Fundado en 1881 por San Benito Menni junto con María Josefa Recio y María Angustias Giménez, el Grupo Hospitalario Hermanas Hospitalarias nació para dar respuesta a la situación de abandono sanitario y exclusión social de las mujeres con enfermedad mental de la época, aunando dos criterios fundamentales: caridad y ciencia.

En la actualidad, Hermanas Hospitalarias es una congregación religiosa dedicada a brindar atención médica de calidad con un enfoque humanitario. Cuenta con 21 centros asistenciales repartidos por toda la geografía española y con más de 8000 trabajadores. Además, cada centro dispone de otros dispositivos comunitarios con el fin de acercar la atención al entorno del paciente, incluso en su propio domicilio.

La institución también tiene presencia en 25 países de África, Asia, Latinoamérica y Europa, lo que le permite mantener un camino de solidaridad constante con las persones más vulnerables en el mundo. Cada uno de los centros de Hermanas Hospitalarias tiene un proyecto solidario asignado en el que se realizan acciones para aunar recursos y así poder ayudar a los más necesitados.

Una de las joyas de este grupo hospitalario es el Hospital Beata María Ana. Está ubicado en el centro de Madrid y destaca por su compromiso con la excelencia en la atención al paciente, y sobre todo por su cuidado integral y multidisciplinar.

Con un sólido compromiso con la ética y la excelencia en la atención, el Hospital Beata María Ana se ha ganado la confianza de los ciudadanos y se ha posicionado como un centro de salud referente en la región. Ya son más de 135 los años que el Hospital Beata María Ana lleva al servicio de los madrileños y a lo largo de todos ellos, nunca se ha alejado de los valores que marca la Congregación Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón y que tiene como pilar fundamental la hospitalidad.

Su directora gerente, Olga Ginés, subraya que “la hospitalidad es el valor diferencial en el cuidado integral, no solamente cuidamos la salud de los pacientes, sino que tenemos en cuenta todo su entorno familiar, su entorno social y se atiende también desde el punto de vista espiritual, con absoluta libertad, respetando las creencias y valores espirituales que tenga cada una de las personas”.

Historia

Originalmente situado en la calle Huertas, a lo largo de los años el Hospital se ha trasladado a distintos emplazamientos, en busca de mejores instalaciones, como la calle Atocha o posteriormente la calle de la Cabeza. No fue hasta el año 1925 cuando se inició la construcción del edificio de la calle doctor Esquerdo, que incorporó los nuevos conceptos europeos de la época en arquitectura hospitalaria, con terrazas, ventanales y jardines; todo ello con el objetivo de prestar la mejora asistencia posible a las niñas y ofrecer los mejores tratamientos médicos, incluyendo pioneros servicios de rehabilitación.

La formación siempre ha sido otro de los grandes compromisos de las Hermanas, poniendo en marcha las escuelas de formación que se convirtieron en referencia del sector sanitario, como la Escuela oficial de Ayudantes Técnicos Sanitarios, con sus especialidades de fisioterapia y psiquiatría, y la Escuela de Asistentes Sociales.

En los años 70, el Hospital Beata María Ana se convirtió en un Hospital General redefiniéndose completamente el funcionamiento del centro y contando con todos los avances necesarios para las exigencias de la época. Dentro de esa labor de mejora constante, en el año 2000 se aprobó un nuevo plan director, para convertir al Hospital en un centro de vanguardia que abarcara un gran número de servicios y especialidades.

Ya más reciente, en 2010 se finalizó un ambicioso plan de remodelación que ha convertido a este hospital en un centro de referencia, con la tecnología más avanzada, apoyada por un cuadro médico de prestigio, para el diagnóstico y tratamiento de las patologías más complejas, y la mayoría de las especialidades médicas y quirúrgicas.

Este hospital, así como el Grupo Hospitalario, también se distingue por las acciones de voluntariado, que desde sus inicios siempre han estado presentes. Actualmente, 55 voluntarios colaboran con el Hospital Beata María Ana para mejorar la asistencia integral que ofrecen a sus pacientes o a sus familiares y allegados. Por su parte, las hermanas supervisan que los valores de la congregación se tengan en cuenta a la hora del cuidado del paciente, “ayudan en toda el área de pastoral, de identidad, de acompañamiento espiritual y religioso”, indica Ginés.

