Arrancábamos esta semana con una reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Aparentemente parecía una más de tantas, quizás la principal novedad era que era la primera reunión de la nueva ministra de Sanidad, Mónica García, pero no fue así.

Después de no llegar a un acuerdo entre los distintos consejeros para unificar el criterio de uso de mascarilla, la nueva ministra ha anunciado vía decreto que será obligatorio. Esto, para mí, es toda una novedad. Sin entrar a valorar si es acertada o no, he de decir que me gusta que de una vez tengamos una postura única en materia de sanidad en España.

Y es que, desde hace ya muchos años, más de veinte, en los que me inicié en el mundo de las asociaciones de pacientes, lo que siempre me he encontrado es esta dichosa desigualdad entre las distintas comunidades.

‘Me gusta que de una vez tengamos una postura única en materia de sanidad en España’

No seré yo quien cuestione una decisión que en su día se tomó de transferir la sanidad a las comunidades autónomas, creo que tiene grandes ventajas para la ciudadanía. Pero si en algo me siento frustrado y decepcionado con el modelo actual es, como decía antes, en las desigualdades.

En un país tan maravilloso como España, cuesta aceptar esta falta de equidad entre nosotros. En el acceso a los tratamientos o en algo tan grave como las listas de espera a cirugía o consulta al especialista, no puede existir lo que estamos viviendo cada día, llegando a dar la sensación de normalidad o de algo cotidiano y aceptado con impotencia por todos nosotros.

Así que tengo que felicitar a la nueva ministra por esa decisión valiente. No sé si es acertada, pero desde mi posición, este paso nos deja a todos los ciudadanos y pacientes por igual. No sé si esto será un antes o un después, pero creo que el Ministerio de Sanidad tiene que asumir esa autoridad nacional de velar por el interés general de los pacientes y porque el modelo actual deje atrás las desigualdades que sufrimos los pacientes y ciudadanos.