Otros autores: Patricia Ripoll Ros, presidenta Fundación VISIBLE.

El Instituto para la Experiencia del Paciente y la Fundación VISIBLE han cerrado un convenio de colaboración para trabajar conjuntamente la sanidad basada en el valor, así como en el apoyo emocional a pacientes. En el marco de esta colaboración, Patricia Ripoll, presidenta de Fundación Visible, nos habla hoy de la sanidad basada en valor y cómo la experiencia de paciente es esencial para una aplicación con éxito.

El value based care es uno de esos términos que están de moda desde hace unos años, uno de esos términos de los que todos hablan adaptándolo a lo que ellos necesitan o creen necesitar para justificar su estrategia, pero que en muchas ocasiones se aleja de la realidad. Nos sirve de excusa más que de razón de ser. Para lograr un value based care que sea eficiente y nos haga ser mejores, este debe ir de la mano de la experiencia del paciente. Debemos acercar si o si este concepto al de la generación de valor en el paciente.

Los resultados de salud están influenciados no solo por factores biológicos sino también por factores psicológicos y sociales. Es la percepción, la gestión de las expectativas, lo que hacemos sentir y lo que influimos en el presente, pero también a futuro. Es por ello que, a los datos de pacientes atendidos que deberían recogerse siempre, debemos incluir y considerar el impacto que se ha generado realmente en esos pacientes y medirlo. Establecer mediciones que incluyan el valor que crea la intervención y el contacto con el entorno. Se trata de cuantificar el peso o la importancia relativa que los pacientes o usuarios dan a esta interacción en base al cambio que ha experimentado en su vida. Medir este valor es lo que nos permitirá compararlo y sobretodo poner a la persona y su vida en el epicentro de la gestión.

Hablar de medición de valor debe ir más allá de los Patient Reported Experience Measures (PREMS) y por ello, debemos considerar el impacto que produce en la vida de las personas atendidas y en las que le rodean. Para ello tenemos al alcance herramientas de gran utilidad como el retorno social en la inversión (SROI) para evaluar la efectividad de las diferentes intervenciones, de los programas en la mejora de la salud y el bienestar de los pacientes.

La medición del apoyo y la adherencia en el value based care es crucial para garantizar que los pacientes reciban la atención adecuada, obtengan los mejores resultados de salud posibles y que la experiencia recibida sea satisfactoria para el paciente, pero también para su entorno y en definitiva el impacto en su vida.

La adherencia se refiere a la medida en que los pacientes siguen el plan de tratamiento prescrito por los profesionales de la salud, mientras que el apoyo se refiere a la medida en que los pacientes reciben el apoyo emocional y práctico necesario para seguir el plan de tratamiento.

Existen diversas técnicas y herramientas para medir la adherencia y el apoyo en el value based care. Algunas de ellas son conocidas y utilizadas en diferentes proyectos, pero debemos asegurar que se conviertan en algo rutinario. Es por ello que:

Se pueden hacer entrevistas estructuradas con los pacientes para evaluar la percepción de apoyo y cumplimiento del tratamiento de los pacientes.

Se pueden usar cuestionarios estandarizados para evaluar y medir la adherencia y el apoyo (Test de Adherencia al Tratamiento -TAT- y el Cuestionario de Apoyo Social -CAS- son ejemplos de cuestionarios).

Se puede vigilar y monitorizar la actividad (usar dispositivos para detectar actividad física, sueño y rutinas para evaluar el cumplimiento del tratamiento).

Se puede valorar la adherencia revisando la frecuencia de visitas, medicamentos y medidas pertinentes.

Se puede incluir apoyo psicológico, grupal o individual para apoyar la atención médica y la satisfacción del paciente. Brindar apoyo emocional mejora la calidad de vida del paciente, disminuye el estrés, la ansiedad, el miedo, …, y aumenta el cumplimiento del tratamiento. La ayuda emocional reduce consultas médicas y hospitalarias, lo que disminuye gastos médicos. Es esencial considerar esto al aplicar y valorar apoyo psicológico. El efecto del apoyo psicológico puede evaluarse a través de la mejoría en el bienestar del paciente, menor estrés y ansiedad, y menos consultas médicas y hospitalizaciones. La medición de ahorro de costos se logra al reducir las visitas médicas extra. Es por todo ello que es importante y necesario medir la adherencia al tratamiento para evaluar la efectividad del apoyo psicológico en el paciente, y que es crucial valorar la toma de la medicación, la salud del paciente y los gastos médicos para evaluar la efectividad del soporte psicológico.

Y, finalmente, se puede mejorar la comunicación efectiva con el paciente para compartir información y fomentar su formación y capacitación. Observar la interacción ayuda a analizar y mejorar. Los videos personalizados pueden mejorar la adherencia, así como una monitorización de la interacción.

En resumen, la medición del apoyo y la adherencia en la value based care es un componente importante del cuidado de la salud integral y puede ayudar a mejorar los resultados de salud de los pacientes. La psicología proporciona herramientas y técnicas valiosas para medir estos aspectos y garantizar que los pacientes reciban la atención adecuada y efectiva. Es importante controlar el seguimiento de los valores en la atención médica para garantizar un buen cuidado al paciente, mejorar su salud y proporcionar una experiencia agradable. Colaborar en el cuidado médico para asegurar la efectividad y prevenir problemas futuros.

“Lo que no se entiende, no existe” por lo que nuestro esfuerzo debe dirigirse a identificar y entender para así compartir y hacerlo entre todos y de todos para poder generar los cambios que necesitamos.