Nuestro entorno está cambiando a una velocidad vertiginosa, el futuro es cada vez más incierto, y mucho más, después de vivir la experiencia de una pandemia. Los líderes empresariales se enfrentan a un entorno más retador por la volatilidad y la rapidez en la toma de decisiones para lograr mejores y más retadores resultados.

Cuando nos referimos a los líderes empresariales, no podemos excluir la industria sanitaria, el cual es uno de los mercados mas volátiles, complejos y rápidos. Pero esto no implica que sea negativo, todo lo contrario, esto permite un nivel de disrupción que la volatilidad aporta a los modelos predictivos, junto con la cantidad de lecciones aprendidas, aportan el aprendizaje que necesitamos para desplazarnos hacia modelos de resiliencia, que tanto nos ha costado adaptarnos.

En este sentido, Mark Espósito recomienda que los directivos cuenten con herramientas que les permita enfrentar con éxitos esos nuevos escenarios, seguir la senda de las megatendencias que afectan el mundo social, empresarial y económico (Espósito, 2018).

Y ¿qué son las megatendencias?  Rudolph Lohmeyer lo define como huracanes del entorno operativo global… son fuerzas estructurales de cambio que tienen profundas consecuencias sociales, económicas y políticas (Lohmeyer, 2016).

Las megatendencias establecen diferentes escenarios de carácter generalizado que impactan de manera directa el comportamiento de todos los sectores relacionados con el entorno: social, económico, político.

Estas megatendencias marcan las pautas de las conductas sectoriales, que, ante directivos previsores y visionarios, permite marcar las estrategias para enfrentar los retos que tienen las organizaciones para mantener su durabilidad y sostenibilidad. Esa anticipación otorga a las instituciones una ventaja competitiva, desarrollando acciones preventivas en vez de correctivas.

El modelo de excelencia EFQM (European Foundation for Quality Management) enuncia una lista de 9 megatendencias quu son de marcada relevancia para las instituciones que desean proyectarse y obtener resultados positivos dentro de este mercado.

Cada uno de estos puntos señalados por el modelo EFQM, afectan de manera indistinta a cualquier tipo de sector empresarial, incluyendo el mundo sanitario, el cual tiene elementos muy propios de su área y que en algunas de las megatendencias se puede agudizar o complejizar su gestión.  Ejemplo de estas complejidades del sector salud es la escasez de recursos, un factor que ha afectado el mercado internacional de una forma avasalladora para la adquisición de ciertos medicamentos o acceso a algunos equipos de diagnóstico o estudios. Otra que guarda un peso considerable en el mundo de la gestión, son las altas demandas intensificadas de habilidades por el personal de salud, que ciertamente ha aumentado y con unos estándares altos de capacitación.

Evidentemente las megatendencias se comportan entre un sector y otro de manera diferente. Los mercados y sus comportamientos pueden guardar ciertas similitudes, pero también el sector de la salud tiene algunos elementos muy propios, que nos llevan a plantearnos cuestionantes que nos permiten visualizar el momento en que nos encontramos en cuanto a la gestión y cómo podemos posicionarnos para los nuevos desafíos que vienen.

Estableceremos algunos razonamientos por las megatendencias que más impactan en el sector salud, principalmente en el mundo hospitalario. ¿Cómo están afectando? ¿Qué retos presenta en la gestión? ¿Cuáles recomendaciones se pueden tomar en consideración para poder implementarla dentro de las estrategias sanitarias?

Sin desmeritar a ninguna de las megatendencias que hace alusión el modelo EFQM, particularmente la megatendencia con mayor influencia en estos tiempos, es la de “la evolución de la tecnología y la disrupción digital” (megatendencia nº4). No hay duda que el auge de la tecnología y su implementación en la cotidianidad de la vida ha permitido cambiar de manera trascendental el modus operandi de todas las personas, temas como la globalización, fintech, automatización, robótica, inteligencia artificial, ciberseguridad, entre otras, son elementos de la vida común.

