El mercado mundial relacionado con la Salud Digital generará más de 234 mil millones de dólares en 2023, según la prestigiosa consultora estadounidense Frost & Sullivan.

La apuesta por la integración de las nuevas tecnologías en un sector tan complejo y competitivo como el de la salud, representa una gran oportunidad a nivel sanitario, social, económico, productivo y medioambiental.

Las tecnologías disruptivas asociadas a la salud (computación cuántica, DLTs, XR, IoT, 5G, gemelos digitales, impresión 3D, IA y Big Data) se presentan como herramientas fundamentales para abordar los retos más importantes del sector: envejecimiento poblacional, cronificación de enfermedades, salud mental, medicina personalizada, incremento del gasto sanitario, sostenibilidad del sistema, colaboración público-privada y modelo sanitario asociado a valor.

Además, el desarrollo e implantación de estas tecnologías es la base para conseguir un modelo sanitario mucho más COLABORATIVO, con mejor comunicación, transparencia y cooperación entre los diferentes grupos de interés: pacientes, profesionales sanitarios/sociosanitarios, proveedores, reguladores, empresas, universidades y centros de investigación, tercer sector, inversores y aseguradoras.

A continuación, se presentan 5 grandes oportunidades de la Salud Digital:

1.- Paciente individualizado:

  • Personalización de los servicios de salud.
  • Mejora en toma de decisiones (compartidas entre profesional y paciente).
  • Feedback del paciente como mejora continua.
  • Sistema centrado en prevención y mejora del diagnóstico.

2.- Agilidad y eficiencia:

  • Mayor automatización y eficacia en diseño de procesos asistenciales.
  • Ahorro de costes y disminución de impacto ambiental.
  • Mejor y más rápida investigación, innovación y transferencia al mercado.

3.- Humanización de la atención sanitaria, entendida como:

  • Cambio en relación paciente-profesional, con una disminución de burocracia y un aumento del tiempo de dedicación.

4.- Democratización y equidad en el acceso a la sanidad:

  • Mismos servicios sanitarios con independencia de la zona geográfica y las infraestructuras disponibles.
  • Estándar global de calidad en atención sanitaria.

5.- Sistema más sostenible:

  • Medición más precisa del rendimiento, coste-eficacia y valor añadido generado asociado a la inversión.
  • Toma de decisiones estratégicas basada en datos precisos.

Aunque las posibilidades asociadas a la Salud Digital son enormes, la plena implantación de las nuevas tecnologías en el sector implica, como todo gran cambio, una TRANSFORMACIÓN CULTURAL, donde el miedo y la resistencia están muy presentes en pacientes y profesionales, pero muy especialmente, en gestores, directivos y decission makers.

Además, necesitamos seguir trabajando en 5 grandes áreas de mejora de la Salud Digital:

1.- Desarrollo de herramientas tecnológicas basadas en necesidades reales del sector:

  • Principalmente, de los pacientes.
  • También del SNS y de los diferentes grupos de interés.

2.- Heterogeneidad de competencias digitales:

  • Dificultad de comunicación y colaboración entre perfiles profesionales muy dispares.
  • Necesidad de estrategias públicas para favorecer concienciación y formación.

3.- Confidencialidad y seguridad de los datos:

  • ¿Quién posee y accede a los datos?
  • Exceso de información al paciente.
  • Interoperabilidad (fragmentación del SNS).

4.- Regulación del sector:

  • Propiedad de los datos. Compra de servicios digitales.
  • Necesidad de marcos regulatorios acordes al uso de las tecnologías.

5.- Instrumentos de compra y modelos de financiación híbridos:

  • Best Value Procurement.
  • Políticas públicas que impulsen nuevos modelos e incentiven inversión en I+D+i+T.

La Salud Digital es una realidad que ya está transformando los paradigmas sanitarios, pero a la que también puede aplicarse una famosa reflexión de Albert Einstein que sigue aún muy vigente:

«¿Por qué esta magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y nos hace la vida más fácil, nos aporta tan poca felicidad? La respuesta es esta, simplemente: porque aún no hemos aprendido a usarla con tino».