“Hemos mantenido el mismo nivel de calidad y los mismos medios que tenemos en cualquier hospital del SERMAS, hemos formado un equipo perfecto”

 

El coordinador general del Hospital COVID-19 IFEMA ha atendido la llamada de New Medical Economics para explicar cómo se ha tenido que enfrentar a la situación de construir un hospital modular frente a la pandemia del COVID-19. Además, en esta entrevista ha contado cómo es el día a día en IFEMA, cómo ha tenido que encajar el trabajo de todos los profesionales que han estado allí desde el primer momento y la satisfacción personal que tiene de haberse enfrentado en primera línea a, según él, la crisis sanitaria más grave.

¿Cómo surge la posibilidad de ser el coordinador general del Hospital COVID-19 IFEMA?

Llevaba más de una semana trabajando en la Consejería porque me ofrecí al consejero de Sanidad de Madrid, a Enrique Ruiz Escudero, para echar una mano. Actualmente estoy trabajando en el Ayuntamiento de Madrid como consejero técnico del coordinador de seguridad. Hablé con Enrique por si necesitaba algo y él me llamó, y la verdad es que en ese momento estaba organizando la gestión de los hoteles que se había planteado y de hecho pusimos en marcha los primeros hoteles que se habían ofrecido, tanto para albergar profesionales como a pacientes, con el fin de liberar un poco los hospitales, que tenían muchos pacientes que no podían ser dados de alta por la infección y que estaban ocupando una cama de hospitalización que en esos momentos era absolutamente necesaria para tratar a pacientes que sí tenían patología y sintomatología.

Estando en una reunión en la Consejería se tomó la decisión en diferentes comités de que la situación era la que era, todos la conocíamos, todos los gerentes se reunían con el consejero diariamente y a aquellas reuniones íbamos algunos más, y viendo la situación se tomó la decisión, en su mesa de reuniones, y en ese momento dijo quién podía hacerse cargo del Hospital de IFEMA, me miró, le miré y ya decidió directamente, no hizo falta más. Una mirada suya, levantó la ceja como preguntando y le dije que, por supuesto podía contar conmigo, no lo dudé ni un segundo. Ese mismo día me vine para IFEMA, fue el viernes 20 de marzo, vinimos al pabellón 9, vimos el 7, el 9 y el 5, que evidentemente estaban los tres iguales, aproximadamente con las mismas dimensiones, de 21.000 m2 el más grande. Allí vimos la posibilidad junto con el gerente de IFEMA y con el Director de Gestión que es Juanjo Pérez, de lo que se podía o no se podía hacer y también con los arquitectos. Y aquí todos se pusieron a trabajar desde el primer día como una locomotora, a toda velocidad. La verdad es que todo fue muy rápido y el día 21 de marzo en torno a las 19:00 u 20:00h empezaron a entrar ya los primeros pacientes en el Pabellón 5.

¿Cómo transcurre una jornada de trabajo en el Hospital de IFEMA?

En IFEMA están llegando pacientes de los hospitales desde hace más de un mes. La filosofía ha sido que por la mañana los gerentes de los hospitales comunican al SUMMA 112 cuántos pacientes pueden trasladar a IFEMA, y el SUMMA 112 los recoge en los hospitales y los va trayendo aquí. En admisión se les ingresa y son atendidos por los médicos de Atención Primaria, que son los que trabajan en turnos de mañana y tarde, y por los médicos especialistas que son los que hacen de senior y asesoran y se encargan de los diferentes controles. Este Hospital se hizo modular porque la idea era ampliarse o retraerse en lo que hiciera falta al sistema.

Este Hospital se crea para poder liberar a los hospitales del exceso de pacientes que tenían en sus urgencias y que les impedían el correcto trabajo habitual, porque lógicamente cuando tienes pacientes por todos lados es imposible atenderlos ya que el hospital está dimensionado para un número de pacientes, y aunque se han duplicado las camas de hospitalización, introducir más pacientes altera el correcto funcionamiento del hospital y evidentemente hay que liberarlos.

