Con motivo del Día Mundial de la Higiene de Manos, celebrado el 5 de mayo, desde esta revista digital, se hizo eco de la encuesta que lanzaba el Grupo de Trabajo de Salud Pública 2.0 de la SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de familia), cuyo objetivo era explorar la dimensión del cuidado de la piel de los profesionales que prestan asistencia sanitaria.

Desde el 2015, las directrices mundiales de la OMS incluyen la higiene de manos como indicador clave en el Informe sobre Prevención y Control de Infecciones (PCI); y es que las infecciones asociadas a la asistencia sanitaras (IAAS) son un importante problema de salud pública en España, Europa y a nivel mundial, pudiendo provocar un aumento de las estancias hospitalarias, discapacidad a largo plazo, mayor resistencia de los microorganismos a los antimicrobianos, así como costes adicionales tanto para pacientes como para el sistema sanitario y muertes innecesarias.

Estas, las IAAS, se adquieren en algún momento de la atención sanitaria como consecuencia de la asistencia recibida en el centro asistencial. Se pueden transmitir de múltiples maneras, pero la vía más frecuente de transmisión es por contacto directo a través de las manos de los profesionales sanitarios1.

En el documento marco del SNS de Vigilancia de las IAAS elaborado por el Grupo de Trabajo de Vigilancia de las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria de la Comisión de Salud Pública en 2015 y revisado en 2019, se constata que entre el 20-30% son prevenibles mediante programas de higiene y control de la infección2.

La guía3 de aplicación de la estrategia multimodal de la OMS, difunde como perspectiva general que la higiene de las manos, la simple tarea de limpiarse las manos en los momentos adecuados y de la forma adecuada, puede salvar vidas, de lo cual no tengo duda alguna, pero he aquí donde cabe el siguiente pensamiento: ¿Esta estrategia multimodal contempla todas las dimensiones para conseguir una buena adherencia por parte de los profesionales de la salud para la práctica, y lo que es aún, si cabe, más importante, el mantenimiento de la misma en el tiempo?

Cabe recordar que dicha estrategia contempla 5 dimensiones:

Cambio del sistema, garantizando que se cuente con la infraestructura necesaria para permitir a los profesionales de instituciones sanitarias practicar la higiene de las manos (suministro seguro y continuo de agua, así como a jabón y toallas y fácil acceso al preparado de base alcohólica (PBA) para manos en el punto de atención).

Formación, sobre la importancia de la higiene de las manos, basada en el modelo de los 5 momentos y los procedimientos adecuados para la fricción de manos y el lavado de manos.

Evaluación y retroalimentación, hacer un seguimiento de las infraestructuras y prácticas.

Recordatorios en el lugar de trabajo.

Clima institucional de seguridad, creando un entorno y más percepciones que propicien la sensibilización sobre las cuestiones de seguridad del paciente y garantizar al mismo tiempo que la mejora de la higiene de las manos se considere una gran prioridad a todos los niveles.

Todos ellos relacionados con el conocimiento, disponibilidad de recursos, capacidad de implementación, pero ninguno relacionado con dimensiones como:

Selección y manipulación de agentes para la higiene de manos.

Cuidados de la piel.

Ambas, recogidas en la guía directrices sobre higiene de manos en la atención sanitaria, por la OMS en 20094.

Si consultamos el informe, del 2022, de indicadores clave sobre el programa de higiene de manos del Sistema Nacional de Salud5 (camas de UCI con preparado de base alcohólica en el punto de atención; camas de hospitalización con PBA en el punto de atención; consumo de PBA en hospitalización, UCI y consulta; y observación del cumplimiento de la higiene de manos y del uso de PBA), se arroja información que ha de invitarnos a meditar:

Reducción a casi a la mitad del consumo de PBA en hospitalización respecto al año 2021.

Disminución del grado de cumplimiento de la higiene de manos sin y con PBA.

En la revisión sistemática6 (18 estudios cualitativos y 16 cuantitativos, con un total de 24.438 trabajadores sanitarios) y un metaanálisis de estudios, llevados a cabo por Symanzik, donde se evaluó el eccema de manos entre el personal sanitario, predominantemente en Europa, uno en Estados Unidos, otro en Asia y otro en Oriente Medio, el 33,4% de los trabajadores sanitarios informaron haber tenido eccema en las manos durante su vida y el 27,4% declaró haberlo sufrido en el último año (los valores informados anteriormente para la población general fueron del 14,5% y el 9,1%, respectivamente), siendo el eccema principalmente leve (57,7% de los casos) y con menos frecuencia moderado (24,9%) o grave (13,5%).

Los autores señalan que se ha “encontrado una prevalencia sustancialmente mayor de eccema de manos en los trabajadores sanitarios en comparación con lo que se ha publicado para la población general, lo que enfatiza el mayor riesgo de que los trabajadores sanitarios desarrollen eccema de manos y la importancia de las medidas preventivas específicas, entre las que se deben incluir la reducción de la exposición al trabajo en un entorno húmedo y a los alérgenos, así como un aumento de conductas para proteger la piel”.

Y así lo muestra la evidencia científica, tomando de referencia el esquema de categorización para las recomendaciones del CDC (Center of Disease Control)/HICPAC (Healthcare Infection Control Practices Advisory Committee), para las dimensiones de selección y manipulación de agentes para la higiene de manos y cuidados de la piel7:

Selección y manipulación de agentes para la higiene de manos:

Proporcionar a los trabajadores sanitarios productos eficaces para la higiene de manos que tienen bajo potencial de irritación (IB).

