Económicamente hablando, el panorama es terrible. La economía española está asolada y lo sufriremos todos en mayor o menor medida. Vamos a vivir de créditos, subvenciones, préstamos y, sobre todo, mucho, del Estado español y de la UE. Y esto siempre va a ser nefasto, porque esta dependencia para vivir de entes oficiales y no de la iniciativa privada lo es. Supone acercarse a un modelo de países subdesarrollados y no de nuestro ámbito democrático europeo.

El dinero nunca es gratis, se perderá libertad y muchos de los beneficios que proporciona un estado de bienestar. Socialmente, en un país como España que ha tenido en muchos momentos índices de mortalidad iguales a China y USA y superiores a Italia, con un número de fallecidos de al menos 1 por cada 5 hospitalizados, perder a tantos de nuestros mayores de golpe es acabar con unos valores de una generación excepcional. Irrecuperables. Se han perdido ancianos, sí, el número es lo de menos, pero sobre todo se han ido valores.

Pero volvamos a Madrid, capital del Estado español. Ninguna comunidad autónoma se salva de los brotes por contagiados de coronavirus, pero lo cierto es que Madrid que fue el epicentro del COVID-19 en España ha dejado de serlo. En los hospitales se respira una sensación de calma tensa, según los profesionales consultados, que explican que la secuela de los peores días de pandemia puede estar detrás de por qué en la capital los datos no son tan malos, aunque se confirma que el virus continúa circulando.  Los médicos niegan que estas cifras se deban a que no se estén detectando casos, sino a que la capacidad diagnóstica ahora mismo es mucho más alta tanto en Atención Primaria como en los Servicios de Urgencias.

Según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad de Madrid, en estos momentos se realiza una media de 15.000 pruebas PCR al día y es difícil que un caso se escape, salvo que no tenga ningún síntoma y no acuda al médico. En total se han realizado en la capital cerca de un millón de PCR desde el inicio de la pandemia. Además, los profesionales sanitarios coinciden en que la inmunidad de la población en Madrid puede ser mucho mayor de la que indican los estudios oficiales, en los que ya de por sí se refleja unos datos inmunológicos mayores a la media del país.

A este 11,4% de personas con anticuerpos que confirma el estudio de seroprevalencia realizado por el Ministerio de Sanidad, habría que sumar un porcentaje desconocido de población madrileña e, incluso, se habla de que, en algunos sitios, como en residencias, la inmunidad podría ir del 40 al 90%. De hecho, el estudio propio que llevó a cabo el Ayuntamiento de Torrejón a más de 100.000 personas dio a conocer que el alcance del virus en ese municipio era el doble: hasta un 22% de la población había pasado o estaba pasando la COVID-19.

También, los últimos datos arrojan que hay más personas jóvenes contagiadas y más casos asintomáticos. Esto puede deberse a que se registran más los casos entre jóvenes que de por sí son menos graves y la gente mayor se está cuidando mucho. Se detectan más casos asintomáticos lo cual es positivo para reducir las posibilidades de contagio al confinar a estas personas. Por último, el impacto sufrido en Madrid por la pandemia puede que tenga relación con un alto grado de concienciación de los madrileños en la aplicación de las medidas preventivas. Así, el porcentaje de uso de mascarilla es muy elevado en Madrid, hasta un 75%.

Desde luego, el hecho de haber sido una de las sanidades más colapsadas de España se ha traducido en una planificación mucho más escrupulosa. Ahora todos los hospitales tienen un plan para volver a activar los circuitos de COVID-19 en caso de una situación como la vivida en los meses de marzo y abril.

Para hablar de todo ello, New Medical Economics organizó una mesa redonda que contó con: Raquel Barba Martín, directora gerente del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, Móstoles (Madrid); Maria José Calvo Alcántara, subdirectora de Farmacia y Productos Sanitarios de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid; Ana Dávila-Ponce De León Municio, viceconsejera de Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid; Fernando Prados Roa, Consejero técnico, Coordinador General del Hospital de IFEMA (Madrid); Antonio Zapatero Gaviria, viceconsejero de Salud Pública y Plan COVID-19 de la Comunidad de Madrid. El moderador del encuentro fue José María Martínez García, presidente ejecutivo de New Medical Economics.

Para comenzar, Martínez preguntó a los ponentes que ¿cuál había sido la respuesta que se había dado a la pandemia desde cada una de sus responsabilidades? Ana Dávila cree que han dado una buena muestra de cuán flexible puede ser el sistema sanitario en todos los niveles, “hemos sido capaces de crear un sistema único de salud junto con la asistencia privada, no puedo más que admirar esa respuesta que se ha dado y como no la de los propios profesionales que han dado lo que han podido y mucho más”. En la misma línea, Antonio Zapatero, piensa que los hospitales de Madrid se transformaron en tiempo récord en hospitales COVID. En su primera intervención también destacó el papel que hizo el SUMMA, “la mejor lección de esta primera fase es la implicación de las personas hasta unos niveles que han sido ejemplares”. Fernando Prados subrayó la respuesta asistencial a todos los niveles y señaló el comportamiento ejemplar del ciudadano madrileño: “En IFEMA estábamos todos a una, luchando por lo mismo y buscando un único objetivo”.
En el ámbito hospitalario, a la gerente del Hospital Universitario de Móstoles le llamó la atención las diferencias en las cargas de trabajo que había dentro del hospital. “Uno de los retos más importantes era repartir las cargas de trabajo, a posteriori ha sido muy bonito y satisfactorio”. “El papel de la industria farmacéutica ante la crisis ha sido colaborativo”, así lo puso de manifiesto María José Calvo. La subdirectora de Farmacia y Productos Sanitarios de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid también destacó el papel que tuvo la farmacia de la Comunidad de Madrid, “hemos dado respuesta de accesibilidad a los tratamientos gracias a la receta electrónica, ha habido una coordinación muy grande con la AEMPS y la industria, además de la labor asistencial”. Calvo señaló, sobre todo, “la gran colaboración, implicación y motivación que ha habido por parte de todos”.

