Las vacunas y los antibióticos han revolucionado la prevención y el tratamiento de las enfermedades infecciosas salvando millones de vidas en todo el mundo. Sin embargo, el incremento en los niveles de resistencias a antimicrobianos supone un serio problema de salud pública, de seguridad alimentaria y de seguridad global.

La resistencia a antibióticos reduce la efectividad de los tratamientos de las enfermedades infecciosas y pone en peligro el tratamiento de las infecciones bacterianas en situaciones como el trasplante de órganos, la quimioterapia y las cirugías mayores. El CDC (Centers for Disease Control and Prevention) estima que cada año en Estados Unidos al menos 2 millones de personas se infectarán por bacterias resistentes a antibióticos y unas 23.000 morirán como resultado de estas infecciones. Se necesitan nuevos antibióticos para afrontar el reto de las resistencias, pero hay relativamente pocos en desarrollo. En las últimas dos décadas se ha producido una reducción significativa de empresas que investigan sobre nuevos antibióticos y antifúngicos: hoy en día solo cinco de las farmacéuticas en el top 50 mundial tienen antibióticos en desarrollo clínico.

La vacunación está internacionalmente reconocida como una intervención clave para combatir la resistencia a antimicrobianos. Incrementando las coberturas vacunales, se lleva a una inmunización con potencial para reducir significativamente la necesidad de uso de antibióticos en infecciones tanto en humanos como en animales.

Desde 2016, a través de la iniciativa de Naciones Unidas para la lucha contra la resistencia a antibióticos, se han sucedido diferentes actuaciones globales, europeas y nacionales, orientadas a este fin. Sin embargo, la actual crisis del COVID-19 plantea situaciones que no están resueltas desde diversos puntos de vista y que van a requerir soluciones coordinadas e innovadoras. La lucha contra las resistencias a antibióticos en el contexto de la salud pública global, sin duda, es uno de ellos.

Para hablar de esta problemática, New Medical Economics a través de su Canal Online organizó esta sesión formativa sobre “El Desafío de las Resistencias a Antibióticos en Tiempos de COVID-19”, en la que han participado: Cristina Nadal Sanmartín, directora ejecutiva de Policy en MSD; Elvira Velasco Morillo, portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario Popular en la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados; Olga Genilloud Rodríguez, directora científica de la Fundación MEDINA; Antonio López Navas, coordinador del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) en el área de Salud Humana; Jorge Mestre Ferrándiz, economista, profesor asociado de la Universidad Carlos III (Madrid); Pilar Ramón-Pardo, asesora regional en resistencia a los antimicrobianos de la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (OPS / OMS); y Esther Carmona Delgado, portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario Socialista en la Comisión de Sanidad y Consumo del Senado. El encuentro estuvo moderado por José María Martínez, presidente de New Medical Economics.

Cristina Nadal y Elvira Velasco, fueron las encargadas de inaugurar la jornada antes de dar paso a los expertos. La directora ejecutiva de Policy dijo: “en MSD creemos en la importancia del concepto de ‘salud global’, que abarca la salud de las personas, de los animales y del planeta. Debemos prestar atención al problema del cambio climático y de las desigualdades sociales que impactan directamente en la pérdida de la salud, y tenemos que ser muy conscientes de que estos problemas globales necesitan de soluciones coordinadas. La lucha contra las resistencias a antimicrobianos en el contexto de la salud pública global, sin duda, es uno de ellos”. Y por su parte, Velasco informó que “las resistencias antimicrobianas son una amenaza mundial para la salud pública y el desarrollo”, por ello, apeló a la implicación de las instituciones en el cumplimiento de indicadores comunes en el uso de antibióticos.

Tras esta introducción, José María Martínez preguntó a los expertos sobre cuál es el posicionamiento de las instituciones y el ámbito y alcance de la problemática. La asesora regional en resistencia a los antimicrobianos de la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud, Pilar Ramón-Pardo, indicó que hoy en día tenemos claro que esta resistencia a los antimicrobianos, amenaza el logro de los objetivos de desarrollo sostenibles y es una de las mayores amenazas de la medicina moderna. “La mayoría de las muertes se pueden evitar con una inversión mínima, como higiene de manos, uso optimizado de antimicrobianos y la higiene ambiental”, analizó. La experta añadió que “en el contexto de la COVID-19 es aún más prioritario preservar los antimicrobianos. Se requieren múltiples acciones para el abordaje de la resistencia a los antimicrobianos. El compromiso nacional es fundamental en todos los niveles, pero el compromiso internacional es también muchas veces el motor para el cambio. No tenemos tiempo que perder para implementar acciones que garanticen el uso adecuado de antimicrobianos y que prevenga las infecciones tanto en el sistema de salud humana como animal”.

