“La capacidad de adaptación de todos los hospitales y la solidaridad entre todos nosotros ha sido brutal”

El director general del Ib-Salut ha contado en esta entrevista cómo han vivido la pandemia en las Islas Baleares, desde el primer contagio hasta la actualidad. Además, Juli Fuster ha hablado sobre sus próximos proyectos dentro del Servei de Salut y de los mayores retos de la sanidad balear.

 ¿Puede hacernos un balance de la gestión del coronavirus en las Islas Baleares?

El coronavirus es una pandemia que nos llegó de repente, no imaginábamos nunca que nos pudiera suceder algo así. En cuanto fuimos conscientes de la que se nos venía encima,  que fue muy rápido porque fuimos la segunda comunidad que tuvo un caso en España, un inglés que vive aquí y que afortunadamente no le pasó nada,  la pandemia nos obligó a hacer múltiples actuaciones, desde cambios importantes en Atención Primaria, como la creación de una Central COVID, una central de información, fuimos la primera comunidad que creó las unidades volantes de atención comunitaria, las UVAC  para atención en los domicilios, hemos puesto en marcha unidades nuevas como por ejemplo KID COVID, que era una unidad especial para atender a los niños que pudieran tener síntomas a COVID; y EDUCOVID para informar a los padres de los colegios, etc. En definitiva, la pandemia nos obligó a transformarnos y por supuesto, a crear dobles circuitos. En los hospitales pasó lo mismo, teníamos ucis dimensionadas para lo que normalmente afrontábamos y de repente se incrementó muchísimo y tuvimos que ampliar Ucis, ampliar camas, instalar más respiradores, hacer, una reorganización importante de los hospitales.

El balance de gestión creo que ha sido bueno. Lamentablemente, a día de hoy 988 personas han fallecido en Baleares a causa del COVID. Con todo y con eso, Baleares es la comunidad con menos fallecimientos y creo que esto también se debe a que empezamos a intervenir muy rápido en las residencias. Por ejemplo, nosotros creamos equipos de atención, no dudamos en intervenir residencias, esto lo hicimos en marzo de 2020 aproximadamente y creo que estas acciones al final nos han dado un balance bastante positivo. Por lo tanto, considero que la gestión ha sido agotadora, ha sido brutal, pero que al final hemos podido afrontarlo bien. Por poner un ejemplo, nosotros habíamos instalado en el Palacio de Congresos, en Palma, un hospital de campaña, allí nosotros instalamos cien camas y una UCI con 20 camas ampliables a 40 con oxígeno y todo el equipamiento necesario. No lo llegamos a utilizar nunca, pero lo tuvimos instalado durante seis meses porque nos daba tranquilidad. Eso quiere decir que con los recursos propios pudimos afrontarlo bien.

¿Ha sacado alguna lección positiva de esta pandemia?

El análisis todavía está por hacer porque aún estamos en pandemia y tenemos un porcentaje importante de población sin vacunar, pero sí hemos sacado lecciones positivas. La primera ha sido por la respuesta de los profesionales, que ha sido extraordinaria, su capacidad de adaptación y de responder a lo que se les pedía ha sido brutal. Y luego la utilización de múltiples herramientas que estaban ahí, pero que no se utilizaban lo suficiente, desde la consulta telefónica telemática, la capacidad de actuar en residencias. Hay tiempo para hacer un análisis más sosegado, pero creo que estamos sacando lecciones muy positivas.

¿Cuál es la situación epidemiológica actual?

Ahora la situación es francamente buena. Baleares lleva disminuyendo la cifra de contagiados desde aproximadamente mes y medio, dos meses. Es verdad que no ha sido una bajada muy brusca, pero continuamos bajando, ya estamos por debajo de 50 en 14 días y de 18 en 7 días. Si se mantiene, son 36 a 14 días. La evolución es buena, aunque creo que hay que ser muy prudentes porque ahora está todo abierto, la población se relaja y puede haber algún brote, aunque si lo hay no será con tanta intensidad porque tenemos un porcentaje elevado de vacunados, pero es un virus que nos ha demostrado que va cambiando, que aparecen cepas nuevas. Por tanto, creo que vamos muy bien encaminados, pero la guerra no está ganada del todo.

¿Cómo cree, que ha ido, a su juicio, el ritmo de la vacunación del coronavirus en las Islas Baleares?

Creo que ha sido también muy bueno. Nosotros hemos hecho un esfuerzo importante y aparte de la vacunación que ha recaído casi en el 90 por ciento en Atención Primaria, reconocer que esta especialidad ha hecho un esfuerzo muy importante, se ha vacunado en los centros de salud y se ha vacunado en espacios como en el antiguo Hospital San Dureta, en un polideportivo que nos cedió el Ayuntamiento; en Manacor, el Consell Insular nos cedió otro polideportivo que está ubicado en el hipódromo y en Inca también; otro en Ibiza,  el Consell Insular también nos cedió un polideportivo;  en Menorca, en dos, en Mahón y en Ciudadela hemos tenido también centros cedidos por los ayuntamientos. Además, colaboramos con Seat que también nos aportó una serie de camiones durante un tiempo y nos ayudó mucho.

