“Ahora es el momento de las reformas”

El Director Gerente del Hospital Universitario Son Espases y Presidente de la Fundación Signo ha hablado con New Medical Economics para repasar su trayectoria profesional. Jospe Pomar ha contado cuál es la situación de su hospital en este momento con el COVID-19, además de abogar por “un sistema sanitario menos burocratizado, más ágil, con toma de decisiones compartidas, más cohesionado y coordinado”

¿Podría hacernos un balance de su trayectoria profesional? ¿Y de su gerencia en Son Espases?

He recorrido casi todas las áreas del sector en cuanto a gestión: Atención Primaria, salud pública, sociosanitario, dirección de un servicio de salud, consultoría…esto da una visión muy completa de lo que supone el mundo sanitario, se aprende a valorar la complejidad, a tener respeto por cada uno de estos ámbitos y a verlos a todos como parte de un conjunto. En este sentido, aunque los cambios han supuesto abandonar buenos proyectos me siento satisfecho.

En Son Espases llevo exactamente cuatro años. Un tiempo que se puede considerar récord absoluto. La no continuidad de los proyectos, porque se vinculan a los directivos que rotan continuamente. Es uno de los males de la gestión hospitalaria que deslegitima y hace perder credibilidad a las direcciones. En cuatro años se empieza a ver el resultado de la gestión de un equipo, pero ahora mismo nos queda mucho por consolidar y, en este momento aplicar algunas lecciones aprendidas con la pandemia.

¿Qué objetivos le quedan por cumplir?

Hace cuatro años, en nuestra reflexión estratégica nos planteamos inspirarnos en un modelo de gestión clínica basado en el Value Based Health Care, orientándonos a resultados reconocidos por el paciente. Ahora empezamos a trasladarlo a un modelo organizativo y a sistemas de medición inspiradas en ICHOM. Queda camino por recorrer. Otro objetivo es aprovechar la concentración de conocimiento para desarrollar, junto a otros actores, un modelo de Health Living Lab, un espacio de creación de soluciones que mejoren los procesos, las tecnologías y la calidad de vida.

Finalmente poner en marcha en este año el programa de trasplante hepático que Ibsalut nos ha confiado.

¿Cómo ha sido su experiencia como docente?

De forma discontinua pero muy frecuente colaboro con diversas entidades, la Escuela Andaluza de Salud Pública, Deusto, Instituto de Empresa, EADE…, en sus postgrados y masters. También suelo dar algunas clases a los residentes cada año. Es una actividad que estimula a ponerse al día.

¿Cuál es el grado de implicación de los gerentes en los procesos de decisión para la entrada de nuevos medicamentos al hospital?

Depende de las comunidades. En nuestro caso son decisiones bastante centralizadas, algo que el informe de AIREF destaca en positivo. Tiene sus ventajas, pero es cierto que aleja de los centros la microgestión y en este sentido la participación de los gerentes es importante.

¿Cuál es la situación actual del COVID-19 en el Hospital Son Espases?

Tuvimos una segunda ola que empezó a primeros de agosto y que en realidad no llegó a desactivarse por completo, fundiéndose con el inicio de la tercera ola a partir de diciembre. Desde mediados de febrero la caída en ingresos ha sido muy notable, aunque los pacientes de UCI prolongan sus estancias.

¿Cómo están llevando esta tercera ola?

El hospital ha aprendido a convivir con el COVID y a pesar de la intensidad de esta ola, ha sido compatible con unos niveles aceptables de actividad y con el impulso continuado de proyectos en marcha. Afortunadamente parece que entraremos en marzo con una situación mucho más llevadera y los profesionales podrán reponerse de su esfuerzo.

¿Qué opina de la gestión que se ha hecho la de la pandemia del coronavirus en España?

Es pronto para juzgarlo en perspectiva y es evidente que las dificultades por las que hemos pasado son similares a las de otros países. Es una gran cura de humildad: todos han hecho esfuerzos, pero está claro que nadie puede presumir de éxito completo. Ahora lo importante es retener los cambios en positivo que se han dado y que han demostrado que un sistema menos burocratizado, más ágil, con toma de decisiones compartidas, más cohesionado y coordinado es posible. Ahora es el momento de las reformas.

También es presidente de la Fundación Signo, cuyo objetivo es fomentar proyectos de gestión sanitaria y promover desde una óptica multidisciplinar la cultura de la innovación y la eficiencia en los servicios sanitarios, ¿qué proyectos se han impulsado desde que se incorporó a la Junta Directiva?

La Fundación pretende ser un thik tank, un foro de debate sobre la gestión y sobre las transformaciones necesarias en nuestro sistema sanitario. Mantenemos una agenda centrada en nuestras jornadas periódicas, los puntos de encuentro, las publicaciones y la convocatoria de los Premios Profesor Barea, de cada año más concurridos. En todas estas actividades buscamos ideas innovadoras que ponemos al servicio de los profesionales y gestores.

La Fundación Signo también nació para desarrollar metodologías de contabilidad analítica y coste por proceso en el sistema sanitario, ¿qué cree que puede aportar a la economía de la salud?

Signo nació con la idea de promover el desarrollo de estas herramientas y difundirlas. En esta línea ha ido aportando revisiones desde una perspectiva de resultados en salud., un reto sobre el que hay que trabajar más. Los modelos de financiación vinculados a resultados necesitan un mayor desarrollo y difundir su aplicación en pilotos que permitan validar nuevas herramientas. Este es ahora el reto.