Olga Genilloud coincidió con sus predecesoras en la necesidad de dar respuesta a este aumento de múltiples resistencias, que es un fenómeno natural por parte de los patógenos y que “tenemos que abordar ahora mismo con distintas estrategias para desarrollar nuevas moléculas que puedan solucionar problemas de las multi resistencias a nivel de todos los patógenos definidos como prioritarios”. También considera importante los retos enormes que existen desde la fase más temprana del descubrimiento de antibióticos. “Tenemos que pensar de una manera totalmente diferente a la hora de abordar el problema y cómo responder a este reto en los futuros proyectos de investigación y proponer aproximaciones innovadoras realmente ser capaces de identificar aquellas moléculas que puedan ser el punto de partida para los programas de desarrollo de nuevos candidatos que se están llevando a cabo en los distintos centros”, añadió Genilloud. En este sentido, surge la necesidad de buscar mecanismos fast track en el acceso a los antibióticos de forma que estas innovaciones, en un terreno tan sensible como son las infecciones, no se demore tanto como está aconteciendo desafortunadamente en la actualidad.

A continuación, intervino Jorge Mestre quien destacó que los recursos son limitados y “en este mundo siempre hay un coste de oportunidad. Los laboratorios también tienen que priorizar sus decisiones”, explicó el economista. Además, Mestre comentó que, dadas las características de los antibióticos, hay una necesidad de implementar nuevos modelos de financiación para éstos, donde el retorno a los laboratorios no esté vinculado al uso (‘delinkage’), como en el modelo tradicional. En la misma línea siguió con su intervención Antonio López, quien señaló que “necesitábamos en España contar con un plan de acción a nivel nacional frente a resistencia a los antimicrobianos, a los antibióticos, que se aprobó el primero en 2014 con una vigencia de cinco años y el segundo se ha aprobado el año pasado una vigencia de tres años de duración”. Además, explicó que “uno de los objetivos del plan es fomentar la implementación de estos programas en todos los niveles asistenciales. Tiene ya un alto nivel de implementación a nivel hospitalario, pero no es así en Atención Primaria o en los centros de larga estancia”.

Tras las exposiciones por parte de los participantes, el moderador, José María Martínez, realizó una serie de preguntas formuladas previamente por la audiencia. La primera hacía referencia a la falta de campañas de información a través de televisión y radio, teniendo en cuenta la alta mortalidad en España por bacterias multirresistentes.

Antonio López admitió que la comunicación es una de las claves y destacó el esfuerzo realizado por el PRAN en este ámbito: “los mensajes que hemos difundido durante la pandemia se dirigen a pacientes, para insistir en que la COVID-19 es una infección vírica que, por tanto, no se trata con antibióticos, y a profesionales sanitarios, para subrayar la importancia de la correcta prescripción”. “Además, hemos colaborado con las asociaciones de pacientes en una nueva campaña sobre vacunación y ampliaremos la difusión de la campaña ‘Los antibióticos NO valen para todo’, un esfuerzo que vuelve a demostrar el compromiso del PRAN con la concienciación sobre este problema”, añadió.

¿Qué es necesario para que llegue a buen puerto la colaboración público-privada en España?, preguntó José María Martínez. “Yo creo que estamos ya preparados para un cambio de mentalidad y enfoque en materia de nuevos modelos de financiación; creo que lo que se necesita es el apoyo político de quien corresponda, y así ponernos a trabajar”, explicó Jorge Mestre.

La Portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario Socialista en la Comisión de Sanidad y Consumo del Senado, Esther Carmona Delgado, encargada de clausurar la sesión formativa, destacó que “en toda Europa, alrededor de unas 33 mil personas mueren cada año como consecuencia de estas infecciones hospitalarias por bacterias multirresistentes. Debemos considerar que el tratamiento de estas infecciones conlleva aparejado un costo sanitario sobre añadido que en la Unión Europea se estima en 1500 millones de euros al año, lo que extrapolado a España representa un total de unos 150 millones de euros. Y si no se toman medidas con cierto carácter urgente se estima que en treinta y cinco años el número de muertes atribuibles a las infecciones multirresistentes alcanzará una cifra que ronda las 400000 muertes en toda Europa”.