“Durante la pandemia no hemos dejado de suministrar medicamentos a ningún paciente”

La reciente jefa de Servicio de Farmacia del Hospital Ramón y Cajal ha hablado con New Medical Economics a través de su Canal Online para hacer balance de su gestión durante la pandemia. Ana Álvarez también ha contado cuáles son sus líneas estratégicas, retos y cómo ve el servicio de telefarmacia, entre otras cuestiones.

¿Qué balance hace de su labor como jefa del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Ramón y Cajal?

Por el momento soy jefa en funciones porque la anterior jefe de Servicio de Farmacia, la Dra. Bermejo se jubiló a finales de noviembre. Entonces, mi balance es COVID. Me he estrenado directamente con la pandemia. He tenido que aprender muy rápido, adaptarme muy rápido a la situación no solamente de la pandemia, sino de lo que es dirigir un Servicio. Pero, en realidad he sacado muchísimas cosas positivas en ese sentido. Yo también partía de la base de que yo era jefe de sección aquí hasta antes de que Teresa se jubilara y el equipo, por lo tanto, son mis compañeros. En ese sentido, a nivel de equipo y de Servicio, tengo ventaja porque llevo muchos años trabajando en el Servicio. Toda la crisis del COVID a nivel de gestión de las personas ha sido una de las cosas más importantes que gestionar porque ha habido momentos que íbamos con miedo, incluso nos hemos contagiado de coronavirus. Luego hemos pasado por mucha ansiedad, con mucha incertidumbre, ligado de muchísimo trabajo y con mucha presión emocional.
Creo que la gestión de las personas ha sido quizá una de las pautas principales de mi estreno y luego lo que era organizar todo el Servicio en esa situación y además mantener las otras tareas que hacíamos, aunque la pandemia nos dejaba poco tiempo para lo demás. Y una cosa muy positiva que puedo sacar, por ejemplo, es que yo creo que a los servicios de farmacia en general, la pandemia nos ha impulsado, nos ha dado mucha visibilidad en el hospital, en el sistema y con los pacientes; se ha sabido reconocer nuestro papel, que eso es lo bonito, porque yo creo que nuestro papel siempre es importante, es un Servicio transversal y columna vertebral en todo lo que tiene que ver con los procesos del hospital, que prácticamente todos tienen que tener algún medicamento de por medio. En este caso se ha sabido ver y esto ha hecho también estrechar muchas relaciones.

¿De cuántas personas se compone su equipo?

Nosotros somos alrededor de 80 profesionales en situación normal. Ahora en COVID somos más, sí que contrataron bastantes técnicos en Farmacia porque partíamos de una plantilla inferior en general comparada con otros hospitales. Por ejemplo, somos 15 farmacéuticos, luego hay 4 farmacéuticos que están contratados por la Fundación de Investigación, que son parte de los que llevan el área de ensayos clínicos, pero de staff somos 15. Por ello, nos hicieron refuerzo en la pandemia. Ahí también mi hospital muy bien porque nos han apoyado mucho en ese sentido. Pero en estructura habitual, somos alrededor de 80 profesionales actualmente.

¿A qué retos se enfrenta actualmente?

En este momento nos seguimos enfrentando al reto de la pandemia. Por desgracia, es verdad que yo tengo un poco la sensación de “año perdido”. Poco más que dedicarnos a la pandemia vamos a poder hacer y todo lo que supone, como la gestión de las adquisiciones, garantizar la disponibilidad de los fármacos, repetir un poco lo que hicimos en la primera ola, hay que garantizar la seguridad, porque en un entorno de tanta crisis, de tanta ansiedad, de tanta rapidez en las plantas y en las unidades, yo creo que el papel de la farmacia en garantizar la seguridad es muy importante, que los medicamentos lleguen al lugar que tienen que llegar, en el momento que tienen que llegar en las máximas condiciones de seguridad.

Más allá de la pandemia, los retos a los que me enfrentaba a más corto plazo y que teníamos previsto en nuestro plan estratégico, es una mayor integración de los farmacéuticos en las áreas clínicas. Nosotros tenemos ya en algunas áreas clínicas una integración, por ejemplo, en hematología con mucha potencia, en geriatría hace mucho tiempo que tenemos una farmacéutica integrada completamente en la unidad de Agudos de Geriatría, en Reumatología hace tiempo también, en Neumología, en concreto en la Unidad de Asma, participamos muy activamente, en Dermatología empezamos a finales del año pasado a potenciar también esta integración y hemos empezado justo después de la pandemia, a poner nuestro piececito ya en urgencias; además, es que ya se ha demostrado la importancia que puede tener el farmacéutico en urgencias. Estamos encantadas de poder estar haciéndolo, incluso en este momento tan crítico.

