La información y la comunicación sanitaria han tenido un papel muy importante en la crisis del COVID. Los comunicadores hemos tenido que reinventarnos en esta situación y gestionar una saturación informativa sin precedentes, con la proliferación de bulos y fake news, y en un nuevo entorno de trabajo, con nuevos canales y formatos a través de los cuales adaptarnos a las necesidades de nuestros públicos, y seguir cumpliendo nuestra misión de comunicar de un modo serio y riguroso.

“Innovando en gestión después del COVID” es el lema de las XV Jornadas de Evaluación y Gestión en Salud de la Fundación Signo y la Escuela Andaluza de Salud Pública, donde tuve el placer de participar en la mesa «Comunicación en tiempos de crisis» y compartir con grandes compañeros, nuestras experiencias sobre cómo esta CRISIS DE CRISIS ha revolucionado todo, también la comunicación sanitaria y el papel de los informadores y de los medios de comunicación en estos tiempos. Hemos vivido todos los componentes de una crisis: el factor sorpresa, el sentido de urgencia, el sentido de unicidad -porque cada crisis es única-, el proceso desestabilizador que demanda acciones extraordinarias y el proceso de desinformación entre otros.

¿Y qué hemos aprendido?

Hemos aprendido que es una crisis muy técnica y por ello tuvimos que recurrir más que nunca a los técnicos, para que nos ayudaran a entenderlo un poco mejor. Ello nos ha llevado a tener que dar voz a nuevos portavoces, porque los medios y la sociedad reclamaban otros perfiles públicos.

Hemos vivido una gran demanda de comunicación interna en las organizaciones, ahora más que nunca, todos los profesionales necesitaban estar informados casi en tiempo real de lo que estaba ocurriendo “fuera”.
Se ha puesto en valor el papel de los medios de comunicación y de la información sanitaria porque casi todos los conocimientos que han adquirido los ciudadanos sobre el COVID, lo han obtenido por los medios de comunicación.

Hemos vivido una crisis de credibilidad en las informaciones por la proliferación de bulos y fake news; todo un desafío para periodistas y comunicadores sanitarios, que hemos tenido que enfrentarnos diariamente a esta realidad.

Hemos aprendido a trabajar en un nuevo entorno, a adaptarnos a las nuevas necesidades de los medios de comunicación y del resto de públicos, y a hacer llegar nuestros mensajes a través de nuevos canales y nuevos formatos. Así, por ejemplo, en el grupo Ribera, nuestro portal de salud ha incrementado su uso en un 400%, y el plan de prevención y promoción de la salud se ha trasladado al formato online con el programa «Cuídate en Casa» que acumula más de 500.000 visualizaciones.

La comunicación sanitaria se ha vuelto mucho más emocional, basada en valores, y con más interacción con las audiencias y con los públicos.

Y en definitiva hemos aprendido que la urgencia de una crisis, sea del tipo que sea, no puede desenfocar a una organización de su misión. Hay que gestionar la crisis con visión de futuro, porque la crisis es algo temporal que pasará, y hay que intentar aprender de ella para estar mejor preparados para la siguiente que llegará, y sobre todo en el sector salud, más pronto que tarde.

 

Angélica Alarcón Zahonero. Directora de Comunicación y RSC del Grupo Ribera Salud.