En los últimos años, las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) han cambiado nuestro modus vivendi en muchos aspectos.

¿Quién nos iba a decir de qué manera iba a cambiar nuestra forma de comunicarnos con el resto del mundo, incluso con nosotros mismos, a través de estas nuevas tecnologías? Nadie lo podía imaginar.

En el ámbito de la psicología y de la salud es evidente que las TIC han dado un giro inesperado al modo tradicional en que tratábamos nuestras dolencias, físicas o psicológicas, aunque años atrás ya lo hizo el “asociacionismo”, y hoy día, son innumerables las asociaciones, federaciones, fundaciones, en torno a diversas patologías, síndromes, etc., pero en este artículo me gustaría que reflexionásemos en la manera en lo que lo han hecho y seguirán haciéndolo estas NNTT, ya que dada la realidad en la que estamos inmersos, estamos en un punto de no retorno. Sobre todo, me estoy refiriendo al ámbito de las “comunidades virtuales”.

¿Es posible el foro como terapia?

El foro como herramienta terapéutica, partiendo de un modelo biopsicosocial y englobando los conceptos propios de salud 3.0, psicología 3.0, y más en concreto dentro del ámbito de la psicooncología.

¿Qué recursos reales tenemos como ciudadanos, pacientes, familiares y profesionales en materia de cáncer y su afrontamiento a través de las TIC disponibles?

Las nuevas TIC pueden complementar la labor asistencial de los centros sanitarios y los profesionales de la salud, además, favorece el hecho que los pacientes estén mejor informados y adopten un rol más activo y autónomo frente a su enfermedad.

¿Qué entendemos cómo foro? “Un grupo de personas que comparte una preocupación, un conjunto de problemas o un interés común acerca de un tema, y que profundizan su conocimiento y pericia en esta área a través de una interacción continuada”, Barry Wellman, sociólogo.

Es decir, un espacio de participación virtual, pero a la vez real, acerca de una temática concreta y en base a unas mínimas reglas y elementos que lo definen: objetivo, identidad, recompensa/reconocimiento, normas, medio, jerarquía y compromiso.

¿Qué entendemos como terapia? Terapia (θεραπεία) = Tratar, servir, a modo de canal, de medio ¿Para qué? Para sanar.

Esto que tradicionalmente lo realizaron los chamanes, los curanderos y más tarde los médicos de la mano de la tecnología de cada época, ahora, llegados a este siglo, ¿podemos plantear una terapia, un servir médico y psicológico a través de nuestras nuevas tecnologías de la información y de la comunicación?

¿Nos identificamos socialmente con las comunidades virtuales/foros en los que nos registramos, en este caso en el ámbito de la salud 3.0?, ¿Si es así de qué manera?, ¿es posible esta influencia terapéutica?, ¿cómo?

En el siglo XXI han aparecido nuevas TIC y también nuevas enfermedades que los profesionales tratan de paliar.

En el caso del cáncer, la incertidumbre sobre su origen y su creciente incidencia hacen que sea una dolencia temida, generando cuadros de depresión y ansiedad.

Los estudios al respecto determinan que el afecto y el soporte social son variables que correlacionan de forma negativa con la depresión (Robles, Morales, Jiménez y Morales, 2009). Es decir, a mayores redes de apoyo, menor índice de prevalencia de cuadros ansiosos.

En los últimos años, las comunidades virtuales de apoyo (CVdA) han experimentado un fuerte crecimiento. Un estudio de Suriá y Beléndez encontró 913 foros y 249 grupos de apoyo para 20 enfermedades distintas.

Es en estas CVdA surge la empatía, la comunicación y el apoyo emocional (Sullivan 2003). Todas estas características positivas cumplen una función terapéutica.

‘La participación en entornos virtuales de apoyo se muestra positiva para los pacientes oncológicos y puede tener efectos terapéuticos’

Son muchos los estudios realizados en este sentido y los resultados obtenidos son que la participación en los foros de apoyo incrementa ligeramente el bienestar psicológico subjetivo.

Al analizar la encuesta que realizamos en consulta sobre esta cuestión, observamos que los pacientes oncológicos que participan en los foros de las comunidades virtuales experimentan un desahogo, sintiéndose apoyados por el resto de los usuarios, incluidos los profesionales, y más desde que comenzó la pandemia de la COVID-19, donde muchas personas se han podido sentir más solas, bien porque no pueden ver tanto a sus seres queridos o porque o pueden acudir a actividades habituales de sus asociaciones como venían haciéndolo con anterioridad.

En el caso de los pacientes oncológicos que utilizan los foros en los entornos virtuales tienen una mejor puntuación en las dimensiones de autoaceptación, relaciones positivas, autonomía, dominio del entorno, crecimiento personal y propósito en la vida que los pacientes que no utilizan esta herramienta.

Si bien la participación en los foros no sustituye el concepto de terapia, tal y como lo conocemos hoy día, sí tiene efectos terapéuticos en la medida en que los usuarios crean una red de apoyo virtual que complementa su sistema de apoyo.

La resolución de dudas por parte de profesionales o el desahogo son herramientas que hacen que los niveles de estrés y ansiedad disminuyan, y, por tanto, aumenten el bienestar subjetivo.

Podemos concluir que, la participación en entornos virtuales de apoyo se muestra positiva para los pacientes oncológicos y puede tener efectos terapéuticos en tanto se utilice como red de apoyo.

En un futuro nada lejano, posible y probablemente seguiremos el hilo del artículo, no solo hablando de los diferentes entornos virtuales sino además de cómo la Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse en la mejora de la calidad de vida y el bienestar psicológico de nuestros pacientes y usuarios.

Bibliografía

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Robles, R., Morales, M., Jimenez, L.M., Morales, J. (2009). Depresión en mujeres con cáncer de mama: el papel de la afectividad y el soporte social. Psicooncología, 6(1), 191-201

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