Continuamente estamos planteándonos la necesidad del acceso a las nuevas terapias y medicamentos por todos los ciudadanos y, además, que este se realice en términos de equidad. De un acceso equitativo. La Fundación Bamberg ha venido recogiendo esta necesidad en múltiples foros, libros y artículos por ella desarrollados. Quiero destacar el libro publicado por la Fundación Bamberg en 2015 titulado Accesibilidad y equidad a la innovación terapéutica que, lamentablemente, sigue siendo de rabiosa actualidad.

Los retrasos desde que la EMA aprueba los medicamentos hasta que son financiados en nuestro país son inaceptables. Como señalaba hace poco Juan Abarca: En el caso de la Oncología el reciente informe de la patronal europea de la industria farmacéutica, Informe Wait, deja claro que, en España, en los últimos 4 años, solo se habían incorporado para su financiación 25 de los 41 fármacos oncológicos nuevos que han salido en los últimos 4 años. Y de esos 25, 10 se han aprobado con menos indicaciones de uso de las que ha aprobado la EMA.

Algunos fármacos oncológicos, en concreto, llevan casi 3 años dando tumbos a la espera de que se aprueben nuevas posibilidades terapéuticas que tienen efecto real sobre la supervivencia de los pacientes.

Según el informe realizado por la consultora IQVIA, en España solo están financiados por el sistema público el 54% de los fármacos autorizados en Europa en los últimos años, frente al 88% en Alemania y a los más del 70% de Italia e Inglaterra. En España el tiempo medio de aprobación de los nuevos medicamentos ha pasado de 385 días en 2018 a 620 días hoy -cuando la normativa europea obliga que debe de decidirse en menos de 180 días- lo que suponen 235 días más desde que llegó Sanchez. Muy por encima de los países de referencia.

Pero este no es un asunto que se pueda resolver aisladamente. Estamos entrando en una nueva forma de entender la medicina. Una medicina que busca resolver el origen de las enfermedades mediante el desarrollo de la medicina molecular. Con una terapéutica individualizada y, hoy por hoy, costosa. Una medicina basada en la activación de nuestro sistema inmunológico para vencer las enfermedades y en los procesos moleculares de nuestras células.

En este contexto van surgiendo medicamentos y terapias innovadoras que, a causa de su proceso de realización y a su aplicación a dianas terapéuticas cada vez más reducidas o personalizadas, generan un alto coste y su financiación pública supone un reto para el Sistema Nacional de Salud.

Tenemos así dos problemas: la reorganización de la atención clínica y la financiación. Y estos problemas no se arreglan solo con medidas de “techo de gasto” o de “pago por resultados” u otras fórmulas ya ensayadas en los acuerdos con el ministerio y con las comunidades autónomas. Ni tampoco con una mayor dotación presupuestaria para la sanidad, algo que es necesario, pero no es suficiente. Con gastar más no se arreglan los problemas. Hay que gastar mejor, con más eficiencia y con más eficacia.

Desde la Fundación Bamberg venimos reclamando medidas que favorezcan un sistema de salud que induzca a que se gaste con eficiencia y que lo gastado sea eficaz; un sistema menos burocrático, menos administrativo, más ágil y más justo con los trabajadores y con igualdad de oportunidades para los pacientes.

Este sistema se recogía ya en 2014, en nuestra publicación: Un nuevo Sistema sanitario para España, la despolitización de la Sanidad, entendiendo esto como que la sanidad dejara de ser un arma arrojadiza en la confrontaciones partidistas y sectarias.

En él se recogían 33 propuestas que habían obtenido el respaldo de los más de 100 expertos y las autoridades de muy alto nivel, que participaron en los encuentros realizados tras la publicación del Modelo de Futuro de Gestión de la Salud, publicado el 25 de abril de 2011 y presentado con motivo de XXV Aniversario de la Ley General de Sanidad. Estas propuestas, de manera resumida, fueron las siguientes:

Prioridad política a la salud.

Necesidad de liderazgo del Ministerio.

Financiación finalista por parte del Estado. Calculo consensuado con las CCAA.

Trasformar el Consejo Interterritorial del SNS. Vinculante.

Refundición de la legislación sanitaria de las CCAA en una legislación estatal.

Agencia de Evaluación única con participación activa de los profesionales sanitarios.

Separar la financiación (pública) de la provisión (pública o privada) de los servicios públicos sanitarios.

Resolver las situaciones actuales que impiden el aseguramiento universal efectivo de todos los españoles.

Cartera única de prestaciones, con protagonismo de los médicos en la definición de la cartera de prestaciones.

Complementar la financiación recibida por el Estado con otras fuentes complementarias o dejando de financiar prestaciones no prioritarias o fármacos baratos o de patologías menores.

Incentivar con desgravación fiscal el aseguramiento privado, en la medida que esto descarga de costes al sistema público.

Transparencia, sobre la actividad, recursos y resultados en salud de los Centros y Servicios Médicos tanto del sector público como del privado.

