necesarias estrategias múltiples para prolongar las respuestas. El desarrollo de métodos para refinar el monitoreo de las redes sociales para evaluar el impacto y la sostenibilidad del compromiso social en la agenda de resistencia a los antimicrobianos sigue siendo esencial.

Por otro lado, los vídeos científicos en YouTube sobre resistencia bacteriana tienen menos impacto del deseable, ya que no son de los más vistos y la interacción en ellos, es baja. Por lo general, en cuanto a la resistencia bacteriana, bacterias multirresistentes o resistencia antibióticos son vídeos la mayoría de ellos realizados por personas cualificadas, informadas y expertas en el área, aportando información veraz en la mayoría de los casos, las afirmaciones son correctas y recomiendan el uso racional de los antibióticos, no automedicarse, advierten del problema que genera la automedicación e instan a seguir las recomendaciones del médico en cuanto a la pauta de administración (posología, duración del tratamiento, etcétera).

Los vídeos sobre los llamados “antibióticos naturales” según los autores que generalmente no cuentan con la formación válida, hacen referencia a soluciones naturales, con plantas y alimentos, que, ayudan a combatir las infecciones de mejor manera que los preparados farmacéuticos. Sus contenidos no se basan en evidencias científicas, pero lamentablemente tienen más visualizaciones e interacciones que los vídeos que tienen información adecuada (caso anterior).

En cuanto al uso de antibióticos sin receta son los vídeos con más información falsa y también los que tienen más visualizaciones e interacciones. Los publican especialmente en redes sociales “influencers” de moda y belleza, sin formación científica, promoviendo el uso de ciertos antibióticos a pesar de carecer de indicación aprobada, como forma de tratamiento del acné, dermatitis, antisépticos de la piel, úlcera, etc.

Los antisépticos destruyen a los microorganismos o inhiben su multiplicación y consiguientemente la expansión de infecciones y multirresistencias, ya sea aplicados de forma tópica sobre la piel, las mucosas y las heridas; o como desinfectantes (generalmente a mayor dosis), sobre objetos inanimados con el mismo objetivo.

Las infecciones se han convertido en un desafío creciente para los pacientes, además de un coste considerable en recursos, demostrando contribuir a la reducción de estas y de su propagación, siendo una barrera imprescindible para situaciones tan complejas como, la proliferación de bacterias multirresistentes a los antibióticos o la prevención de infecciones por nuevos agentes víricos como el SARS-CoV-2 (causante del COVID-19) o fatales de los que no se dispone de tratamientos eficaces como el virus del Ébola, etcétera.

El Foro Español de Pacientes, ha promovido el proyecto OPINAR-antisépticos, avalado por la Sociedad Española de Heridas (SEHER), la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) y la Sociedad Española de Quimioterapia (SEQ), con el objetivo principal de determinar los atributos que le otorgan mayor valor entre pacientes y profesionales de la Sanidad; pero, no obstante, se han conocido un gran número de bulos y creencias infundadas como que un ajo crudo en ayunas, desinfecta el tubo digestivo, incluso en spray desinfecta el ambiente, o que un vaso de agua con cebolla bajo la cama previene las infecciones respiratorias, también se recomienda aplicado a la piel y genitales, y de la zanahoria se llega a decir que es 100% efectiva frente al cólera.


No cabe duda que pueden tener cierta propiedad antiséptica, pero se promocionan con un exceso de optimismo.

Además de las vacunas frente agentes bacterianos, las que lo son frente a virus como la gripe, al bajar su incidencia, lo hacen de sus frecuentes complicaciones bacterianas no siendo necesario aplicar antibioterapia, aspecto relacionado con la generación y selección de bacterias resistentes.

El movimiento “antivacunas” que se opone a su uso, son muy activos y tienen una enorme repercusión, de hecho, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) tras el estudio realizado en diciembre del 2020, ya auguraba que solo el 32,5% de la población estaba dispuesta a ponerse la vacuna frente al SARS-CoV-2 (causante del COVID-19) «inmediatamente», mientras el 55% prefiere esperar a conocer los efectos antes de vacunarse; siendo alarmante que el 16,7% no se vacunaría en ningún supuesto. No obstante, este estudio muestra un comportamiento más adecuado, si su médico o médica se la recomienda basándose en su historial clínico y en el riesgo que tiene de contagiar a un familiar.

En 2020, junto a la aparición de la pandemia de COVID-19 apareció la “infodemia”, como lo calificó la OMS, por la multiplicación de bulos sobre esta infección, como nunca antes en la historia. También la enorme cantidad de información desde los diversos medios de información, públicos y privados, oficiales y no oficiales, han contribuido al desorden. Según una investigación de la Universidad de Valencia , 1 de cada 5 afirmaciones de salud recibidas por WhatsApp que se refiere a la prevención o la cura del coronavirus, sobre la base del principio de la autoridad médica, son falsas y básicamente suelen promocionar el uso y el consumo de sustancias de origen natural.

Uno de los focos de los bulos sobre el COVID-19 es sobre su vacuna y la desconfianza en las vacunas frente al coronavirus SARS-CoV-2 y es proporcional a la confianza en las redes sociales. Según un estudio entre estudiantes norteamericanos, las tres principales fuentes de información sobre la vacuna COVID-19 fueron las agencias de salud (57,7%), los medios de comunicación (49,5%) y las redes sociales personales (40,5%). Alrededor del 83,1% de los participantes confiaron en gran medida o siempre en los científicos, el 73,9% en los proveedores de atención médica y el 70,2% en las agencias de salud. Después de controlar los datos demográficos clave, la aceptación de la vacuna se asoció positivamente con los científicos como fuentes de información, pero negativamente con las empresas farmacéuticas como fuentes. Los niveles de confianza más altos lo eran con las agencias de salud, los científicos y las compañías farmacéuticas, asociándose significativamente con una mayor aceptación de la vacuna. Sin embargo, la confianza en los medios de comunicación social se asoció negativamente con la aceptación de la vacuna.