El ritmo de vacunación ha sido muy bueno, sí que es verdad que en el colectivo de personas entre 20 y 40 años son los colectivos que vamos un pelín más retrasados, pero ya estamos por encima del 70 por ciento con ellos también, así que en principio vamos bien.

En cuanto a la tercera dosis de la vacuna, nosotros siempre nos adaptamos a lo que decide la Comisión de Salud Pública y lo que aprueba el Consejo Interterritorial. En residencias y en el grupo 7 que son las personas más vulnerables, la tercera dosis ya está completa, ya la hemos puesto a todos y ahora vamos a poner juntamente con la de la gripe a las personas mayores de 70 años. Esta última la vamos a empezar un poco más tarde, porque la gripe en Baleares también llega un poco más tarde, suele ser más florida en enero o febrero. Entonces, por esto siempre retrasamos un poquito la vacuna a fin de que dure el efecto más tiempo.

¿Han tenido desabastecimiento de medicamentos y productos sanitarios durante la pandemia?

Al principio, nosotros teníamos stocks de material de protección, sobre todo de EPIs y mascarillas, pero lo teníamos para el consumo habitual que había habido hasta aquel momento. Teníamos unas reservas de tres meses aproximadamente, ¿qué pasó? Que el consumo se multiplicó, no solo aquí, sino en toda Europa y en todo el mundo. Y llegó un momento en que los proveedores habituales no nos podían suministrar lo que nos obligó a aprender a comprar a China, a comprar la flota de aviones, etc.  Afortunadamente no llegamos a tener nunca rotura de stocks, aunque estuvimos cerca.

Baleares fue la segunda comunidad que consiguió traer un avión cargado de material de Shanghái con múltiples dificultades, porque además el aeropuerto de Shanghái estaba cerrado, pero lo conseguimos, aunque lo íbamos siguiendo toda la noche. Llegó y eso nos mantuvo en mucha tensión, pero no nos faltó nunca, nunca llegamos a tener rotura de stocks, aunque estuvimos cerca. Y de medicamentos hubo un momento en que también flaquearon los anestésicos y algún relajante muscular, pero tampoco nos llevó a un problema grave, no había peligro, en seguida pudimos traer y pudimos sacarlo bien.

Tengo que decir que aquí hay un equipo fantástico que trabajó intensamente y fue todo muy bien.

¿Cómo ha sido la colaboración entre los hospitales de las Islas Baleares?

La capacidad de adaptación de todos los hospitales ha sido brutal y también, evidentemente, la solidaridad entre todos nosotros. Cuando en el IBSalut hubo bajas porque la gente infectada no podía trabajar, el 061 aportó profesionales a un hospital para poder ayudar, nos pasó también con anestesistas, otro hospital también aportó. En este sentido, también ha habido una capacidad de transformación y de solidaridad muy positiva.

¿Cómo apoyaron a los profesionales sanitarios durante los momentos más álgidos de la pandemia? En estos momentos, ¿hay escasez de especialistas en alguna rama concreta?

Procurábamos que nos sintieran cerca, es decir, que ellos sintieran nuestro soporte y que vieran que consensuábamos las decisiones con ellos. En este sentido, la consejera inmediatamente creó un comité de crisis, tomar una decisión basada en un grupo de expertos es muy importante. Este Comité ha funcionado muy bien.

Respondiendo a las demandas de los profesionales, he de decir, que el Govern nos ha facilitado el camino, hemos podido contratar a enfermeras sin tener limitación económica, esto nos ha facilitado mucho el poder hacer.

También es verdad que alguna especialidad va ajustada y ya sabemos que, en un momento determinado, fruto de otras crisis económicas, se redujo de manera importante el número de especialistas en formación y ahora estamos pagando las consecuencias porque esto es un proceso largo.

Cambiando de tema, ¿tiene previstas nuevas inversiones en I+D+i? ¿Y en infraestructuras?

En infraestructuras en cuestión de 15 o 20 días saldrán los concursos para el hospital de Manacor, que son casi 80 millones de euros para el concurso de obra. Ya ha pasado por todos los permisos. Saldrá también en 20 días, el concurso del Hospital Virgen del Toro en Menorca se trata de convertir el antiguo Hospital Virgen del Toro, ya hicimos una parte reforzando la estructura para adaptarlo a las normativas actuales y en las fachadas, que estaban muy deterioradas. Ahora, una vez reforzada la estructura, hay que hacer el interior. Para este Hospital de Menorca con equipamiento se irán15 millones de euros.

En cuestión de 15 días, salen también 9 centros de salud, centros y unidades básicas, 5 de ellos muy grandes, estos están situados sobre todo en Mallorca.

