Aunque parece que el avance en relación con la transparencia sigue en vía muerta, lo cierto es que poco a poco vemos cada vez más su presencia, su necesidad y la preocupación que genera en los agentes implicados en este complejo mundo de la Sanidad.

Dia a día, se ve más nítidamente que la innovación pública y los valores y filosofía que la acompañan de la mano de la transparencia, actúan en lo público y en lo privado, habida cuenta de que lo que ocurre en un sector pasa a forma indirectamente parte del otro, ya que operan en un mismo ámbito: la salud.

Tenemos que recordar que la principal característica de la transparencia es su estrecha e indisoluble vinculación con la esencia de la democracia. La transparencia es un presupuesto indispensable del Estado de Derecho en cuanto posibilita el control y la rendición de cuentas en todos los ámbitos de la gestión.

Por ello hoy, podemos decir que la transparencia es:

  • Un valor esencial en una sociedad democrática, basado en un valor ético y moral (la honradez).
  • Un principio necesario e inherente al Estado de Derecho, con total sometimiento a la ley y al derecho.
  • Es un principio general del derecho, y por ello, aunque no esté escrito de forma explícita en toda la legislación, si está en el espíritu de todas las leyes.
  • Es un principio de interpretación del ordenamiento jurídico (hermenéutica del ordenamiento jurídico), ya sean Derecho Interno, Derecho Comunitario o Derecho Internacional).
  • Es la puerta para el ejercicio de los derechos de acceso a la información de los ciudadanos, de su derecho a pedir rendición de cuentas y de una sociedad con un ciudadano proactivo que participa en la toma de decisiones. La democracia sin control no es democracia.
  • Es un criterio de medición de la calidad democrática de un país.
  • La transparencia es un “derecho a saber”.

En este sentido, conviene recordar que la “Ley 19/2013 de transparencia, acceso a la información y buen gobierno” no es una norma aislada, sino que forma parte de un ordenamiento jurídico en el que debe de integrarse de una forma coherente. Lamentablemente, sigue aún en tramitación el proyecto de reglamento que viene a desarrollar dicha ley, lo cual demuestra que aun hay un camino de tareas pendientes con la transparencia como es la de dotarla de seguridad jurídica en nuestro régimen legal.

Por otro lado, la guerra normativa entre Estado y comunidades autónomas a veces favorece y en este caso hay normas autonómicas más ambiciosas que la propia ley estatal 19/2013.

Lo que sí es evidente, es que se empieza a vivir una situación de atención a la transparencia en el sector sanitario, y es que, siendo un imperativo no solo legal sino también de la sociedad actual, hay empezar a plantearse que los diferentes servicios de un hospital deben hacerle frente y para ello hay que hablar de legislación, de gestión, de buena praxis, del valor reputacional que proporciona al servicio. Que la transparencia no solo es de obligado cumplimiento, sino que como beneficio asociado existe una mejor gestión de recursos en el hospital, un mayor control de la información sobre aspectos esenciales de interés para el propio hospital, para el servicio para el paciente y para la comunidad científica.

Hay pues que plantearse estrategias de actuación en los centros, en los hospitales, entre los profesionales implicados, y generar la confianza y la cultura necesaria para hacer de la transparencia un aliado de los servicios, una herramienta útil y necesaria, y no ver sólo, como decíamos en el párrafo anterior, una obligación más que ha venido a quedarse por el derecho de acceso a la información y rendición de cuentas.

Creo en ello firmemente y en que como profesional experta es el momento de comenzar a colaborar con los servicios de la salud. Y me es grato comentar que hay de gran interés a este respecto en la comunidad sanitaria.

En este sentido no me cabe más que dar la enhorabuena a iniciativas que incorporan a su quehacer, las bondades de la transparencia, y así quisiera hacer mención al “34 Congreso Nacional de Cirugía 2022” celebrado recientemente, al el asistí como ponente experta en transparencia para tratar del espinoso tema de “la transparencia en la morbilidad en las complicaciones postquirúrgicas y sus cuestiones legales”, en el curso precongreso de la sección de calidad, seguridad y gestión en cirugía. Gracias al esfuerzo de esta sección pudimos, en el desarrollo de dicho curso, y en el que compartir la experiencia con insignes ponentes profesionales de cirugía, surgieron importantes cuestiones para acometer la experiencia de la transparencia desde diferentes enfoques. Se identificó  la conciencia de la necesidad de recoger los datos relativos a las complicaciones, la importancia de registrar la información, de que la “buena praxis” en transparencia que genera un valor añadido al propio  servicio de cirugía que así lo realiza, de la esencialidad para la comunidad científica, de que es una exigencia legal fruto del control y rendición de cuentas, de las  dificultades por falta de recursos, de la falta de consenso en la recogida de datos, de la desconfianza de los profesionales de los servicios de cirugía, de la falta de reconocimiento del esfuerzo en la realización de la tarea.

Así a modo de conclusiones en las complicaciones postquirúrgicas debemos indicar que la transparencia:

1.- Es esencial como criterio de calidad, de seguridad del paciente, de conocimiento en la comunidad científica, de valor profesional, de control de la gestión, de calidad asistencia y como valor en sí mismo.

2.- En la sociedad contemporánea la transparencia es un principio jurídico aplicable a todos los ámbitos y que de forma directa e indirecta se convierte en una obligación legal con rendición de cuentas.

3.- Los registros, en consenso permitirá comparar la morbilidad entre los servicios de cirugía de diferentes hospitales.

4.- La transparencia permite conocer la realidad de las incidencias y su grado de gravedad para obtener mejores resultados

5.- La transparencia permite avances del propio profesional.

6.- Es un valor ético y moral, trasladado al derecho que genera de forma inmediata el derecho a conocer.

7.- Se ve como un criterio de honestidad y honradez en su dimensión moral y ética.

8.- La comunicación de las complicaciones postoperatorias es obligatoria para el principio de transparencia y lleva al rendimiento de cuentas.

9.- Mejoraría los resultados actuales sobre gestión económica y de recursos aplicados en los servicios de cirugía.

10.- Es una clara de la calidad asistencial.

En definitiva, este es un ejemplo de la transparencia en Sanidad que requiere un planteamiento como concepto de necesaria utilidad.