Las medidas que se pusieron en marcha para la comunicación entre pacientes y familiares durante su ingreso hospitalario por COVID fue el siguiente tema que se puso de manifiesto en el encuentro. “Era muy importante que los profesionales estuvieran atendiendo personalmente a los pacientes con COVID por su situación de vulnerabilidad, por ello se hicieron equipos, para que pudiesen llamar todos los días a los familiares de las personas que se encontraban ingresadas”, afirmó Ana Dávila. Y continúo: “Cuando la situación fue mejorando se pudieron hacer visitas”.

Fernando Prados reconoció que en IFEMA tuvieron mucha suerte porque la colaboración e implicación de todos los profesionales sanitarios fue “extraordinaria”. Por otro lado, Prados explicó que gestionar una organización diferente como IFEMA “obligó a que todos se adaptaran y a que todos se tuvieran que implicar de una forma muy determinada, teniendo que mantener su actividad ordinaria”. El coordinador del Hospital de IFEMA se mostró orgulloso del personal sanitario, “en los momentos en los que tiene un mayor reto responde innovando y aumentando su actividad, pero también buscando soluciones a problemas que normalmente no se plantean”.

De la coordinación con el sector privado y el sector concertado asistencial habló Antonio Zapatero, quien destacó que si no hubiera sido por la colaboración de la sanidad privada habría sido difícil darle respuesta a la pandemia. “Fue un momento bidireccional para que el sistema aguantase en aquellas semanas duras de marzo y abril”, analizó.
Los rebrotes y los rastreadores fue uno de los temas estrella de la mesa redonda. Según Ana Dávila, desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid se están tomando medidas preventivas desde el principio, “la gente ha sido muy responsable con el uso de la mascarilla”. Asistencialmente, reforzaron la plantilla con más de 10.000 contratos para estar preparados en caso de que existan rebrotes, también “hemos reordenado las infraestructuras y hemos hecho una adquisición masiva de equipos de protección individual para tener un retén”. Además, la viceconsejera de asistencia explicó el seguimiento que se está haciendo de las unidades de COVID y los últimos avances que se están realizando para hacer esos planes de seguimiento de la ciudadanía y de los profesionales sanitarios. “Hemos activado un plan específico de salud mental para ayudar a los profesionales que se habían sometido a situaciones de stress, también tenemos muy en cuenta la especial protección a los más vulnerables”, concluyó.

“El papel de salud pública en esta pandemia y en general es un papel esencial”, dijo Zapatero. Cuando un paciente tiene síntomas y consulta con sus médicos, se le hace una PCR, en el caso de que sea positivo, los rastreadores se ponen en marcha para estudiar la cadena de contagios. “Esta es una parte fundamental del control de la pandemia”, expuso el viceconsejero de salud pública y plan COVID-19.

Por su parte, Raquel Barba habló sobre la falta de plantilla, “debemos tener los recursos suficientes como para que la gente pueda tener un descanso. Los médicos son los que hay, habrá que ir pensando en cómo organizar y utilizar recursos de la forma más adecuada posible. No siempre más es mejor”.

La salud digital también estuvo presente en este encuentro debido a su crecimiento estos últimos meses. Para Prados, la adaptación a este nuevo sistema es muy importante porque “ha cambiado la forma de comunicarnos y relacionarnos con los pacientes”. Según él, todo tiene una parte positiva y negativa, sin embargo, “tenemos que explotar la parte beneficiosa en su justa medida para que la parte en la que salgamos perdiendo no tenga consecuencias importantes”.

Para finalizar, y antes de dar paso a los asistentes del encuentro para que formularan sus preguntas a los ponentes, José María Martínez preguntó a los expertos por la vacuna del COVID y sobre el futuro de la relación profesional entre Sanidad y la industria farmacéutica tras la pandemia. Zapatero dijo que es un virus bastante estable y por ello ha permitido que se desarrollen vacunas con cierta premura, “la población vulnerable y los sanitarios serán los primeros en vacunarse, sería una buena noticia si la tenemos para el año que viene”. María José Calvo, que contestó por alusiones a la segunda cuestión expuesta, manifestó que habrá un cambio fundamental entre la industria farmacéutica y Sanidad. Calvo puso en valor el gran afán de colaboración por parte de todos, “hay que agradecer mucho a la industria farmacéutica, ha estado dispuesta a aumentar su grado de producción de todo y se han adaptado a las necesidades que hemos ido teniendo en cada momento”.