¿Están los hospitales preparados para incluir la información demográfica mínima requerida por los indicadores de los sistemas de gestión?

Y, ¿están preparadas nuestras instituciones para recibir la cantidad de información que los dispositivos médicos son capaces de entregar? ¿Disponen de herramientas para interpretar y gestionar esta información clínica?

¿Están preparados para afrontar una crisis que ponga en riesgo estos datos recogidos en dispositivos físicos virtuales?

Hay cuestiones muy básicas aún sin resolver de forma adecuada, ya que no siempre es posible recopilar los datos sociodemográficos necesarios sobre los pacientes para medir con precisión la asistencia sanitaria e identificar brechas al considerar una variedad de factores.

Cuestiones tales como visitas repetidas a departamentos de emergencia entre grupos particulares de población o la relación entre el ingreso y el acceso a la atención médica, se pueden analizar utilizando la información recopilada. Pero la dinámica de trabajo y, en consecuencia, la capacidad asistencial, se ve claramente afectada si no se agiliza la recopilación de datos y esto es posible con la automatización de los procesos y la integración de datos médicos provenientes de los dispositivos médicos. El acceso a registros médicos, a recetas electrónicas, a la información sobre número de Seguridad Social o de seguros privados de salud y otros datos personales, será crucial en los próximos años y especialmente necesarios en casos de desastres naturales, pandemias o epidemias.
Los procesos automatizados requieren nuevas tecnologías y disponibilidad de protocolos de comunicación abiertos, cerrados o estandarizados, inalámbricos o con conexión física. Términos como Wifi, Bluetooth, Ethernet, ZigBee, NFC, Infrarrojo (IRD) o GSM se convertirán en usuales, pero requerirán instalaciones acordes que permitan comunicaciones seguras, para evitar cualquier pérdida de datos o intromisiones perniciosas.

Estos protocolos de comunicación también permiten la descarga de datos desde dispositivos médicos a Sistemas de Registro Electrónico o Historia Clínica Electrónica. El cuello de botella lo encontramos en la información que estos sistemas son capaces de admitir. Asimismo, las decisiones respecto de cuál es la información clínica relevante, en qué formatos y con qué frecuencia, obligan a la comunicación estrecha entre los departamentos de informática médica y los especialistas clínicos.

Tan importante como la recopilación de datos médicos resulta el análisis de esta información, que es crucial para mejorar la capacidad del sistema de atención médica, con el objetivo de satisfacer las diversas necesidades de la población y mejorar la calidad de la atención médica en general, aprender más sobre los pacientes que se atienden, proyectar inversiones y satisfacer de forma más eficiente las necesidades individuales y colectivas.

Algo que deberíamos aprender de la experiencia vivida con los huracanes Katrina y Sandy, en Estados Unidos, es que muchos hospitales no estaban preparados y carecían de los sistemas de respaldo necesarios y muchos registros de pacientes en papel se perdieron en la tormenta.
Entonces, si bien los hospitales han avanzado en los recursos para recoger y recuperar información, no está todo hecho y el camino por recorrer se antoja largo y tedioso.

• Recuperar información vital en cuestión de horas, es posible debido al almacenamiento en espacios virtuales. Estas opciones deben considerarse sin desatender la seguridad y confidencialidad de datos personales.

• Las nubes han hecho menos probable la pérdida total de datos porque la información también se almacena fuera del espacio físico afectado.

• Los sistemas de Registro Médico Electrónico deben enfrentarse al desafío del enorme flujo de información disponible. Se requiere un debate multidisciplinar para valorar las distintas situaciones e invertir de forma eficiente.

• El personal asistencial debe confirmar de forma precisa el tipo de información clínica relevante que enriquecería el análisis de actividad, o de resultados, a realizar.

• Las instituciones deben asumir la necesidad de inversión en desarrollo de software que analice datos recogidos por el sistema de Registro Médico Electrónico.

Esta es una carrera de fondo que requiere un estado inicial acorde al esfuerzo a realizar. La pregunta se mantiene sin una respuesta completamente cerrada: ¿están nuestras instituciones preparadas para admitir, recoger, almacenar, analizar y recuperar la información sociodemográfica y clínica disponibles?