Hace un par de años, la Dirección Médica del Hospital decidió que una persona del Servicio de Farmacia coordinara el Hospital de Día Médico del hospital, aquí en el Ramón y Cajal, el Hospital de Día Médico atiende a todos los servicios. No es como en otros hospitales que Oncología y Hematología suele estar separado en otro Hospital de Día, aquí está todo junto. Es un Servicio que requiere una coordinación brutal porque tiene demanda de muchos servicios y con una presión asistencial muy importante. Entonces, la Dirección Médica decidió que un facultativo coordinara el Hospital de Día y decidieron que fuese alguien de Farmacia, porque es un poco la palanca, si la farmacia va bien, la elaboración va bien y los problemas que pasan en el Hospital de Día muchas veces repercuten en farmacia y viceversa. Me nombraron a mí coordinadora del Hospital de Día y en ese tiempo de coordinación hubo una oportunidad de crear un nuevo Hospital de Día médico, en el que hicimos además un proyecto muy bonito de humanización de los espacios. Hicimos cocreación con pacientes y profesionales, y en ese hospital de día nuevo se ha incorporado una farmacia satélite. Ahora estamos, una vez pasadas las inspecciones, de poner en marcha esa farmacia satélite integrada en el hospital de día, que va a mejorar los flujos de trabajo muchísimo y acercar la atención farmacéutica a los pacientes que están recibiendo un tratamiento en el HDIA. Ese es otro reto muy importante que estaba previsto para este año y a ver si antes de que acabe el año lo podemos poner en marcha.

Otro reto que teníamos también para este año era hacer un plan funcional de todo el Servicio de Farmacia, que integrara un rediseño de toda la parte logística, con renovación tecnológica si fuese necesaria, y de los procesos, incluso aplicando metodología LEAN SEIS SIGMA, para hacer una Nueva Farmacia “ideal”. Porque, por ejemplo, nosotros a nivel de logística hemos crecido muchísimo y nuestros almacenes se han quedado pequeños, la tecnología se nos queda un poco justa, no llega a ser lo que quieres… y queríamos partir de cero y además también con metodología de diseño centrado en las personas, participando profesionales de la farmacia y de fuera de la farmacia y cuando sea necesario también los pacientes. Esto es como una nueva forma de pensar.

Esto es una cosa que ya hicimos hace unos años, un proyecto que llamamos “Farmacia centrada en las personas”, que fue analizar todo el proceso del paciente oncológico con los profesionales de oncología y pacientes oncológicos y vimos dónde la farmacia podía mejorar, pero recogiendo de ellos realmente lo que necesitan. Ese proyecto nos gustó mucho y yo la verdad que tengo claro que cualquier proceso que se diseña en el Servicio de Farmacia tiene que ser con una participación muy activa de las personas implicadas, tanto de profesionales como de pacientes. Yo creo que el paciente es el que tiene que decir realmente lo que necesita, aunque todos los profesionales intentamos hacer lo mejor para el paciente, igual no estamos dando en el quid de lo que necesitan, porque nos lo tienen que decir ellos.

¿Cuáles son sus líneas estratégicas para liderar un Servicio de Farmacia de calidad?

Las tenemos recién repensadas, en enero empezamos a modificar un poco nuestro plan estratégico y nuestras líneas son: la seguridad del paciente, gestión del riesgo, la innovación tecnológica, la gestión de la farmacoterapia que ahí incluimos todo lo que tiene que ver con selección de medicamentos, evaluación, adquisición, seguimiento de indicadores, resultados de salud, etcétera. Y también incluimos aquí la integración de los farmacéuticos en los equipos clínicos, la continuidad asistencial… Calidad y gestión por procesos es otra de nuestras líneas estratégicas; la investigación, el desarrollo profesional y personal, que me parece muy importante; la humanización la tenemos como una línea estratégica que hemos incluido en este plan estratégico, de una manera también muy transversal a todo lo que hacemos. Yo la humanización la veo como la calidad a la seguridad, en todo lo que hacemos. Y luego hemos incluido dos nuevas líneas estratégicas que nunca habíamos trabajado, que es la gestión del medio ambiente y una que hemos llamado acción social. Queremos empezar a trabajar con ONGs, de hecho, ya hemos tenido la oportunidad ahora en la pandemia de hacerlo, el jefe de anestesia de nuestro hospital se fue a Mauritania con una campaña y pudimos hacer una donación de medicamentos para ayudar en la pandemia. Ha sido nuestra primera acción en este sentido, pero lo tenemos como una línea estratégica, nos apetece muchísimo trabajarla.