En cuanto a equipamientos hemos participado en los proyectos europeos para los fondos de reactivación con un proyecto de renovación de tecnología y nos lo han concedido. En dos años este proyecto tiene que estar hecho porque si no se puede perder el fondo. Estamos en ello y estoy seguro de que lo vamos a cumplir y por tanto vamos a tener una dotación de tecnología muy actualizada. En paralelo, habíamos impulsado y ya están acabando la instalación, dos resonancias magnéticas nuevas de 6 teslas en Son Espases y en Son LLatzer. Y también es una inversión y una apuesta importantes. Nosotros hemos procurado que a pesar del COVID no se parara nada. Sí que es verdad que se ha ralentizado, pero no de forma acentuada.

¿Han realizado acciones de mejora para la atención a los pacientes con enfermedades crónicas? ¿Y para pacientes con problemas de salud mental?

Estas dos especialidades junto con Atención Primaria eran los tres pilares que este gobierno quería impulsar mucho. En el caso de salud mental, hemos creado el Observatorio del Suicidio, hemos puesto en marcha la Oficina de Atención al Suicidio con un teléfono 24 horas, hemos contratado en todas las islas psiquiatras y psicólogos… Hemos sido también bastante pioneros en España en todas estas actuaciones, porque desgraciadamente el COVID ha incrementado este número de pacientes. Hemos reforzado la unidad de infanto-juvenil e infantil, porque hemos visto pretensiones suicidas en niños, todo esto para intentar prevenirlo, hemos hecho un esfuerzo muy importante. También tenemos la Oficina de Salud Mental, recientemente celebraron la Semana de la Salud Mental y la última acción que llevaron a cabo fue un evento en la Fundación Pilar Joan Miró, donde se reunieron los enfermos en talleres de pintura, de escultura, de teatro, hicieron representaciones, estuvimos allí con ellos, viéndolo y la verdad, con una participación muy buena.

Por otro lado, el enfermo crónico era otra de las patas. Nosotros creamos la Subdirección de Atención a la Cronicidad en el Servicio de Salud, porque era uno de los proyectos estratégicos. La estrategia tenía toda una serie de líneas de actuación que han seguido en todo momento, tenemos prácticamente enfermeras gestoras de casos como enlaces en todo el mundo sociosanitario y sanitario, en todos los centros de salud y en los hospitales también. El COVID nos ha hecho entrar en las residencias, yo ilusamente creía que las residencias tenían sus médicos y enfermeras y nada más lejos de la realidad, alguna pública si lo tiene, pero las privadas en ninguna y para cubrir el expediente alguna tiene una enfermera contratada dos horas a la semana. Ahí hemos tenido que dedicar muchos esfuerzos, hemos creado unos equipos que den atención a las residencias y que estén formados por enfermeras básicamente, pero también en colaboración a las UVACS de primaria, incluso del 061. Este grupo de enfermeras va a las residencias para dar atención, incluso ahora que no hay COVID, pero seguimos haciéndoles pruebas cada semana o cada quince días en función de cómo va su evolución y estamos pendientes de los residentes.

Ahora estamos valorando a ver cómo seguimos, soy partidario de que esto lo asuma Atención Primaria con los refuerzos que hagan falta. Hoy por hoy todavía tenemos estos equipos en todas las islas.

¿Cuáles son los mayores retos de la Sanidad balear?

El mayor reto de la sanidad balear es consolidar el modelo que tenemos. La atención a la cronicidad es el reto más de futuro, porque vivimos cada vez más y eso nos lleva a tener más enfermedades crónicas. Nosotros tenemos unos proyectos muy interesantes, como el que he comentado de Virgen del Toro, que ya empieza la obra y será un hospital para crónicos. Tenemos el de Son Dureta en Palma, ya iniciamos el proyecto y ya está hecho, consta de aproximadamente 400 camas para enfermos crónicos, sobre todo, es decir, muy poco diagnóstico porque el paciente ya viene diagnosticado, sin cirugía, mucha rehabilitación y mucho cuidado y esfuerzo. Y además un centro de salud que en aquella zona nos viene muy bien también. El proyecto arquitectónico ya está hecho y ahora empezamos la licitación, es un proceso más lento porque es una obra de mucha envergadura, pero creo que es uno de los retos importantes. Consolidar esto para que, en estos años junto con el desarrollo de la Atención Primaria, los pacientes crónicos en nuestra comunidad, que serán muchos, estén muy bien atendidos.  Creo que este sería el reto a completar junto con el de salud mental. En salud mental tenemos un proyecto muy bonito, en Palma tenemos un hospital psiquiátrico que está cercado, el proyecto ya viene de lejos, primero hemos integrado en la comunidad el máximo de enfermos posibles y lo que queda dejar allí un lugar de ingreso, pero no de una gran larga estancia, sino de tratamiento y de diagnóstico y abrir todos esos jardines a la ciudad. Ahí también construimos un centro de salud en una de las puntas y eso es un proyecto muy bonito que va a acabar de vencer el estigma de la salud mental.