En la medida que el costo de las tecnologías avanzadas continue siendo mas barata y accequible, se lanzarán nuevas aplicaciones que brindarán la oportunidad de combinar estas tecnologías de manera novedosa y acelerarán el ritmo y el alcance de la innovación.

Como bien señalan algunos autores que “el sector salud es uno de los más expuestos a las transformaciones tecnológicas”, esta afirmación se basa principalmente al amplio pontencial o exposición de los avances científicos, innovaciones en dispositivos médicos, herramientas de diagnósticos, mejoras de procesos y demás plataformas que se utilizan como innovaciones en el mercado.

Ahora bien, en el mundo hospitalario este impacto es aún mas trascendental debido a que esta tecnología e innovaciones van focalizadas de manera directa a los pacientes, y no resulta ser algo que será una tendencia a corto o mediano plazo, sino que estamos conviviendo con ella y en este sentido debemos marcar nuestro elemento diferenciador frente a los demás.

¿Cómo podemos marcar ese elemento diferenciador?, básicamente cambiando comportamientos y expectativas que nos planteemos, dando un uso creativo a las herramientas digitales con que se puedan utilizar en un servicio determinado o un hospital. Un ejemplo que siempre hago acotación, fueron las consultas médicas virtuales, las cuales se encontraban disponibles antes de la pandemia, pero fue este suceso mundial que forzó la implementación inmediata. En este sentido, debemos ser más visionarios, ante la realidad reactiva que siempre ha caracterizado a los hospitales, y ser más proactivos ante las ventajas que nos ofrece esta megatendencia.

Sin embargo, la participación de la tecnología en el sector y poder lograr cambios disruptivos, debemos analizar otra de las megatendencias que se encuentran muy de la mano, la “demanda intensificada de habilidades y efectos de la automatización” (megatendencia nº3). Esta megatendencia enmarca el factor humano como eje central, donde se procura una demanda exhaustiva a las habilidades de los talentos humanos, en virtud de que se requieren de perfiles más especializados y con competencias más enfocadas a un desarrollo en específico. Esto como consecuencia conlleva unos efectos de automatizar los procesos, permitiendo que estos talentos especializados se enfoquen en tareas más complejas y que estén en consonancia con los desarrollos tecnológicos que se encuentran sobre la marcha.

Al proyectar esta situación en conjunto, las facilidades tecnológicas que esta permite a través de los sistemas integrados dentro de la atención al paciente, cubre con algunas de las labores, no obstante, este sistema debe ser configurado o manejados por talentos que cumplan con las competencias necesarias y requeridas para poder sacar el potencial que tienen esos sistemas e ir más allá de una simple automatización de tareas, sino que aporte un valor agregado al servicio o producto enfocado, evidentemente, en mejorar las condiciones de salud del paciente y garantizar la seguridad de éste. Ahora bien, estos perfiles deben de contar con elementos diferenciadores a lo que se ha estado formando, y es este el gran reto dentro del sector salud y hospitalario, poder prever el futuro donde el hospital se dirige y contar con un equipo humano que respalde esta situación.

Si bien es cierto que la inteligencia artificial crea condiciones favorables para nuestro día a día, de esto se desprenderán nuevos roles y perfiles profesionales que debemos vislumbrar y formar conforme las proyecciones y objetivos que se planteen desde la dirección. Debemos ser capaces de integrar nuestras competencias humanas frente a la megatendencia que resultan ser constantes y rápidas.

Hay otras dos megatendencias que considero interesante abordar también, y las realizaré de manera en conjunto, debido a que guardan una relación estrecha, refiriéndonos a la “escasez de recursos” y las “crisis ambientales crecientes” (megatendencias nº 6 y 9 respectivamente). La escasez de recursos, al igual de la crisis ambiental, son temas o problemas que no son nuevos, y por tales razones, se hace más imperioso tocarlos y sobre todo estar conscientes de que se deben tomar medidas en este sentido, y aún más en el sector hospitalario.