La Farmacia Hospitalaria es clave en resultados de salud y en la atención al paciente, ¿qué sistemas utilizan para obtener estos resultados y hacerlos efectivos en la práctica clínica?

Nosotros hacemos recogida de PROs de datos reportados por el paciente en grupos de pacientes, no en todos, porque además tampoco hay bibliografía o no están definidos en todos los grupos de pacientes, pero es una línea de trabajo importante ahora mismo del Servicio, incluso de ir seleccionando grupos para definir PROs. Luego nosotros tenemos ya, por ejemplo, los medicamentos en situaciones especiales, medicamentos de alto impacto o medicamentos indicados fuera de ficha técnica tenemos un Comité en el hospital pluridisciplinar que lo llamamos Comité de evaluación de medicamentos en situaciones especiales, en el que se evalúan situaciones concretas, individuales de pacientes. Se suelen definir variables de resultados, se hace un seguimiento de ellos y con esto también obtenemos los resultados en salud de estas situaciones un poco especiales, que se salen de lo normal. El PROA también es otro programa que permite dar resultados en salud.

Participamos muy activamente en un grupo de trabajo, en el hospital a veces se hacen grupos de trabajo para analizar procesos de una manera transversal y estamos en algunos de ellos. En concreto, se analizó hace un par de años, el proceso perioperatorio, todo lo que le pasaba al paciente en el entorno perioperatorio y empezamos una actividad en la que nosotros llamamos a los pacientes con un protocolo consensuado y además llamamos a los pacientes unos días antes de la cirugía, unas cuantas veces, para saber qué hacen con la medicación que el anestesista les ha recomendado. Ahí también tenemos un feedback de los pacientes, y detectamos este tipo de información. Luego tenemos grupos de trabajo en general, de seguridad y de mejora de procesos, participamos también en un grupo de delirio, de ortogeriatría, en dermatología, en hematología… en varios servicios. Y, en urgencias con esta nueva actividad, ahí todo lo que tiene que ver con la conciliación y problemas de salud relacionados con la medicación. Vamos recogiendo datos y modificando lo que sea necesario: protocolos terapéuticos y procesos que sean necesarios.

¿Cómo cree que se podría mejorar la Atención Farmacéutica?

Lo llamaría más bien una valoración integral de la farmacoterapia. Tenemos que ser capaces de poder incluir todos los pasos que vive el paciente en su proceso fármaco terapéutico. No solamente lo que vivimos en el hospital con él, sino antes de que llegue al hospital y cuando se vaya del hospital. Entonces, yo creo que es como una visión 360 grados. Tú le conoces por primera vez, puedes ver toda su historia farmacoterapéutica previa, el momento agudo por el que a lo mejor está en el hospital, la conciliación, por supuesto. Todo lo que había pasado durante un ingreso o una cirugía, lo que sea. Y luego la continuidad asistencial. En nuestro caso, lo que más nos falta es la continuidad asistencial. Ahora mismo, ahí tenemos mucho que hacer, en general en todos los servicios de farmacia, pero en concreto nosotros ahí tenemos mucho que hacer. Hacemos cosas puntuales, pero pienso que hay que coordinarnos con Primaria y con otros niveles asistenciales. Va a ser importante para dar ese paso. Es complicado porque al final te implica coordinarte. Yo creo que aquí no podemos trabajar solos, es importante tanto el seguimiento que se hace en Primaria, y luego trabajar con grupos de pacientes es importante también para mejorar la atención farmacéutica, que nos digan los pacientes lo que realmente demandan.

Yo coordiné la guía de humanización de los servicios de farmacia de la SEFH, y de ahí salieron una de las cosas que ya sabemos todos, que es la poca visibilidad que tenemos en la sociedad. Un ciudadano hasta que no llega a ser paciente no sabe ni siquiera que existimos. Y cuando pasa a ser paciente le cuesta un poco saber lo que hacemos. Ha cambiado y va mejorando, pero todavía es desconocido y es un hándicap muy importante para relacionarnos con los pacientes y para aportarles valor, porque ni siquiera saben lo que les podemos ofrecer, entonces no nos demandan tampoco. Pienso que es muy importante que en este tema de la atención farmacéutica también seamos capaces de ver lo que el paciente puede necesitar. Y yo creo que un mayor contacto con todos los profesionales que intervienen en los procesos del paciente puede también ayudarnos a mejorar en la atención farmacéutica.