Maximizar la aceptación de los productos de higiene de manos por los trabajadores sanitarios, solicitando su opinión sobre la tolerancia de la piel, la sensación y fragancia de cualquier producto considerado (IB).

Al seleccionar productos para la higiene de manos:

Determinar cualquier interacción conocida entre productos que se utilizan para limpiar las manos, productos para el cuidado de la piel y los tipos de guantes utilizados en la institución (II).

Solicitar información a los fabricantes sobre el riesgo de contaminación del producto (IB).

Solicitar y evaluar información de los fabricantes con respecto a cualquier efecto que puedan tener las lociones, cremas o los desinfectantes para manos a base de alcohol sobre los jabones antimicrobianos que se utilizan en la institución (IB).

Las comparaciones de costes solo deben realizarse para productos que cumplan con los requisitos de eficacia, tolerancia cutánea y aceptabilidad (II).

No agregar jabón (IA) ni formulaciones a base de alcohol (II) a un dispensador de jabón parcialmente vacío. Si los dispensadores de jabón son reutilizables, siga los procedimientos recomendados para la limpieza.

Cuidado de la piel:

Incluir información sobre las prácticas de cuidado de las manos diseñadas para reducir el riesgo de dermatitis de contacto por irritantes y otros (IB).

Proporcionar productos alternativos de higiene de manos para los trabajadores sanitarios con alergias confirmadas o reacciones adversas a los productos estándar utilizados en el ámbito sanitario (II).

Proporcionar a los trabajadores sanitarios lociones o cremas para manos para minimizar la aparición de dermatitis de contacto por irritantes, asociada con antisepsia de manos o lavado de manos (IA).

Cuando se disponga de desinfectante para manos a base de alcohol en el centro asistencial no se recomienda el jabón (II).

Así pues con esta argumentación científico-técnica, me permito reflexionar sobre la visión reduccionista que tienen los gestores que diseñan y aprueban los programas de higiene de manos, donde nos perciben a los profesionales que prestamos asistencia sanitarias como partes divisibles, que generan costos: nuestras manos se analizan desde la perspectiva de cuanto de responsables son de generar carga de enfermedad, a través del solo acto de su lavado, olvidando, que la piel que recubre las manos son la barrera natural que nos protege y su estado de integridad (calidad de piel), la que va a determinar que mantengamos acciones dirigidas a la disminución de IASS. Parece que quedan olvidados algunos de los factores emocionales y de bienestar personal (sequedad, irritación, dermatitis irritativa o alérgica o sensibilidad) que pueden jugar un papel importante en la adherencia a una práctica mantenida en la actividad laboral, como es la higiene de manos.

Y es que, en qué momento los profesionales de la salud comenzamos a ser personas que priorizamos nuestro bienestar por encima del que cuidamos. Al cuidar la piel de nuestras manos, podemos garantizar una atención más efectiva y sostenible a lo largo del tiempo; de ahí, que invite a la investigación relacionada con la dimensión del cuidado de la piel de las manos y selección y manipulación de agentes para la higiene de manos, dentro de la estrategia de higiene de manos llevada en el SNS, (selección y manipulación de agentes para la higiene de manos y cuidado de la piel), y a la posible relación con la reducción a la mitad del consumo en hospitalización de productos de base alcohólica, reflejados en el informe del 20228.

Bibliografía

Organización Mundial de la Salud. Research agenda for hand hygiene in health care 2023-2030.Genova: OMS; 2023.

Ministerio de Sanidad. Documento Marco del Sistema Nacional de Vigilancia de las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria. Madrid: Grupo de Trabajo CCAES, CNE, ISCIII. Ministerio de Sanidad; 2019.

Publicado por la Organización Mundial de la Salud en 2.009 con el título Guide to Implementation. A Guide to the Implementation of the WHO Multimodal Hand Hygiene Improvement Strategy. © Organización Mundial de la Salud, 2009.

https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/44102/9789241597906_eng.pdf?sequence=1. (WHO Library Cataloguing-in-Publication Data WHO guidelines on hand hygiene in health care. 1.Hand wash – standards. 2.Hygiene. 3.Cross infection – prevention and control. 4.Patient care – standards. 5.Health facilities – standards. 6.Guidelines. I.World Health Organization. II.World Alliance for Patient Safety. ISBN 978 92 4 159790 6 (NLM classification: WB 300) © World Health Organization 2009)

https://seguridaddelpaciente.sanidad.gob.es/practicasSeguras/higieneDeManos/2023/docs/Informe_Indicadores_Higiene_de_Manos_2022.pdf

Symanzik C, Yüksel YT, Christensen MO, Thyssen JP, Skudlik C, John SM, Brans R, Agner T. Prevalence and incidence of hand eczema in healthcare workers: protocol for a systematic review and meta-analysis. BMJ Open. 2022 Oct 7;12(10):e062194. doi: 10.1136/bmjopen-2022-062194. PMID: 36207040; PMCID: PMC9558786.

WHO guidelines on hand hygiene in health care. ISBN 978 92 4 159790 6 © World Health Organization 2009.

https://seguridaddelpaciente.sanidad.gob.es/practicasSeguras/higieneDeManos/2023/docs/Informe_Indicadores_Higiene_de_Manos_2022.pdf