Desde siempre, para la Federación Española de Diabetes (FEDE) una de las prioridades ha sido el atender adecuadamente a nuestros niños en los centros escolares; lo cual supone contar con la figura del enfermer@ escolar. Para reivindicar esta necesidad, desde FEDE contamos con la Comisión de Igualdad, centrada en analizar esta realidad en cada Comunidad Autónoma, pues al estar la competencia de Sanidad transferida, los protocolos en cada región son diferentes.
Este profesional supone una seguridad para este colectivo, al poder contar con la atención sanitaria que requiere para el buen control de su patología; y también para sus padres, a los que les da tranquilidad. Pero ante su carencia, muchos padres se han visto en la obligación de abandonar su trabajo para ser ellos los que acuden al colegio para atender a sus hijos.

En nuestro país, el número de profesionales de Enfermería que realizan su actividad dentro del ámbito educativo es muy escaso, en relación al número de alumnos y al número de centros de enseñanza que existen en toda España. Desgraciadamente, a día de hoy nos encontramos que no hay ninguna regulación ni a nivel nacional ni en las CCAA. Y es por ello por lo que, la implantación de la figura del enfermer@ escolar es más que necesaria. Y es que, sin profesionales capacitados, un niño con diabetes, por ejemplo, de 4, 5 o 6 años, no puede asumir su autocuidado; debe hacerlo un adulto y conocedor de su patología. Además, las competencias del enfermer@ escolar abarcan tanto la parte terapéutica o asistencial, como la educación para la salud o la prevención. Toda esta labor se desarrolla, asimismo, mediante la colaboración, apoyo y asesoramiento a todos los miembros de la comunidad educativa: alumnos, padres y madres y profesorado.

En nuestro país, el número de profesionales de Enfermería que realizan su actividad dentro del ámbito educativo es muy escaso, en relación al número de alumnos y al número de centros de enseñanza que existen en toda España

Pero la figura del enfermer@ escolar no solo la reivindicamos desde FEDE para atender a los niños con diabetes o con otras patologías crónicas, sino para el resto de la comunidad escolar que, por su edad, es muy vulnerable y que requiere de una asistencia sanitaria de este tipo.

LABOR PREVENTIVA

En este sentido, el enfermer@ escolar puede desarrollar una gran labor preventiva de otras enfermedades, como es la obesidad, que cada vez va en aumento y que es la antesala de otras patologías como la diabetes tipo 2. De hecho, y según los últimos datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en su análisis comparativo del estado de salud de los ciudadanos europeos, España es el segundo país europeo con mayor índice de obesidad infantil, uno de los problemas mundiales de salud pública más graves, tal y como advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), puesto que los niños con sobrepeso u obesos corren un mayor riesgo de tener problemas de salud en la adolescencia y la edad adulta, además de relacionarse con problemas psicosociales como la baja autoestima, el acoso escolar, el bajo rendimiento escolar, los trastornos alimentarios y la depresión.

Por lo que respecta a España, el 35% de los menores de entre 8 y 16 años tiene exceso de peso; de los que un 20,7% sufre sobrepeso, y el restante 14,3%, obesidad. Así lo puso a finales del pasado año de manifiesto Unicef en su informe “El estado mundial de la infancia 2019: alimentación y nutrición”.
Actualmente, inmersos en pleno siglo XXI en el que los valores de vida de la dieta mediterránea se van haciendo cada vez más laxos, se desconoce que uno de los criterios que más peso tiene a la hora de desarrollar sobrepeso u obesidad es, junto con el nivel económico, la formación. Es decir, que a un menor nivel formativo más bajo, mayores son las probabilidades de desarrollar algún problema de salud relacionado con la alimentación. Y sobre esto, los expertos coinciden en que el nivel de educación es uno de los “predictores de salud más importante”.

Así las cosas, si se carece de formación sobre hábitos de vida saludable y de medidas conductuales de prevención, se corre más riesgo de, en la edad adulta, contar con menos calidad de vida. De ahí que, desde FEDE, se promocione la labor de la figura del enfermer@ escolar, quien puede y debe atajar, desde la infancia y en los centros escolares, una formación en salud deficitaria.