La desinformación en vacunas es una de las principales amenazas para conseguir la vacunación universal y la protección a la población frente a epidemias y pandemias como la causada por la COVID-19. Por ese motivo, ha surgido una iniciativa para hacerle frente: la Alianza contra los Bulos en Vacunas.

Casi la mitad de la población recelaba de las vacunas contra el coronavirus antes de que las primeras vacunas estuvieran en nuestro país, según una encuesta del CIS. Aunque esos miedos se han reducido en posteriores encuestas, los bulos sobre las vacunas no han dejado de aumentar, algunos originados por los llamados negacionistas o antivacunas, otros derivados de una mala información y algunos más espoleados por el deseo de obtener clicks a las publicaciones, a costa de titulares sensacionalistas.

La consecuencia de los bulos sobre las vacunas de la COVID-19 es menores tasas de vacunación, según un estudio del Imperial College y la London School of Hygiene and Tropical Medicine publicado en febrero en Nature Human Behaviour. Los científicos comprobaron que, cuando se sometía a la población a bulos sobre vacunas, el deseo de vacunarse para protegerse se reducía en 6,2 puntos porcentuales en el Reino Unido y 6,4 en Estados Unidos. También se reducía el interés por vacunarse para proteger a otros.

La reducción es preocupante porque el porcentaje de personas que estaban dispuestas a vacunarse frente a la COVID-19, en septiembre de 2020, cuando se hizo la encuesta, era ya de por sí bajo, apenas la mitad: 54,1% de los británicos y un 42,5% de los estadounidenses.

Tras exponer a los encuestados a bulos de vacunas sobre la COVID-19, una cuarta parte aseguró tras la prueba que estaba de acuerdo con parte de los contenidos falsos o los consideró confiables. El estudio también demuestra que los bulos más peligrosos sobre las vacunas son los que usan imágenes o enlaces que den sensación de que el contenido viene avalado por expertos en la materia.

Para actuar de manera coordinada contra la desinformación en vacunas, diferentes organizaciones del ámbito de la salud y la sociedad civil han unido sus fuerzas en una Alianza contra los Bulos en Vacunas, de la que forman parte inicialmente el Instituto #SaludsinBulos, la Asociación Española de Vacunología, la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas, la Sociedad Española de Pediatría de Atención Primaria, el Instituto Balmis de Vacunas, el Consejo General de Farmacéuticos y la Asociación de Enfermería Comunitaria y la Escuela de Pacientes de Andalucía, a la que se espera que se sumen otras entidades.

El objetivo de la Alianza es contribuir a la información veraz sobre vacunas y combatir la desinformación sobre las mismas. Para ello, recurrirá a campañas de concienciación, formación en habilidades de comunicación a profesionales sanitarios, herramientas de consulta y sistemas de monitorización sobre bulos en vacunas.

Principios

Los principios de la Alianza son:

  • Los bulos sobre vacunas ponen en peligro la salud de la población y, en especial, a los más vulnerables.
  • Cuando una persona deja de vacunarse porque cree que las vacunas son nocivas no sólo se expone a un virus que puede ser mortal, sino que pone en riesgo al resto de la comunidad.
  • La eficacia y seguridad de las vacunas no están basadas en creencias sino en ciencia. Todas las vacunas disponibles han pasado las evaluaciones de las autoridades sanitarias y han tenido que demostrar que son seguras y funcionan.
  • La difusión de bulos sobre las vacunas es un acto repudiable e irresponsable. Basta que una sola persona se crea el bulo y no se vacune o no vacune a sus hijos para causar un daño irreparable.
  • Las redes sociales y las cadenas de mensajería instantánea pueden multiplicar el alcance de un bulo y su daño, por lo que cualquier distorsión de la realidad puede equivaler a un efecto dominó cuyas consecuencias finales son impredecibles.
  • El humor es un arma de doble filo sobre las vacunas frente a la COVID-19. Si bien puede ayudar a desmontar los argumentos de los antivacunas también puede contribuir a crear un estado de opinión contra ellas. Por eso, la responsabilidad a la hora de difundir bulos se extiende a los memes.
  • Se necesitan campañas de concienciación sobre los bulos en vacunas que apelen a la responsabilidad individual y que lleguen a todos los colectivos implicados.
  • Los profesionales sanitarios tienen una labor fundamental a la hora de difundir información veraz sobre vacunas y contribuir a la confianza de la población en ellas, tanto en su contacto directo con el paciente como en redes sociales.
  • La educación sobre los beneficios de las vacunas debe iniciarse desde edades tempranas. Un ciudadano formado en salud contribuye a una sociedad más sana.
  • La tecnología debe contribuir a combatir los bulos en vacunas y la creciente amenaza que suponen los bots creados por grupos antivacunas y gobiernos autoritarios cuyo fin es desestabilizar democracias.