Desde el Foro Español de Pacientes hemos promovido una encuesta con 166 respuestas de profesionales sanitarios, médicos, farmacéuticos y enfermería, entre junio y julio de 2020, de todas las CCAA, 235 en ámbito rural y 77% urbano, reveló que recibían a pacientes alarmados con bulos o falsas creencias sobre antibióticos el 95%, siendo de al menos 1 de cada 5 para el 37% de ellos; y entre 2 y 3 de cada 5 para el 53%.


En cuanto a bulos o falsas creencias sobre vacunas, lo percibe el 89%, siendo de al menos 1 de cada 5 personas que acuden a la consulta o farmacia, para el 22%, y entre 2 y 3 de cada 5 para el 67%.
Como conclusión, consideramos que se hace necesaria la implicación multi y transdisciplinar:

Papel de los profesionales sanitarios

Un estudio español publicado en International Journal of Medical Informatics en 2019 concluía sobre la importancia de las redes para el uso racional de antibióticos que “Instituciones, revistas médicas, médicos y farmacéuticos son líderes de opinión clave en el tema de los antibióticos, por lo que deben incorporar las redes sociales en su estrategia de comunicación para difundir información sobre los antibióticos”.

Médicos de Familia

Una editorial de 2017 en la revista Atención Primaria señala que una razón clara para la sobreprescripción, es evitar el subtratamiento. “Nadie quiere ser visto como haber retenido el tratamiento de un paciente que posteriormente se deteriora, especialmente si el paciente termina en hospitalización”. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que las complicaciones infecciosas graves después de las infecciones del tracto respiratorio son raras e incluso los médicos de familia que prescriben menos, no parecen tener que manejar significativamente más complicaciones. Otra razón, según el autor, es el juicio erróneo que puede darse en el médico sospechando empíricamente de una infección bacteriana; o a estar sometido a la presión del propio paciente o de los padres de los niños enfermos.

La dimensión de la resistencia bacteriana está infravalorada por los propios médicos, según un estudio publicado en BMJ en 2020, que a través de diferentes focus groups, de médicos de familia, internistas y pediatras, reconocieron que la resistencia es un problema importante de salud pública, pero no tanto como otros problemas urgentes, como por ejemplo la obesidad y el consumo de opioides. Muchos consideraron que la resistencia era un problema prácticamente solo de hospitales. Si bien los participantes admitieron una prescripción inapropiada como un problema en entorno comunitario y ambulatorio, muchos sintieron que los factores clave no eran los entornos de Atención Primaria”.

Farmacéuticos comunitarios

Tener buenas habilidades de comunicación puede ayudar a los farmacéuticos a convencer a los pacientes sobre la necesidad de no tomar antibióticos sin receta. De hecho, está prohibido dispensar antibióticos sin prescripción. No obstante, en 2008 se realizó un estudio prospectivo en una muestra aleatorizada de farmacias en Cataluña, los antibióticos se obtuvieron sin receta médica en el 45,2% de las farmacias encuestadas y la puntuación media global de las habilidades de comunicación fue significativamente mayor entre los farmacéuticos que se negaron a vender antibióticos en comparación con los que los vendieron. Se observaron diferencias en la escucha, la cordialidad, la tranquilidad, el optimismo y la expresión inteligible. Hoy podemos asegurar que la mayoría se opondría a su dispensación, tal y como reza la norma.

Se hace necesario por parte de todos los profesionales, la alerta sobre la circulación de bulos a la par que la recomendación de fuentes fiables de información.

Profesionales en formación

Los antibióticos actúan selectivamente sobre las bacterias; lo que les convierte valioso tratamiento contra ciertas infecciones, pero paralela lamente, su utilización puede traer consigo la selección y proliferación de bacterias resistentes. Es por ello, que deben ser bien conocidos y evitar así su uso inadecuado.

El uso racional de antibióticos debe ser materia de estudio en las universidades y en la formación continuada de los profesionales.

Paradójicamente hasta hoy en día, la especialidad de enfermedades infecciosas a fuerza de necesidad, se ha desarrollado a pesar de no reconocerse la especialidad, debiéndose desarrollar en base a la experiencia. Seguramente consecuencia de la crisis del COVID-19 se haya activado el reconocimiento como especialidad médica y la instauración de una formación reglada MIR, lo que parece ser incluido en el próximo Real Decreto de especialidades.

Papel de las organizaciones de pacientes

Los planes son necesarios, pero la implicación de la ciudadanía solo se conseguirá si quedan convencidos y para ello, es preciso implicarles desde el diagnostico e instalación del tratamiento, respondiendo a sus concretas inquietudes, para que los sientan comprometidos.

Muchas patologías crónicas pueden complicarse con infecciones, como el EPOC, pacientes inmunocomprometidos como los diabéticos, oncológicos y los trasplantados, los pacientes que sufren ciertas patologías autoinmunes, diabetes, patologías cardiorrespiratorias, etc.; y las organizaciones de pacientes, han de participar también de forma activa, en la erradicación de los bulos y en fomentar la información veraz.

Papel de las Administraciones (central y autonómicas)

Promover los grupos de trabajo multidisciplinares que incluya a las organizaciones de pacientes, así como promover formación a profesionales y pacientes e intensificar las campañas promocionales del uso racional de antibióticos. Un buen ejemplo fue la campaña en televisión y disponible en el canal YouTube, promovida por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

Barberan J (Hospital de Montepríncipe)

Chivato T (Universidad San Pablo CEU)

Baquero JL (Foro Español de Pacientes)

Mateos C (Comsalud)