En las últimas 2 temporadas del podcast de Gestionando Salud se ha abordado de manera indirecta la gestión del talento humano del sector sanitario y del reto que se tiene la hora de obtener el personal requerido en las diferentes áreas, pero sobre todo la retención de estos. Es ineludible la constante demanda y evolución de los servicios de salud, sin poner en juego o en discusión la calidad, eficiencia y seguridad en la atención de los pacientes.

En uno de los episodios que comento sobre el rol de la enfermería en la gestión de salud, ha resultado la mención de retomar el concepto de los hospitales magnéticos para ser atractivos a este tipo de profesionales de salud e incorporarlo dentro de la gestión de las instituciones.

Para poner en contexto, un “hospital magnético” es un concepto que viene desde los años 80 por la Academia Americana de Enfermería (AAN), nacido de la preocupante escasez del personal de enfermería en los Estados Unidos. Este tipo de instituciones que son categorizadas como hospitales magnéticos se caracterizan por su capacidad para atraer y retener talento, fomentar la innovación, y promover un ambiente centrado en el paciente. Como bien su nombre lo indica, el magnetismo es el elemento de atracción y conservación de profesionales de salud con una alta capacidad de competencias, y que este mismo profesional ha calificado con un ambiente laboral de crecimiento, desarrollo y un entorno estimulante.

Este estilo de gestión debe de contar con las siguientes características:

Liderazgo transformador: Cuenta con una planificación estratégica en corto, mediano y largo plazo donde se realice una serie de acciones con un enfoque de liderazgo transformador, inspirando y empoderando a los profesionales de la salud para alcanzar nuevos niveles de rendimiento, eficiencia y calidad. Este tipo de liderazgo transformador debe contar con el trabajo en conjunto y participativo de los colaboradores, comunicación efectiva y creación de un sentido de pertenencia institucional.

Enfoque centrado en el paciente: Reconocen la importancia de brindar atención centrada para y con el paciente, desde el diseño de instalaciones, los procesos de atención, gestión de indicadores de experiencia del paciente y la atención personalizada.

Cultura de innovación: Fomenta la adopción de tecnologías avanzadas, prácticas clínicas innovadoras y la participación en la investigación.

Cultura de enfermería excelente*: Priorizan la excelencia en la enfermería, reconociendo el papel crucial que desempeñan en la prestación de servicios de atención médica, fomentando el entorno de un rol activo y participativo en la toma de decisiones y fomento de la formación continua.

*Si bien es cierto, que este modelo de gestión fue puesto en marcha para la escasez de enfermería, en la situación actual en que nos encontramos con el personal sanitario asistencial, técnico y administrativo, es una gestión que es perfectamente permeable a todo el talento humano que requerimos en las prestadoras de servicios de salud. Este elemento característico de cultura de excelencia del talento humano debe fomentar el crecimiento y participación de los colaboradores en cada una de sus áreas de especialización.

Como podemos ver no es un concepto nuevo, ni trae nada que muchos no hayan dicho, sin embargo, nos hace cuestionarnos, ¿por qué no contamos con más hospitales magnéticos?, ¿en qué estamos fallando?, ¿realmente es un desafío que tenemos los gestores de salud o es una irrealidad no lograble?

Podemos citar algunos desafíos que pueden generar ciertas resistencias a que se pueda lograr un hospital magnético, como puede ser:

La falta de resiliencia en los cambios constantes que demanda este sector.

Los altos costos de inversión, tanto económicos como de personal, que implica llevar a cabo políticas internas y ejecución del plan estratégico con los cambios organizacionales.

Alinear los valores institucionales con una comunicación efectiva en ambas direcciones.

La implementación y monitorización de esa gestión de cambio que se quiera lograr.

No obstante, a todos estos desafíos, se deben agregar algunos factores más profundos y sistemáticos del sector salud, como es  la escasez del personal asistencial y las estrategias para la reversión de esta situación, programas académicos rezagados con otras áreas interdisciplinarias, el síndrome de quemado (burnout) del personal, el cambio generacional con las partidas de retiros profesionales, capacidad de los centros educativos y de las prácticas académicas que se requieren, las infinitas discusiones de las condiciones laborales, entre otras más políticas públicas.

Es incuestionable que el modelo de gestión como un hospital magnético representa un avance significativo en la gestión de la salud, enfocándose en atraer y retener talento, mejorar la calidad de la atención y fomentar una cultura de excelencia, sin embargo, existen algunas asignaturas pendientes que debemos trabajar en conjunto todos los actores que intervenimos en el sector salud para poder convertir en realidad este tipo de hospitales.