Las soluciones digitales resultan el puente perfecto para potenciar el autocuidado. La promoción del autocuidado lleva al paciente desde un papel de espectador del deterioro que está sufriendo, y lo convierte en coprotagonista y responsable de su evolución.

El Dr. Volker Spitzer, (VP, global consumer health R&D/RWE, IQVIA Consumer Health) enfatiza en una publicación realizada en el blog de IQVIA, de mayo de este año, que cuando una misma solución aúna la tecnología digital, las capacidades de los sensores y algoritmos de IA, se transforma en una herramienta que promueve un cambio transformador en el panorama del autocuidado y la salud del consumidor.

En otras ocasiones, hemos detallado cómo las herramientas de salud digital pueden revolucionar la atención médica, ofreciendo soluciones más holísticas, personalizadas y efectivas para mejorar los resultados de salud de los afectados.

Los asistentes terapéuticos digitales (instalados en tabletas o teléfonos inteligentes), y los dispositivos tecnológicos de uso cotidiano de grado médico (relojes inteligentes, zapatillas inteligentes, gafas inteligentes, etc.) ofrecen apoyo a los profesionales sanitarios y a los consumidores de servicios de salud. Ambos tienen como objetivo aprovechar el poder de la tecnología digital para revolucionar la atención médica y el autocuidado y capacitar a las personas para que tomen el control de su salud.

Qué son los asistentes terapéuticos digitales: son aplicaciones de IA diseñadas para interactuar con usuarios de forma amigable, cercada (casi humana). Proveé soporte y guía a usuarios en varios aspectos de la vida del paciente, incluidas la salud. Ofrece alertas personalizadas, lleva registro de datos de salud, responde a preguntas, genera recordatorios, y ayuda a usuarios a gestionar su estado de salud, elecciones de estilo de vida o bien estar mental.

Qué son los dispositivos tecnológicos médicos: son dispositivos o softwares que incluyen intervenciones que permiten prevenir, gestionar o tratar condiciones médicas. Recogen datos, analizan e incluyen algoritmos de IA para ofrecer terapias personalizadas basadas en la evidencia. Pueden ser usados de forma independiente o conjunta con tratamientos tradicionales, como medicación o terapia. Previenen un amplio rango de problemas de salud, proveen feedback personalizado, ofrecen programas de cuidado personalizados, ofrecen terapias cognitivo-conductuales.

Al momento de incorporar estas innovaciones en la asistencia sanitaria, debemos garantizar que las nuevas tecnologías se evalúen de manera efectiva y se introduzcan cuidadosamente, que los datos se unifiquen en los registros médicos electrónicos y, en última instancia, que las herramientas digitales estén respaldadas por el apoyo clínico adecuado. La gestión del cambio del proceso asistencial no es un tema menor cuando hay tantos actores implicados.

Es posible que se presenten algunas barreras lógicas (ver tabla 1), pero se entiende que el futuro de la medicina será muy diferente al actual, y que las desigualdades en salud existentes no se deben mantener ni exacerbar por la introducción de soluciones digitales. Como plantea el trabajo de Charles JT Butcher, ‘Digital healthcare: the future’, tener una estrategia que dé prioridad a lo digital no tiene sentido si margina a muchos de nuestros con acceso restringido a dispositivos y datos. Recordemos que las personas más añosas carecen de habilidades digitales básicas; y a menudo pertenecen a grupos con tasas más altas de enfermedad y necesitan mayor apoyo. Muchos pacientes no quieren o no pueden acceder a las herramientas digitales. Esta brecha digital entre quienes pueden y quienes no pueden utilizar plataformas digitales es, hasta cierto punto, inevitable y nuestros sistemas deben diseñarse para minimizar este impacto y planificarse para lograr una transición suave hacia este nuevo escenario.

El marco regulatorio para dispositivos digitales no puede ser laxo y deberá recomendar el uso de dispositivos y soluciones digitales de grado médico, que permiten tomar decisiones clínicas y personales basadas en datos precisos (alta especificidad y sensibilidad) evitando falsas alarmas, consultas innecesarias y especulaciones ineficientes.

Mas allá de las consideraciones regulatorias sobre asistentes terapéuticos digitales y dispositivos digitales, el futuro de la salud reside en la posibilidad de integración de estas herramientas para fomentar enfoques más amplios y desde distintos aspectos de la atención sanitaria. Los dispositivos tecnológicos digitales y los asistentes terapéuticos digitales ofrecen un enfoque personalizado y proactivo para la gestión de la salud, permitiendo que las personas asuman un papel activo en el mantenimiento de su bienestar.

La creciente demanda de soluciones de atención médica integrales y personalizadas está impulsando a las empresas tradicionales dedicadas a dispositivos médicos a explorar tecnologías de salud digitales, invertir en innovación y adaptarse a nuevos modelos de gestión sanitaria para mejorar los resultados de salud de los pacientes.

Algunas de las herramientas de salud digitales ya apoyan a los consumidores en varias áreas de la salud y promoviendo el autocuidado. Específicamente, en áreas como control de peso y la nutrición, manejo del estrés, mejora del estado físico, la salud mental, la salud de la mujer, el manejo del dolor.

Pero con mayor seguridad asumimos que el autocuidado digital “positivo” debe encuadrarse como una práctica conjunta personal sanitario-paciente, donde el valor agregado de esta práctica surge en la interacción entre herramientas digitales, pacientes y médicos.

La forma en que estamos avanzando para abordar los desafíos del autocuidado digital tiene profundas consecuencias en la práctica clínica. La evidencia clínica que pueda respaldar las nuevas soluciones digitales y el impacto que éstas tienen sobre los resultados de salud nos permite gestionar su uso en base a experiencias acumuladas analizadas con objetividad.

Independientemente del tipo de producto de salud digital, siempre se recomienda optar por aquellas que proporcionen pruebas sólidas de sus beneficios, ya que a largo plazo esto ayudará a que el producto sea confiable y aumente su eficacia. En algunos casos, existe una necesidad regulatoria de proporcionar evidencia en forma de ensayos clínicos para demostrar la seguridad y eficacia de una terapia digital.

Bibliografía

  1. Artículo Evidilya, JUNE 13, 2023 – IN REAL WORLD PLATFORM, CLINICAL PLATFORM.
  2. Digital healthcare: the future – Charles JT Butcher, cardiology ST7 and Wajid Hussain, consultant cardiologist – Future Healthc J. 2022 Jul; 9(2): 113–117 – doi: 10.7861/fhj.2022-0046.
  3. Artículo AESGP – Association of the European Self-Care Industry – Digital Health and Self-Care.
  4. The double-edged sword of digital self-care: Physician perspectives from Northern Germany – Amelia Fiske, Alena Buyx, Barbara Prainsack – Social Science & Medicine – Volume 260, September 2020, 113174.
  5. Artículo IQVIA – Unleashing the Potential of Digital Companions and Digital Therapeutics for Self-care.
  6. Artículo AMN Healthcare. Medical Innovations and Technologies in 2023 – Debra Wood, RN, contributor.