Esos pacientes son los que nos han ido mandando a IFEMA, con lo cual nosotros teníamos que ser suficientemente ágiles para ir incorporando diferentes controles y aumentando la disponibilidad de camas según hubiera sido necesario y de hecho llegamos a las 1.500 cuando ya empezamos a bajar. Llegamos a las 1.500 cuando llevábamos 1.200 pacientes y a partir de ahí empezó a descender y ya no hicimos más camas, porque ya no hacía falta seguir dimensionando IFEMA se podía haber hecho hasta las 5.500 camas si hubiera sido necesario. Aunque la verdad que estas 5.500 camas no las planteamos nunca porque siempre habíamos pensado que iban a ser menos, pero eran las posibilidades que teníamos.

Evidentemente el esfuerzo en personal hubiera sido brutal por parte de Atención Primaria y por parte de todos. Porque el hospital más grande de Madrid no llega a las 900 camas y aquí ya teníamos las 1.500 instaladas y con personal, incluso para atenderlos. La verdad es que ya era una barbaridad. Pero nos lo planteamos así porque el tema tenía que ser modular, no sabíamos hasta dónde iba a azotar el virus, no sabíamos cuántos pacientes íbamos a tener y la verdad es que esa intranquilidad que nos había provocado el que habíamos asistido durante una semana a un crecimiento exponencial que incluso había sobrepasado las primeras expectativas, nos hacía dudar mucho que el tema fuera a parar.

Por eso nos lanzamos a lo máximo, lo que no íbamos a hacer es una solución a medias, si la hacíamos la teníamos que hacer del todo. El tiempo al final nos dio la razón, no hizo falta nada más que dos pabellones donde pudimos meter las 1.500 camas. Todo esto ha sido gracias al esfuerzo que ha hecho Atención Primaria, donde casi el 8-9% de los médicos de AP se han destinado a IFEMA, y luego a los médicos de hospital que han querido venir a IFEMA porque también es una ocasión única, es un hospital monográfico sobre una patología desconocida, endémica que ha provocado lo que ha provocado en el mundo. Y lógicamente para un profesional sanitario haber trabajado en este sistema que hemos hecho nuevo desde el punto de vista profesional también tenía su atractivo.

¿Cómo se ha podido encajar el trabajo de todos los profesionales sanitarios?

Esto ha sido lo más complicado porque ya no era solo el trabajo de los profesionales sanitarios, en una primera fase eran todos los profesionales. Mientras estaban montando las camas se tenían que estar haciendo, mientras se hacían se tenía que traer al paciente, se tenía que atender al paciente, se tenía que instalar al paciente…. Al final era el trabajo de todos al unísono, también había fontaneros que tenían que estar poniendo tuberías para que el oxígeno pasara y al mismo tiempo había trabajadores que estaban poniendo vinilo al suelo para que pudiera tener su estructura y luego los montadores estaban montando los diferentes paneles para separar las zonas de los diferentes controles y el electricista estaba pendiente de ajustar la luz…al final todo el mundo trabajó al mismo tiempo sabiendo que al final lo importante era que el primer paciente entrara por la puerta, y eso era muy difícil.

Y se consiguió porque todos los profesionales se volcaron en este proyecto y todos sabíamos que el éxito de este dependía de que todos hicieran bien su trabajo y se dejara trabajar a cada uno en su parcela para poder tener el resultado común, de haber atendido a más de 3.600 pacientes en apenas 4 semanas. Seguramente lleguemos a atender a 4.000 pacientes.

La puesta en marcha de este Hospital va a marcar antes y un después en el Sistema Nacional de Salud, ¿crees que se podrá utilizar IFEMA como un recurso hospitalario adicional si se produce alguna emergencia sanitaria en el futuro?

El tema de IFEMA surge porque en ese momento IFEMA se encontraba vacío, si hubiera estado ocupado por congresos y hubiera habido algún tipo de estructura montada para albergar alguna feria no hubiéramos podido venir aquí porque no habría sitio.

IFEMA no es un hospital, ha sido una herramienta para que los hospitales hayan podido trabajar y es posible que se de algún día la circunstancia de que los hospitales no puedan trabajar por el mismo motivo: porque haya un número elevado de pacientes del habitual hasta tal punto que colapse los hospitales, eso podría ocurrir y habría que buscar una fórmula.

Pero IFEMA no ha sido más que una oportunidad en un momento determinado que hemos conseguido habilitar para que sea un hospital. No es fácil que se vayan a dar las mismas condiciones, ahora sí se dieran perfectamente. Lo que sí ha demostrado IFEMA es que es capaz de montar lo que le digas, cuándo le digas y cómo le digas porque tienen un potencial de hacer las cosas y además de innovar y de buscar soluciones a todos los problemas que les hemos ido planteando, que es absolutamente fantástico. Esto es difícil encontrar en otro sitio, pero también es verdad que tenemos que vivir con esta realidad.