¿Cuántos ensayos clínicos se están realizando en el Ramón y Cajal? ¿Cuál es vuestra implicación en este ámbito?

Tenemos alrededor de 600 ensayos clínicos activos. Además, con el COVID también ha sido un trabajo importante en la pandemia. En los ensayos la implicación es brutal. Es un área muy potente del Servicio, porque se participa ya por ley, nosotros tenemos que hacer la gestión de las muestras de ensayo clínico, pero es mucho más que eso, son las visitas de inicio, crear los protocolos, las monitorizaciones, todo el control de las muestras, la dispensación, por ejemplo, a pacientes externos, la dispensación a las unidades de investigación. La elaboración, por ejemplo, en muchísimos ensayos implica elaboración en cabinas de seguridad, y suele ser además una elaboración y unos protocolos mucho más complejos que lo asistencial. Es un volumen de trabajo enorme lo que hay en esa área. Mucha burocracia también, el ensayo clínico requiere un seguimiento de cada paciente.

¿Os llegan los resultados de los ensayos clínicos?

Los promotores tienen la obligación de, al finalizar el ensayo, emitir un informe al comité. Entonces, a través del comité podemos tener acceso a esa información, y luego en realidad cuando se publican. El comité tiene la información y nosotros, creo, que cualquier persona que quisiera podría acceder esos datos, pero nosotros encima, estando parte en el comité, tenemos acceso.

¿Qué camino debería seguir la Farmacia Hospitalaria para seguir con su desarrollo?

Tenemos que aprovechar ese impulso que nos ha dado la pandemia como Servicio, y esa visibilidad que hemos ganado. Tanto desde el punto de vista profesional como desde el punto de vista de los pacientes. Creo que no debemos de perder la carrerilla que hemos cogido y apoyarnos en esto para poder de verdad participar en todos los campos en los que creo que por nuestra formación podemos. Aportamos mucho valor al ser un servicio transversal, nuestra actividad es muy transversal tanto dentro del Servicio como fuera, entonces podemos aportar mucho en calidad, en seguridad y en eficiencia. Es difícil medir el impacto que tiene, por ejemplo, la atención farmacéutica en los resultados en salud, pero sin duda somos un papel clave en la calidad, seguridad y eficiencia de los tratamientos. Creo que el tema de telefarmacia y toda la parte tecnológica va a ser algo que vamos a mantener y que por ahí va a ir también mucha parte de nuestra actividad. Creo que va a ser importante también en el análisis masivo de datos, que de verdad tengamos sistemas que nos permitan analizar datos, que nos permitan a su vez participar en la toma de decisiones. Esto es muy importante, que las herramientas y los datos sean de calidad porque si no podemos equivocarnos mucho. También la medicina personalizada y terapias avanzadas creo que va a ser un campo en el que cada vez vamos a tener más trabajo y más papel. El paciente crónico complejo también es una diana importante para nosotros y pienso que la atención domiciliaria también puede ser un campo nuevo en el que empecemos a trabajar.

¿Cuándo cree que el farmacéutico de hospital se podrá integrar en el equipo asistencial?

Pienso que si no hay más es por falta de recursos. Ya no hay dudas de que nos podamos integrar. Yo creo que eso lo hemos superado, hay que agradecérselo a nuestras generaciones previas todo lo que han trabajado en este sentido, han luchado muchísimo y se nota mucho. Yo ahora no siento absolutamente ningún rechazo por integrarnos. Yo siempre digo que cuando un farmacéutico pone el pie en un servicio, enseguida notan ese apoyo y enseguida te quieren. Y surgen cosas y cosas y cosas.

¿Qué función desempeña la Farmacia Hospitalaria en la evaluación y selección de medicamentos en los Comités FCT de las CCAA?

El SERMAS sí que hace grupos de trabajo para analizar determinadas patologías. Hay grupos variados, de oncología, hemoterapia… ahí participa la farmacia hospitalaria como un miembro más del equipo y tiene la función de: evaluación, selección, protocolización…y sobre todo esto lo que garantiza es igualdad. Tener decisiones centralizadas siempre homogeniza las cosas y da a los pacientes las mismas oportunidades.

¿Cómo se ha adaptado la Farmacia Hospitalaria a la nueva situación que ha provocado la crisis del coronavirus?

