“La inteligencia artificial está avanzando a una velocidad tremenda”

En esta entrevista para New Medical Economics el Dr. Félix Armadá-Maresca explica cómo un robot detectará enfermedades en tiempo récord con IA. DORIA representa un hito en el diagnóstico oftalmológico al combinar la robótica con la inteligencia artificial. Implementado por primera vez en el mundo en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, este sistema ofrece un pre-diagnóstico completo en tan solo 8 minutos, lo que contribuye significativamente a reducir las listas de espera en oftalmología y marca un importante avance para la medicina del futuro.

Recientemente se ha presentado el innovador servicio de Diagnóstico Oftalmológico Robotizado mediante Inteligencia Artificial (DORIA) y el Hospital Universitario La Paz es el primer hospital europeo y mundial que lo ha implantado, ¿cuál es el funcionamiento de DORIA?, ¿en cuánto tiempo puede ofrecer un diagnóstico completo?

DORIA es un sistema automatizado y robotizado para hacer pruebas diagnósticas oftalmológicas. Se compone de tres partes fundamentalmente: de la consola de gestión; de un equipo auxiliar independiente que sirve para medir la graduación; y del equipo donde se realizan las pruebas oftalmológicas, es una estación de trabajo con un carrusel de equipos internamente, en función de las pruebas que se van realizando se van moviendo y adecuando al paciente.

Lo primero que se hace es medir la agudeza visual del paciente para ver cuál es la calidad de visión que tiene de lejos, y posteriormente se le hace una biometría, que, en función de la altura, el equipo se ajusta automáticamente. Una vez hecho esto, se posiciona al paciente en el robot y se empieza con la rutina de la prueba, es un sistema automatizado y va autoguiado. El equipo va dando las instrucciones pertinentes para que el paciente pueda, en todo momento, saber lo que tiene que hacer. Al final del proceso se genera un informe completo en PDF con todos los datos y ese informe se envía al servicio de oftalmología, que es donde los especialistas realizan el informe clínico correspondiente.

Una vez realizado ese informe clínico, se deriva a su médico de cabecera; al ser un informe en PDF, si el médico tiene dudas en remoto puede verlo en la máquina y analizar las pruebas. Este informe va a parar directamente a la historia clínica del paciente, lo suben a Horus, que es el sistema de tarjeta sanitaria que todos los ciudadanos de la Comunidad de Madrid tenemos en el móvil. Ahí el paciente puede ver el informe y si necesita citas se le generan automáticamente, las puede ver ahí también y puede valorarlo todo con su médico de familia.

DORIA es un sistema de screening que lo hemos posicionado entre la atención primaria y la atención especializada, está en medio, de tal forma que cuando el médico de familia genera una consulta, lo primero que hace es pasar por aquí, lo analiza y decide qué hacer con el paciente. Aproximadamente un 44% de los pacientes se va a casa, es decir, que con esta exploración ya es suficiente. Alrededor de un 33-34% llega al ambulatorio, en lugar del 100% que llegaba antes, descarga una barbaridad. Y si detecta patología, por ejemplo, un 14% son cataratas o un 3% glaucomas ya van directamente a las secciones, con lo cual ahorras el tiempo del viaje del paciente entre el ambulatorio y la consulta. Nos ha cambiado la estructura de trabajo que llevábamos unos 50 o 60 años realizando. La inteligencia artificial da una estadística o una posibilidad de patología baja, media o alta, incluso en retina nos va a decir ya qué patología es directamente junto con el sistema en remoto agiliza muchísimo toda la exploración.

El diagnóstico completo en un paciente que colabora puede ser entre 6 y 8 minutos. Si el paciente es mayor y le cuesta más podemos ir a 8-10 minutos. Es muy importante que los ópticos hagan bien la exploración, insistimos mucho en que, si el paciente parpadea o no lo hace bien, la prueba se repita. Es un sistema de alto volumen y además da una exploración más completa que la que se hace normalmente en la consulta de ambulatorio, es decir, tiene más pruebas y tiene más exploración, con lo cual evitas problemas. Todos los pacientes de la Comunidad de Madrid se pueden beneficiar de esta exploración y tienen las mismas oportunidades de ser diagnosticados con DORIA.

¿Cómo y cuándo surge la necesidad de desarrollar este servicio tan especializado?

El problema fue el atasco de lista de espera que se ha ido generando desde la pandemia. En la pandemia tuvimos tres meses de cierre absoluto, con todo lo que eso conlleva y luego durante mucho tiempo, como las salas de espera y los sistemas de exploración no estaban dimensionados, el número de pacientes que se citaban por agenda era 1/3 prácticamente de lo que era normal. Eso, durante año y medio o dos años, ha generado un atasco que antes no existía y que ahora mismo es muy complejo de gestionar con los recursos que teníamos previamente. En ese sentido, buscando una solución y basándonos en la inteligencia artificial, que es un sistema que nos ha venido a ayudar mucho, estuve mirando páginas que hay en la web con las principales startups que tiene Oftalmología y desglosando y viendo cada una, encontramos este sistema de Mikayaki que es una empresa de capital israelita, es una idea muy buena porque integra prácticamente el 99% de la exploración que nosotros hacemos a los pacientes y te da niveles de inteligencia artificial, desde patología de la córnea hasta patología de la retina, pasando por la catarata, pasando por el glaucoma, te da una exploración completa. De esa manera, apoyándonos en la inteligencia artificial que da un diagnóstico y luego con el trabajo de los profesionales, podemos hacer un screening mucho más rápido que el sistema habitual que llevábamos utilizando.