Realizar un mayor desarrollo de la actividad preventiva y predictiva, así como de la promoción de la salud, potenciándolo desde la atención primaria.

Utilizar los medios de comunicación públicos para divulgar hábitos saludables, autogestión de la salud y mejor uso de los servicios públicos.

Crear un ente de planificación que desarrolle los Planes de Salud a nivel estatal en coordinación con las CCAA.

Integrar la sanidad privada y la pública, evitando ineficiencias y dilaciones, en aras de una mayor calidad para los pacientes.

Desarrollar una planificación de la asistencia sanitaria con centros de referencia nacionales y regionales y la determinación de áreas de salud con gestión integrada y pago capitativo.

Autogestión de los centros con herramientas de gestión empresarial. Con responsabilidad sobre todos los recursos, humanos y tecnológicos, y cuenta de resultados económicos y de resultados en salud.

Desarrollar la gestión clínica y la gestión por procesos poniendo el foco en los más relevantes. Los 60 principales procesos asistenciales suponen el 80% del coste asistencial.

Desburocratizar la actividad sanitaria con el fin de aumentar la productividad. Exceso de visitas de pacientes para trámites administrativos.

Libertad de elección de médico y centro y competitividad entre centros. Interfacturación entre centros.

Transformación de la atención primaria en salud como eje del Sistema. Mayor resolución. Acercar los especialistas a los centros de salud.

Gestión integrada primaria – especializada – salud mental – sociosanitaria con modelos organizativos más eficientes.

Reconversión del sistema para cambiar la orientación actual hacia pacientes agudos por una orientación a los crónicos. El 77% del gasto sanitario se destina a combatir enfermedades crónicas.

Trabajar por un envejecimiento activo con el objetivo de aumentar la esperanza de vida útil.

Los médicos y los sanitarios en general, que son la columna vertebral del sistema, no deben de ser funcionarios. Incentivarlos en función de sus resultados. Asegurarse de la necesaria participación de los Médicos en la gestión de los centros sanitarios sean estos públicos o privados.

Desarrollar procedimientos para la realización de especialidades adicionales o súper especialidades alternativas o complementarias al MIR.

Modificar los criterios de selección de estudiantes universitarios y de MIR, basados en la memoria, por otros basados en las capacidades y actitudes para el desempeño de la profesión o de la especialidad.

Desarrollar la digitalización de la salud garantizando la interoperabilidad de los Sistemas de Información Sanitaria tanto entre el software clínico instalado en los centros asistenciales, como entre los diferentes centros de toda España. HCE, RE, TM, etc.

Potenciar el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, reglando las condiciones de operatividad y seguridad que debe contemplar el software clínico, como medio de eficiencia y excelencia de la actividad sanitaria.

Poner en valor el conocimiento que sobre las patologías tiene la Industria farmacéutica con acuerdos de partenariado.

Desarrollo de las oficinas de farmacia con centros de servicios sanitarios.

Oferta público-privada de servicios a extranjeros, cobrándolos a los particulares o a sus aseguradoras. No podemos financiar a todo el planeta.

Prácticamente todas estas propuestas están sin cumplir, seguimos igual que hace diez años. Ha habido grandes avances médicos y terapéuticos. Pero estamos sufriendo nuevos problemas que, si no ponemos remedio, se agravarán:

Una Atención Primaria obsoleta y deshecha.

El desbordamiento de las urgencias.

Un alargamiento inaceptable en las listas de espera.

La sobremortalidad que estamos sufriendo.

Falta de motivación de los profesionales. Quemados.

Desaprovechamiento de las vocaciones.

Emigración de médicos.

Funcionarización y burocratización de la sanidad.

Desigualdad e inequidad.

Falta de acceso a nuevos medicamentos y terapias.

Uso de la sanidad como arma arrojadiza.

Ineficiencia e ineficacia en el uso de los recursos.

Oscurantismo en los resultados.

Y si no hacemos algo; si no le ponemos remedio, destruiremos el SNS. El deterioro irá creciendo convirtiendo a la sanidad pública en una sanidad de beneficencia mientras se ponen todo tipo de trabas a la sanidad privada.

Tenemos que reaccionar porque, si no cambiamos las cosas y solo vamos poniendo parches, al final el castillo se derrumbará y, entonces, será muy difícil, si no imposible, reconstruirlo.

Desde la Fundación vamos a intentar dar respuesta a estos problemas, mediante propuestas de soluciones, ideas que puedan trascender para que los políticos, los gestores y los clínicos y todos los que influyen e intervienen en la organización y la gestión, pongan en marcha acciones que vienen siendo demandadas por los ciudadanos desde hace más de treinta años. Desde el famoso “Informe Abril” de 1991.

Espero que los esfuerzos desarrollados sobre accesibilidad a los nuevos medicamentos y terapias, en términos de equidad, así como sobre su financiación, sirvan de acicate a los responsables para su aprobación e incorporación al SNS y arrojen la luz que permita que esa accesibilidad sea posible y que lo sean con la misma oportunidad para todos.