Bajo el cielo del Estado del Bienestar
Llegada esta recta final del verano es inevitable ser proclive al balance pausado, al análisis de consecución de objetivos, a la autocrítica si cabe, enfocando lo que será el inicio del próximo curso en esta escuela que es la vida. Sombrilla en ristre, libro en mano y mirada al horizonte de un cielo sureño que embelesa, sintetizo los que han sido los ademanes más complejos que me he permitido en época estival. Solo de esta manera he sido capaz de poder superar determinados pensamientos que titilaban en mi cabeza. Me permito confesar con nuestros lectores uno de ellos, no en alarde premonitorio de solución alguna, sino más bien por






