El cerebro humano es un órgano increíblemente complejo, compuesto por miles de millones de neuronas que se comunican entre sí a través de sinapsis. La plasticidad cerebral, o neuroplasticidad, se refiere a la capacidad del cerebro para reorganizarse formando nuevas conexiones neuronales a lo largo de la vida. Esta capacidad es fundamental para el aprendizaje, la memoria y la adaptación a nuevas experiencias.
Estimular el cerebro es muy importante para evitar el envejecimiento no solo del cerebro sino del conjunto del cuerpo. La neuróbica consiste en una serie de ejercicios para estimular esta plasticidad a través de ejercicios que involucren los sentidos, la atención y la conciencia. Al realizar actividades que rompen con la rutina, se obliga al cerebro a salir de su zona de confort y a procesar información de maneras diferentes.
A diferencia de los ejercicios físicos que fortalecen los músculos, la neuróbica busca estimular el cerebro de maneras inesperadas. Esto se puede lograr al cambiar pequeñas rutinas diarias o al involucrarse en actividades que involucren múltiples sentidos.
La neuróbica se basa en la premisa de que, al desafiar al cerebro con actividades novedosas y no rutinarias, podemos estimular la creación de nuevas conexiones neuronales y mejorar la plasticidad cerebral.
El término «neuróbica» fue acuñado por el neurocientífico Lawrence Katz y el escritor Manning Rubin, quienes propusieron que, al igual que los músculos necesitan ejercicio para mantenerse fuertes, el cerebro requiere desafíos constantes para mantenerse ágil.
Seguidamente muestro algunos de los ejercicios neuróbicos que se pueden hacer fácilmente en la vida diaria:
Desarrollando tus habilidades intelectuales y de relaciones sociales, como:
Aprender algo nuevo: ya sea un idioma, un instrumento musical o una nueva habilidad manual, el aprendizaje constante es una de las mejores formas de mantener el cerebro activo. Este tipo de actividades no solo mejoran la memoria, sino que también aumentan la reserva cognitiva.
Interactuar con el entorno: salir de la zona de confort socializando con personas nuevas o participando en actividades grupales. Esto no solo mejora tus habilidades sociales, sino que también estimula el cerebro al exponerse a diferentes perspectivas y formas de pensar.
Realizando ejercicios físicos, como:
Usar la mano no dominante: realizar tareas cotidianas como escribir, comer o cepillarse los dientes con la mano izquierda (la contraria a la que se use habitualmente). Este simple cambio puede fortalecer las conexiones entre los hemisferios cerebrales al obligar al cerebro a adaptarse.
Desafiar los sentidos: por ejemplo, intentando realizar tareas con los ojos cerrados, como ducharse o encontrar objetos en casa. Esto agudiza los otros sentidos y promueve la creación de nuevas conexiones neuronales.
O variando hábitos o rutinas diarias, como:
Cambiar de ruta: al variar el camino que para ir al trabajo o al supermercado, se obliga al cerebro a procesar nueva información visual y espacial, estimulando así la corteza prefrontal.
Cambiar las rutinas: modificar el orden de las actividades diarias, como desayunar después de vestirte en lugar de antes. Estos pequeños cambios obligan al cerebro a prestar atención y a adaptarse a nuevas situaciones.
La práctica regular de ejercicios neuróbicos puede tener múltiples beneficios para la salud mental:
Mejora de la memoria: al realizar ejercicios que desafían al cerebro, se fortalecen las conexiones neuronales, lo que puede llevar a una mejora significativa en la memoria tanto a corto como a largo plazo. La neuróbica ayuda a mantener la mente aguda y a recordar detalles con mayor facilidad. Al estimular la creación de nuevas conexiones neuronales, la neuróbica puede ayudar a mejorar la memoria a corto y largo plazo.
Aumento de la creatividad: al salir de la rutina y enfrentarse a situaciones nuevas, el cerebro se ve obligado a pensar de manera diferente. Esto puede estimular el pensamiento creativo y la capacidad de resolver problemas de manera innovadora, lo que es especialmente útil en entornos profesionales y artísticos. Al desafiar al cerebro con actividades novedosas, se fomenta el pensamiento creativo y la capacidad de resolver problemas de manera innovadora.
Mayor capacidad de atención: la neuróbica fomenta la concentración al requerir que te enfoques en actividades inusuales. Esto puede traducirse en una mejor capacidad para prestar atención a los detalles y mantener la concentración durante períodos más largos.
Reducción del estrés y la ansiedad: al involucrarse en actividades novedosas, se puede desviar la atención de las preocupaciones cotidianas. La neuróbica puede actuar como una forma de meditación activa, ayudando a reducir los niveles de estrés y ansiedad. Al concentrarse en actividades nuevas y desafiantes, se puede reducir el estrés al desviar la atención de las preocupaciones cotidianas.
Mejora del estado de ánimo: al igual que el ejercicio físico libera endorfinas, los ejercicios mentales como la neuróbica pueden mejorar el estado de ánimo al proporcionar una sensación de logro y bienestar.
Previene el deterioro cognitivo: practicar neuróbica regularmente puede ser una herramienta eficaz para combatir el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento. Mantener el cerebro activo y comprometido ayuda a preservar las funciones cognitivas y a retrasar la aparición de enfermedades neurodegenerativas. La neuróbica puede ser una herramienta útil para combatir el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento, manteniendo el cerebro activo y comprometido.
Fomenta la adaptabilidad: al acostumbrarse a situaciones nuevas y desafiantes, se mejora la capacidad de adaptarse a cambios imprevistos en la vida diaria. Esto puede ser particularmente beneficioso en un mundo en constante cambio.
Fortalece las habilidades multisensoriales: muchos ejercicios neuróbicos implican el uso de múltiples sentidos simultáneamente, lo que puede mejorar la integración sensorial y la percepción global del entorno.
Mejora las habilidades sociales: al participar en actividades grupales o interactuar con personas nuevas, la neuróbica también puede mejorar las habilidades sociales, fomentando la empatía y la comunicación efectiva.
Estimula el crecimiento personal: al desafiarte a ti mismo a aprender y experimentar cosas nuevas, la neuróbica promueve el crecimiento personal y el desarrollo continuo, manteniendo la curiosidad y el deseo de aprender a lo largo de la vida.
La neuróbica ofrece una amplia gama de beneficios que van más allá de mantener el cerebro en forma. Al incorporar estos ejercicios en tu rutina diaria, no solo mejora las capacidades cognitivas, sino que también mejora el sistema corporal y enriquece la vida de manera integral. El cerebro es un músculo poderoso que necesita ser desafiado constantemente. La neuróbica nos ofrece las herramientas para hacerlo de manera divertida y efectiva. Aprovechadlo.