Nosotros, por ejemplo, una de las actividades que más hemos incrementado durante la pandemia ha sido la elaboración. Luego la participación en la investigación que tiene que ver con la pandemia de la COVID. El protocolo terapéutico es muy importante que esté coordinado entre los servicios más importantes y nosotros ahí somos una parte más del equipo en la gestión de las personas.

¿Han tenido desabastecimiento durante la pandemia?

Nosotros no hemos dejado de suministrar ningún medicamento prescrito, a ningún paciente. Cuando ya veíamos lo que iba a venir hicimos una estimación de prevención, de los medicamentos que creíamos que se iban a utilizar, porque aquí jugábamos a ciegas, no se sabía cómo se iba a tratar el virus. Entonces era muy difícil y los protocolos iban cambiando constantemente. Hicimos una previsión de un cálculo de lo que creíamos, con los datos que había, de cuántos pacientes íbamos a llegar a tener, de medicación… Y la verdad es que esa previsión se ajustó bastante a lo que luego hemos ido necesitando.

Ha sido una angustia interna y vital el tema del desabastecimiento, es una de las cosas que hemos sufrido en silencio, porque eso solo se sufría en los servicios de farmacia, en nuestro caso concreto no hemos dejado de poner un tratamiento a ningún paciente.

Hubo desabastecimiento y mucha presión en los medicamentos relacionados con el soporte de pacientes en UCI, y luego ha habido mucha coordinación y mucha comunicación con la Agencia Española Medicamento, desde los Servicios de Farmacia de los hospitales de la Comunidad de Madrid, con la Subdirección General de Farmacia de la Comunidad de Madrid. En nuestro caso, hemos hecho una coordinación constante y muy útil, además nos ha unido muchísimo a la Subdirección y todos los servicios de Farmacia de la Comunidad de Madrid también. Realmente, una de las cosas positivas es la piña que se hizo ahí y lo que nos ayudamos en todo lo que tenía que ver con la pandemia, pero en concreto en el tema de los desabastecimientos nos hemos ayudado, ha sido una coordinación muy importante con la Agencia, y luego a nivel de Madrid, con la Subdirección General de Farmacia, con María José Calvo y su equipo, y entre todos los servicios de Farmacia. Cuando montaron IFEMA también estuvimos muchísimo en contacto.

¿Cree que la pandemia actual va a suponer una potenciación del funcionamiento del sistema de telefarmacia?

La telefarmacia se ha impulsado gracias a la pandemia, así como la entrega informada de medicamentos. La pandemia nos ha puesto en el escenario de que hay otra forma de atender a los pacientes. Los hospitales nos estamos reconstruyendo y nos estamos rediseñando. Ese nuevo modelo que pusimos en marcha rápidamente y con las prisas COVID ahora se está asentando y es también un reto el poner en marcha este proceso, porque creo que es importante diseñarlo muy bien, teniendo en cuenta, por ejemplo, que la consulta no presencial y el envío de medicación a domicilio no son válidos en todos los casos. En este sentido, es de gran valor el posicionamiento sobre telefarmacia que ha publicado recientemente la SEFH. En nuestro caso, las consultas de telefarmacia están citadas al igual que las consultas presenciales. Es importante que el paciente entienda que esta consulta no presencial tiene la misma seriedad que cuando viene al Servicio. Entonces, diseñar todo ese proceso, integrar sistemas informáticos para que sea fluido también es un reto importante.

Nosotros aquí tenemos ahora mismo el 75 por ciento de los pacientes que son de entrega a domicilio. Ha sido muy bien recibido. De hecho, hicimos una encuesta de satisfacción, tanto del envío a domicilio como de la telefarmacia y salieron en los dos casos muy satisfactor en un casi 99 por ciento. Y luego nosotros, con el envío de la medicación les enviamos un mensaje que diseñamos en su día en la pandemia, que es un mensaje de acompañamiento, que tiene un símbolo como un rayo de esperanza y les pusimos como la posibilidad de interaccionar con nosotros en redes sociales cuando reciben la medicación, nos mandan tuits, se hacen fotos con el rayo…para dar un toque de humanización a los pacientes “no COVID”. Siguiendo con temas de humanización, otra cosa que hemos hecho es que todos nos hemos puesto mamparas, es necesario para protegerte el profesional y el paciente. Estas mamparas las hicimos con el fondo solidario que nos aportó la SEFH, pero hemos puesto un mensaje en la mampara, para romper esa frialdad porque esta situación genera muchas barreras, pero por otra parte protegen. Hay que saber demostrar que lo que estamos haciendo realmente es protegernos, no distanciarnos.