Asimismo, la experiencia del paciente es otro de los pilares para la mejora continua en la asistencia de este centro hospitalario. Cada cierto tiempo la dirección mantiene entrevistas con los pacientes o familiares, “hay un compromiso por parte de la institución en tener en cuenta las necesidades de los pacientes, todo ello es para mejorar su satisfacción y experiencia cuando son atendidos aquí”, cuenta Olga Ginés.

Con instalaciones modernas y un equipo de profesionales altamente cualificado, este hospital ofrece una amplia gama de servicios médicos especializados en satisfacer las necesidades de los pacientes. Las 160 habitaciones de las que dispone son todas individuales y la mayoría de las diez unidades con las que cuenta tienen un espacio pensado únicamente para las familias de los pacientes.

Fiel a la misión de las Hermanas Hospitalarias, el centro potencia la cobertura de patologías no adecuadamente cubiertas por la sociedad, tales como la neurorrehabilitación, los cuidados paliativos y la atención sanitaria a las personas mayores.  En palabras de Olga Ginés: “Contamos con toda la cartera de servicios y la única diferencia es que es un hospital de adultos, no atendemos niños, pero contamos con una unidad de rehabilitación infantil para pacientes con daño cerebral sobrevenido o parálisis cerebral”.

Las unidades que distinguen al hospital son la de daño cerebral rehabilitable y no rehabilitable; la de rehabilitación y cuidados prolongados; y la de oncología médica y radioterápica y la unidad de cuidados paliativos. En todas ellas cuentan con unidades de soporte y con una presencia médica 24 horas con profesionales especializados. Además, disponen de la tecnología más puntera para dotar de recursos y profesionalizar aún más la atención sanitaria, “hay que invertir en tecnología, nos ayuda a atender y llegar mejor y en más situaciones, incluso a domicilio, a nuestros pacientes, también estamos potenciando la telemedicina”, señala la directora gerente del Hospital.

Unidad de rehabilitación y cuidados prolongados

Según cuenta Olga Ginés, la robótica también es parte fundamental en el Hospital, sobre todo para la rehabilitación desde todos los puntos de vista, “hay determinadas unidades donde hay un equipamiento excepcional para ayudar a que la recuperación sea más intensiva y se alcancen mejor los objetivos. Se combinan las sesiones tradicionales de los pacientes con la robótica especializada. Somos pioneros en determinadas técnicas quirúrgicas”.

Los proyectos de investigación también son parte necesaria para avanzar en la mejora continua del tratamiento y cuidado de los pacientes. En el Beata María Ana están desarrollando proyectos de investigación específicos en Parkinson, Alzheimer y en daño cerebral. Además, cuentan con dos aulas de investigación dentro del hospital.

Uno de los neurólogos de esta Unidad y profesor de la Universidad de Vitoria, Juan Pablo Modelo, señala que están trabajando en ocho proyectos de investigación. “Estamos trabajando en un equipo de estimulación magnética transcraneal, lo usamos para facilitar las partes de la corteza que están inactivadas tras un ictus o en Parkinson. Trabajamos también en análisis de electroencefalografía, es un programa de alta densidad que usamos para ver cómo las ondas cerebrales cambian en respuesta a la rehabilitación. También examinamos el equilibrio de los pacientes y uno de los proyectos que vamos a comenzar es la estimulación eléctrica transcraneal en niños para rehabilitarles el miembro superior y con un programa también de rehabilitación con realidad virtual inmersiva”.

Por su parte Marcos Ríos, coordinador de la Unidad de Rehabilitación, ensalzó el trabajo que se realiza desde la gerencia del Hospital para dotarlo de la mejor tecnología y equipos de rehabilitación robótica, todo combinado como no podía ser de otra manera, con el tratamiento individualizado y de forma coordinada con todos los profesionales que requieren estas patologías: logopeda, terapeuta, psicólogo o fisioterapeuta, entre otros.

“Contamos con un simulador de conducción gracias a Hyundai, hay muchos pacientes que después de la lesión no pueden volver a conducir, pero con el entrenamiento adecuado lo pueden lograr. Es un entorno seguro con el que podemos trabajar también el manejo de esas sensaciones, es espectacular”, relata Marcos Ríos.