IFEMA ha servido en este momento por la situación en la que estábamos y para lo que estábamos, porque IFEMA evidentemente se encontraba vacío, no había actividad de congresos desde hacía además un mes y tenían todo el material disponible para ejecutar cualquier tipo de obra como la que han puesto en marcha. Las tuberías de oxígeno se van a quedar en los pabellones 9 y 7 y la cisterna donde se introduce el oxígeno para repartir a los pabellones también va a quedar instalada, con lo cual poderlo volver a utilizar se podrá volver a utilizar.

Pero ya digo que en este caso ha sido una oportunidad, en este momento ha sido posible utilizarlo porque estaba ahí y se podía hacer y se podrá hacer en el futuro por supuesto, pero posiblemente la solución de esto va a marcar un antes y un después porque evidentemente debemos tener otras alternativas. Nunca había pasado esto y nunca nos habíamos planteado hacer un hospital así y menos que los recursos sanitarios de una Comunidad como la de Madrid que tiene más de 1.000 hospitales pudieran ser insuficientes, sobre todo porque además, la capacidad que ha tenido el SERMAS y los hospitales privados de ponerse a disposición del sistema y duplicar los recursos para atender al doble de los pacientes que se habían planteado como máximos me parece excelente.

Aún así era necesaria una respuesta más y se hizo. Se podía haber hecho como los chinos, que construyeron un hospital, pero hubieran tardado una semana y nosotros no teníamos una semana para tardar. Nosotros en 24 horas ya estábamos metiendo a los pacientes que nos hacían falta, pero porque teníamos IFEMA. En este caso se encontró esto y se supo ver que esta era la solución a las necesidades que se estaban planteando en ese momento la sanidad madrileña.

Además, has prestado servicio sanitario en catástrofes naturales a miles de kilómetros en España y salvaste vidas en el 11M como médico de Emergencias. También ocupaste el cargo de viceconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. ¿De qué te ha servido toda tu trayectoria profesional para gestionar este Hospital COVID-19 IFEMA?

Es cierto que trabajar fuera te da un bagaje de hacer cosas diferentes a las que estás habituado hacer, poner en marcha con la Agencia Española de Cooperación Internacional, cuando estaba en el SAMUR, el Hospital de La Paz en Haití, que evidentemente quedó como quedó después del terremoto de la capital, te enseña muchas cosas. Pero, realmente el haber sido viceconsejero de Sanidad te da un conocimiento de lo que es la sanidad madrileña, del potencial que tiene, de las personas que trabajan en ella que es fundamental conocerlas, y del sistema sanitario que tiene la Comunidad, desde AP hasta el SUMMA 112 que ha prestado una función en este ámbito absolutamente esencial haciéndose cargo además del turno de noche, y adaptándose como todos al sistema.

Mi vida profesional ha transcurrido entre esas cosas, trabajando en el servicio de emergencias, entre haber tenido la oportunidad de haber trabajado en catástrofes donde el sistema sanitario está por debajo de las necesidades planteadas a la población y no deja de ser lo mismo que ha ocurrido aquí. Y bueno, el haber sido viceconsejero, eso es lo que te hace tener conocimiento de cómo funcionan las cosas desde dentro, como son las tripas del sistema y hasta dónde, lógicamente, se pueden estirar.

¿Esta es la crisis sanitaria más grave a la que te has enfrentado?

Sí, sin ninguna duda, no es lo mismo cuando te enfrentas a algo fuera de tu país y fuera de tu entorno, incluso fuera de tu vida. Porque cuando estuve en las catástrofes naturales era un mundo que no es el nuestro, es un mundo con otros principios y con otras necesidades, es un mundo que es difícil valorar o hacerse una idea desde el nuestro, que somos unos privilegiados que tenemos de todo.

En este caso es que la catástrofe ha sido aquí mismo, un compañero de los que he tenido la suerte que me acompañe en muchas de estas misiones me decía que esta pandemia era lo mismo pero con Wifi, porque aquí tenemos el mismo problema de que tenemos que innovar cosas y poner a disposición del paciente todos los recursos que podamos, pero es que además tenemos de todo.