Este robot es capaz de realizar screening, de detectar problemas o incluso enfermedades en pacientes con algún tipo de síntoma, ¿cómo puede diagnosticar una máquina gracias a la IA?

El robot lleva un carrusel de máquinas de exploración y eso está conectado con las empresas de inteligencia artificial que ya están en el mercado. Por ejemplo, en retina hace una retinografía y hace un escáner de la mácula. Esa información sube a la empresa o al sistema de inteligencia artificial que tiene, en estos momentos es Altrys, y nos devuelve en segundos prácticamente la patología o la posibilidad de patología que tiene el paciente. Si es normal, el profesional lo ve y ahí acabó la cosa y si da una alerta o nos dice la patología, el paciente se remite a la consulta de retina directamente, con lo cual es mucho más rápida la atención que si tiene que ir al ambulatorio, lo simplifica mucho. El sistema que tenemos ahora es bueno, pero el sistema que nos va a venir en unos meses es mucho mejor. La inteligencia artificial está avanzando a una velocidad tremenda, ahora, por ejemplo, da un sistema de información en el cual nos dice que no hay patología o tiene una posibilidad de sospecha, o sí que tiene patología; pero, el nuevo sistema va a decir qué patología, es decir, va a detectar si hay una membrana vascular retiniana, si hay un edema macular y va a decir el diagnóstico, eso en unos meses lo vamos a tener ya funcionando porque ya existe. Lo mismo para, por ejemplo, para el glaucoma, hace análisis de fibra ganglionar, de célula ganglionar, toma la tensión y mide la cabeza del nervio óptico y con eso dice la posibilidad de que ese paciente tenga un glaucoma. Lo mismo con el queratocono, estudia la córnea y dice la posibilidad de que tenga un queratocono, hace un escáner del polo anterior y dice el riesgo de que tenga un glaucoma agudo. Mira el cristalino y da por densidades la catarata que tiene o no tiene el paciente, dice si está operado de cataratas o no y dice si la lente está sucia o no está sucia. O sea, realmente es muy completo.

¿Se podría decir que, gracias a DORIA y gracias a la aplicación de la Inteligencia Artificial en salud, las listas de espera van a mejorar?

Lógicamente, el tema es tenerlo funcionando en paralelo al sistema actual. Irá disminuyendo el número de pacientes en el sistema porque lo va a ir parando el sistema de inteligencia artificial y llegará un momento que nosotros tendremos que cambiar la estructura de trabajo de las agendas normales. Vamos a necesitar menos agendas de ambulatorio, pero, por ejemplo, vamos a tener que incrementar probablemente las consultas de cataratas porque nos están aumentando un 14%. Todo ese encaje habrá que ir haciéndolo poco a poco, para ir cambiando los recursos oftalmológicos que tenemos, de la estructura que hemos tenido durante muchos años a la que vamos a tener dentro de uno o dos años. Sobre todo, lo que buscamos es que el tiempo desde que el paciente pide al médico de familia una consulta con el oftalmólogo, ese tiempo se reduzca a prácticamente a nada o muy poco, porque al entrar en un sistema de screening rápido va a pasar por ahí y si tiene una patología va a ser atendido mucho más rápido que si tiene que ir por el sistema tradicional.

¿Se está trabajando para incorporarlo en otras comunidades autónomas, para mejorar la asistencia de pacientes de oftalmología de todo el país?

Han venido de otras comunidades a ver la máquina, de la Consejería de la Comunidad Valenciana, de Cantabria, de Andalucía, incluso desde Portugal, tienen interés en conocerlo, porque el problema que tenemos aquí lo tienen en todos los sitios, no es un problema solamente en nuestro hospital, la inmensa mayoría de las comunidades han tenido el mismo problema con la pandemia y han generado el mismo problema con las listas de espera.

Hay un concepto que hay que ir cambiando tanto en la población como en los médicos, y es no subestimar a los robots, creen que si no les ha explorado un ser humano no se ha hecho bien. Esto les pasa a muchos pacientes y también a oftalmólogos, pero la realidad es que este sistema bien afinado, bien apurado, es mucho más rápido, pero también es mucho mejor. La calidad de asistencia es muy superior a la calidad habitual, porque ya no depende de que una persona tenga una habilidad a la hora de explorar un paciente, con este sistema todo el mundo va igual, el sistema de inteligencia artificial y este tipo de tecnología nos ayuda a que la exploración sea mucho mejor y más eficiente.

Con respecto al margen de error, un sistema de inteligencia artificial comparado con diez expertos en la materia, el sistema de inteligencia artificial alcanza el 93-94% de efectividad y los expertos se quedan en torno al 85-87%. Es decir, que es superior a expertos, no ya a oftalmólogos normales, sino a expertos. Es muy superior en la detección y en la calidad y no se le escapa nada, a un oftalmólogo igual sí porque al final somos humanos y podemos cometer errores.