Uno de los últimos dispositivos que han adquirido permite la bipedestación progresiva. Marcos Ríos explica que con esta última tecnología pueden lograr que el paciente progresivamente vaya estando en una posición vertical, “permite retomar la marcha con seguridad para evitar caídas”.

La sala de terapia ocupacional, el gimnasio infantil para trabajar la estimulación multisensorial o la sala de robótica, también son piezas clave en esta Unidad. Todas ellas hacen que el paciente verdaderamente se encuentre en el centro de la atención y que cuando vuelva a su vida normal, tenga la mayor independencia posible.

Unidad de oncología radioterápica

Oncología Radioterápica es otra de las unidades más avanzadas de este Hospital. El jefe del Servicio, el Dr. Rodrigo García, detalla que tienen la suerte de contar con la mejor tecnología para administrar radiación a los pacientes que la necesitan, “utilizamos un generador de fotones que es un acelerador lineal. Tenemos un equipo muy versátil que permite hacer radiocirugía maxilofacial, terapia intensiva normal, terapia volumétrica…todo lo deseable podemos hacerlo”.

También cuentan con un sistema muy avanzado de multiláminas y con una mesa robotizada que es capaz de responder en tiempo real, con un sistema informático, a cualquier error o cualquier modificación que se produzca durante el tratamiento, “localizamos dónde está la lesión y dónde tenemos que tratar y proteger. Se hacen todos los cálculos necesarios, no solo para tratar los tumores, sino para que los pacientes no tengan efectos secundarios, se realiza a través de un sistema de red que es transmitido al acelerador y la máquina hace lo que nosotros hemos diseñado”, cuenta el Dr. García.

El experto en oncología radioterápica especificó que: “La máquina es calibrada diariamente con los máximos estándares de precisión y exactitud. Ofrecemos calidad a los pacientes que vienen a tratarse al hospital porque acortamos el tiempo de su estancia en el mismo”.

Unidad de cuidados paliativos

Su unidad de cuidados paliativos también es referente en la Comunidad de Madrid. Es multidisciplinar y es donde se cuida de la vida hasta el final. La directora gerente explica que tienen un profundo respeto a la vida, y, por tanto, “creemos que los cuidados paliativos es la manera de trabajar, cuidar y curar al paciente hasta el final de su vida”. Se cuenta con un psicólogo para ayudar a las familias en todo el proceso y también en el duelo. Además, hay fisioterapeutas que mantienen a los pacientes activos desde todos los puntos de vista. También gestionan las emociones de los profesionales ya que lidiar todos los días con la muerte no es tarea fácil y por eso, merecen ser cuidados.

Retos y prioridades

Una de las prioridades que tiene el Hospital en 2024 es hacer una revisión del plan estratégico. Olga Ginés considera que tienen que “revisar cómo queremos que sea el futuro del hospital de aquí a tres años”. En un sector tan concentrado y donde hay muchos operadores y competidores “tenemos que distinguirnos por algo”.

La forma de hacer las cosas y los valores que aplican a la asistencia del cuidado es el core de la institución. Además, la familia forma parte del proceso terapéutico del paciente, “el cuidado y el curar debe ser más allá del paciente, hay que tener en cuenta todo su entorno”, subraya la experta.

Aunque todas estas líneas de trabajo las tienen muy claras, quieren potenciar y ver de qué manera se pueden diferenciar del resto de hospitales, “también comprobar qué necesita el mercado y dónde podemos ayudar”, afirma Olga Ginés. Reforzar los lazos con la administración pública y seguir incrementando su cartera de servicios es otro de los retos que esperan alcanzar en los años venideros.

El Grupo Hospitalario Hermanas Hospitalarias y su buque insignia, el Hospital Beata María Ana, son ejemplos vivos de dedicación y hospitalidad en el campo de la atención médica. A través de su enfoque holístico y su compromiso con la excelencia, continúan transformando vidas y dando valor a lo verdaderamente importante, “el trato y experiencia del paciente”.

Carmen Mª Tornero Fernández, Redactora jefe en New Medical Economics

Jesús González Bonilla, Redacción y diseño en New Medical Economics