Aquí hemos podido tener hasta escáner gracias a que el ejército ha instalado un contenedor que tenía un TAC y hemos podido tener radiología con normalidad porque el SERMAS tiene un anillo radiológico que permite, trasladando una serie de aparatos, tener la información radiológica a disposición, con aparatos tanto portátiles como fijos. Hemos tenido laboratorio, porque el SERMAS cuenta con laboratorios extraordinarias y hemos podido trasladar aquí posibilidades de hacer una analítica básica, hemos tenido de todo.

Hemos tenido que mantener el mismo nivel de calidad y los mismos medios que tenemos en cualquier hospital del SERMAS y además nos hemos traído a sus profesionales que son los mejores, con lo cual hemos formado un equipo perfecto.

¿Cuál es la mayor satisfacción que te estás llevando de esta experiencia?

La satisfacción mayor es la de ver a tus compañeros que cada día vienen con una sonrisa, que se sienten importantes, que se sienten útiles, que se sienten partícipes de algo que posiblemente sea histórico.

El haberse enfrentado a este virus de esta manera en tu ciudad te genera unas relaciones con tus compañeros que has tenido la oportunidad de trabajar aquí fantásticas y sin ninguna duda, es una experiencia profesional increíble, pero desde el punto de vista humano es una experiencia brutal y dura.


¿Qué mensaje le mandarías a los pacientes que permanecen ingresados en el Hospital COVID-19 IFEMA?

Yo a los pacientes, primero, antes de mandarles ningún mensaje, lo que tengo que hacer es darle las gracias, es maravilloso cómo han entendido la situación, cómo se han adaptado perfectamente a un nuevo modelo de atención en cuanto a la estructura, conviviendo entre ellos, apoyándose entre ellos, buscando su solidaridad junto con los profesionales sanitarios de una manera, además, proactiva.

La verdad es que nos han enseñado que exactamente también forman parte de su propio tratamiento y de su propio manejo. Si ellos no hubieran actuado así, si se hubieran mostrado de otra manera hubiera sido más difícil hacerlo todo. Ya digo, ellos participaban prácticamente en todo y hasta los que no podían moverse con la misma agilidad eran ayudados por sus compañeros para darse paseos.

Hay que tener en cuenta que aquí convivían todos, estaban todos juntos en este hospital, este tipo de patología se pasa en una habitación como mucho con otro compañero u otros compañeros pero no se puede salir de ahí, tienen grandes avenidas por donde pasean y se cuentan su vida, van de un sitio a otro…lo que es muy emocionante es ver cuándo se da un alta porque se aplauden entre ellos y el personal sanitario se une en los aplausos y al final es una fiesta de uno más que se marcha y aquí hemos tenido ya más de 3.600 fiestas, pero está visto que vamos a tener muchas más porque aún nos quedan más de 600 pacientes, con lo cual esto es tan fantástico que es difícil decirles algo.

Me gustaría solamente darles las gracias y decirles que tienen la suerte de tener una Sanidad que es una gozada y que tienen unos profesionales que son la envidia del mundo seguro, porque la capacidad de adaptarse, de formarse, de conocimientos, con sus sesiones clínicas aquí en IFEMA, buscando saber más de una enfermedad de la que se sabe muy poquito porque hay poca experiencia …pues todo eso conjuntamente te hace sentirte absolutamente orgulloso de tus compañeros, de todos los profesionales que hay aquí y bueno que esa suerte les sirva para que la próxima vez que tengan que visitar un hospital, lo tengan en cuenta.

Últimamente parece que la Sanidad se ha convertido en un servicio más, y la Sanidad es un derecho indudablemente, pero es un derecho que va más allá de ser un servicio más, y le damos poca importancia el capacitar a un sanitario, cuesta mucho dinero al sistema y el profesional además hace un esfuerzo brutal, absolutamente vocacional y eso no deberíamos de olvidarlo nunca, y aunque se cometan errores forman parte de la vida y hay que tenerlos y si a veces no pueden darte el servicio que tú estabas esperando es porque el sistema es complejo, es necesario que lo utilicemos todos. Además, no es para unos pocos y si no hacemos ese esfuerzo de comprender al sanitario y al propio sistema sanitario flaco favor vamos a hacernos a nosotros mismos.