El crecimiento de la población, la mejoría en la calidad de vida y la longevidad de las personas ha sido un catalizador en estas megatendencias, que se traduce básicamente, en el uso desmedido de los recursos limitados con los que contamos: aumento del uso de energía, alimentos, agua, incremento de la demanda servicios de salud, entre otros. Evidentemente esta es una situación que afecta a todos de manera indistinta. No obstante, el sector hospitalario o salud, en sentido general, se puede catalogar como una industria que tiene un impacto importante considerado, según un reciente artículo de El Mundo, que, si este sector fuera un país, fuese el quinto emisor de gases de efectos invernadero en el mundo. Ejemplo de esto, en los hospitales se compra, produce/consume y se desperdicia una gran cantidad de insumos y medicamentos, genera un volumen importante de desechos: tóxicos, peligrosos, gases, plásticos, ropa hospitalaria y equipos, adquiere equipos biomédicos costosos, alto consumo de energía y agua, emisión de gases, en fin…

El calentamiento global, aumento de emisiones nocivas, catástrofes industriales, aumento desmedido de los recursos, etc. son elementos con los que estamos conviviendo y se han creado innumerables comisiones internacionales, fundaciones u organizaciones sin fines de lucro que aborda esta megatendencia con visualización a buscar alternativas de soluciones.

La recomendación número uno y por excelencia, es hacernos consciente de la situación, y luego de esto, medir el impacto de las actividades que estamos desarrollando, analizar cuáles son las de mayores trascendencias y hacer un Pareto que permita hacer pequeños cambios que focalice mejoras sustanciales. En realidad, se escribe o dice fácil, pero esto conlleva aristas que la ejecución o implementación resultan ser muy complejas, debido a que hay que cambiar un chip mental, y entender que, aunque sean pequeñas acciones, se comienza por algo. Por lo que, prima la necesidad de la economía circular para la gestión hospitalaria que recree y ponga en práctica: rediseñar – reducir – reutilizar – reparar – renovar – reciclar – recuperar, y que se haga de manera progresiva y constante.

En esta tesitura muchas direcciones hospitalarias han asumido dentro de sus estrategias los objetivos 2030 como parte de sus actividades, aportando una gestión de responsabilidad social compartida y sostenible, pero esto debe trascender a las planificaciones y papeles, convirtiéndolo en acciones directas, constantes y que se puedan medir esos cambios estipulados.

Somos conscientes de que lo que no se mide no existe, y bajo esta premisa la recomendación para enfrentar la situación que estamos expresando, es ser consciente del impacto que como hospital estamos generando en la comunidad donde se encuentra, ejecutar un plan de acción concreto y no complejo, para poder medir las evoluciones en este sentido, por ejemplo, disminución de los desechos hospitalarios, optimizar los recursos disponibles, políticas de reutilización y reciclaje, disminución o neutralización de la huella de carbono, entre otras.

Todo esto es un compromiso de las instituciones que quieren formar parte del cambio y de ser consciente que esos cambios se generan desde la gestión interna, y por supuesto, una recomendación que propone Alejandro San Nicolás en un webinar que impartió de “Megatendencias: La clave del futuro en el mundo empresarial”, señala que las certificaciones de gestión ambiental resultan ser una herramienta de suma utilidad, permitiendo de esta forma obtener resultados tangibles y monitorear la continuidad de esas acciones o procesos que se encuentran certificados.

Si bien es cierto que las 9 megatendencias que hace alusión el modelo EFQM impactan el sector salud, en este caso el mundo hospitalario, estas 4 a las que hemos citado vienen a dar un vuelco trascendental a la gestión sanitaria, poniéndonos una tarea con un peso importante y que no podemos eludir.  En este sentido, es imperioso tomar en cuenta todas estas megatendencias en la gestión hospitalaria o de cualquier entidad de salud, debido a que son inevitables e impactan al día a día, esto permitirá ser un diferencial competitivo en el mercado, no solo visto desde la perspectiva de sostenibilidad económica o financiera, sino también, de poder marcar un diferencial que aporta valor en provecho y beneficio de los pacientes y a la sociedad. Reiteramos, debemos dejar de ser reactivos ante las situaciones que se van presentando, y ser más previsores y proactivos a los cambios constantes y latentes que este mundo tan complejo y rápido nos hace enfrentar.