Tras haber colaborado nuclearmente y participar en el desarrollo metodológico del plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria 2016-2019 promovido por la Viceconsejería de Humanización Sanitaria de la Comunidad de Madrid, Proyecto HU-CI quiso dar un paso más allá y pasar del papel a los hechos.

En 2017 presentamos la primera edición del Manual de Buenas Prácticas para la Humanización de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Se trata de un método sencillo, exportable y reproducible en cualquier parte del mundo para transformar la realidad a través del cumplimiento de una serie de buenas prácticas distribuidas en las siete líneas estratégicas dibujadas por los pacientes, las familias y los profesionales. Además, creamos una herramienta online de autoevaluación del cumplimiento de esas medidas, y nos propusimos revisarlo cada dos años para actualizarlo con el mayor conocimiento científico posible. Así, en 2019 presentamos la segunda edición de dicho manual, con 160 buenas prácticas. De este periodo de tiempo, analizamos las autoevaluaciones de más de 200 UCI, con un cumplimiento basal entre el 40 y el 60%. Esto significa que obviamente, ya se humanizaba previamente la asistencia, y por otro lado, queda aproximadamente la mitad del camino por recorrer.

Pero no solo se trata de decir qué se hace, de buenas intenciones y brindis al sol, sino de hacer y de verificar. Por ello, en 2018 nos asociamos con AENOR para establecer un proceso de Certificación en Buenas Prácticas de Humanización de las UCI. Para ejecutar el proceso, ha de existir el compromiso formal de la Gerencia del Hospital y el responsable del servicio en cuestión, y el proceso de transformación dura aproximadamente un año, en función de la situación previa de cada sitio. Así, en diciembre de 2019 la UCI del Hospital Infanta Elena de Valdemoro se convirtió en la primera unidad del mundo que recibió dicho reconocimiento, además con un nivel excelente.

Desde entonces, el proceso se está extendiendo en España y diferentes países de América Latina con el apoyo de las diferentes sociedades científicas, como Chile, Brasil y México. Pero más allá, estamos trabajando en diferentes procesos de elaboración de buenas prácticas en Humanización en otros ámbitos sanitarios. Si el pasado septiembre presentamos el Manual de Buenas Prácticas en Humanización de Urgencias Hospitalarias, actualmente estamos inmersos en los procesos de diseño para la humanización de las Unidades de Lesión Medular, la atención de las personas con ostomía, y los amplísimos mundos de la oncología y la radiología. Para ello, replicamos nuestro método de trabajo con un grupo de profesionales expertos en cada uno de esos escenarios, y sometemos el proceso a la revisión de los pacientes y las familias. Creemos firmemente que hay que transformar la realidad. Sin método no hay paraíso. Porque si no, la humanización será como la paz en el mundo: algo que todos queremos y de lo que todos hablamos, pero que nunca conseguiremos.