El 25 de septiembre se celebra el Día Mundial del Farmacéutico bajo el lema “La Farmacia, unida por un mundo más saludable” donde se quiere visibilizar su labor en la mejora del bienestar, calidad de vida y salud de las personas.

En España, este lema irá acompañado de la leyenda “Todos para uno” donde se quiere remarcar que el colectivo tiene como objetivo común la salud del paciente.

Actualmente somos 78.128 farmacéuticos colegiados distribuidos mayoritariamente en farmacia comunitaria pero también en farmacia hospitalaria, industria, salud pública, análisis clínico, alimentación, dermofarmacia o docencia.

Centrándonos en la figura del farmacéutico comunitario (el boticario de toda la vida), hablaremos de un profesional sanitario muy cualificado, con gran credibilidad entre sus vecinos, muy cercano y dispuesto siempre a colaborar con la administración pública para mejorar la atención del paciente.

Su actuación durante la pandemia fue reconocida hace unos meses, por el Ministerio de Sanidad con la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad. Los farmacéuticos y las 22.137 farmacias como establecimientos sanitarios, demostraron ser un pilar básico para el Sistema Nacional de Salud y el Sistema de Protección Social.

Precisamente y gracias a la proyección de las experiencias vividas durante la Covid-19 se puede acreditar el potencial del farmacéutico comunitario ayudando a descongestionar los centros de Atención Primaria. Queremos actuar más allá de la dispensación de medicamentos, deseando aportar continuidad asistencial especialmente en pacientes crónicos o polimedicados.

Estamos abiertos a colaborar de manera continua dentro del sistema sanitario con el fin de mejorar un modelo de salud que ya es un referente mundial. Algunas de nuestras propuestas son:

  • la creación de una cartera concertada de Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA).
  • integración en las estrategias multidisciplinares de Salud Pública.
  • Atención farmacéutica domiciliaria.
  • desde la farmacia rural, tener la capacidad de promocionar una atención sociosanitaria integral.

Como dijo el filósofo griego Diógenes, “el movimiento se demuestra andando” por lo que a nivel particular, desde nuestra farmacia, vamos a iniciar un pequeño proyecto educativo en diabetes tipo 2 (DM2) denominado “Esperanza en Diabetes” (www.esperanzaendiabetes.com) en colaboración multidisciplinar con el equipo médico y de enfermería del centro de salud más próximo.

Recordemos que el pronóstico de la persona diabética y con riesgo cardiovascular depende fundamentalmente del grado de control que tenga de su enfermedad. Por este motivo, la educación terapéutica en diabetes es prioritaria ya que permite al paciente ganar en confianza y motivación frente a su enfermedad gracias por un lado al conocimiento que adquiere de la misma y, por otro, a las nuevas habilidades que consigue para su manejo.

La intervención del farmacéutico ayuda a mejorar el tratamiento de la diabetes incidiendo en sus tres pilares:

  • Medicamentos:

Mejorando su adherencia, detectando posibles efectos adversos y posibles interacciones fármaco-alimento.

Para comprobar la adherencia disponemos del Servicio RUM (Revisión en el Uso de la Medicación). Se consiguen detectar algunos de los principales motivos que dificultan el cumplimiento del tratamiento como son los posibles errores de compresión, creencias erróneas, olvidos, miedos a los efectos adversos (insulina principalmente), etc.

Para subsanar los problemas de olvido en las tomas de fármaco o posibles dudas de si han tomado o no su medicación, utilizaremos otro de los SPFA, el Servicio personalizado de dosificación (SPD).

  • Alimentación:

Facilitando información que por un lado contribuya a prevenir la obesidad o el sobrepeso (factor responsable de la mayoría de nuevos casos de DM2) y por otro que ayude en el control glucémico.

  • Ejercicio físico:

Evitar el sedentarismo promoviendo la práctica de ejercicio físico siempre acorde al estado de salud y bajo supervisión médica.