Cuando tratamos de abordar la salud tenemos evidencias más que sobradas de que este abordaje tiene que realizarse siempre en un marco de cooperación y de multidisciplinariedad, teniendo en cuenta esas perspectivas de la interdependencia que hay entre la salud humana, la ambiental y el propio ecosistema en el que convivimos.

En salud pública tenemos experiencia en el abordaje multidisciplinar que se requiere cuando hablamos desde una perspectiva de One Health, porque somos una disciplina que ya desde hace décadas trabajamos conjuntamente veterinarios, farmacéuticos, médicos, enfermeras y además estamos incorporando cada vez más nuevos perfiles que son necesarios, desde bioinformáticos a geógrafos, o biólogos y además trabajando de una manera estable en espacios de trabajo con colegios profesionales, con organizaciones de consumidores, con la industria, con las universidades, pero también con la administración local, con los ayuntamientos.

Las bases del trabajo en One Health están bien definidas y en la Comunidad de Madrid lo que hacemos es consolidar este marco de cooperación institucional. Para hacerlo realmente estable hemos reforzado la vigilancia en salud pública, abordando no solamente la salud humana y la sanidad ambiental, sino también el control y la vigilancia vectorial, compartiendo información e implementando las medidas de control.

Nunca se nos puede olvidar que cuando hablamos de vigilancia en salud pública de lo que estamos hablando es de vigilar para actuar, para intervenir, para controlar amenazas que pueden existir para la salud de las personas. Voy a destacar un par de líneas de actuación para ver cómo vamos consolidando este marco de cooperación de trabajo estable en la región.

Una línea es el Programa de Vigilancia Entomológica y Control Sanitario Ambiental de Vectores Transmisores de Enfermedad, el mosquito tigre está instalado ya en determinados municipios de la Comunidad de Madrid y para nosotros es de gran interés por la potencial transmisión de enfermedades que ahora mismo en nuestro contexto existen: Dengue, Zika y chikungunya. Lo que hacemos es coordinarnos con los ayuntamientos en los que ya se ha instalado este mosquito tigre, estableciendo grupos de trabajo estables, apoyando el diseño de redes de vigilancia entomológica en todos los municipios afectados, asumiendo el coste que se deriva del análisis entomológico que llevamos a cabo, apostando por prestar este servicio y asesoría científico-técnica a los ayuntamientos con reuniones que mantenemos de forma periódica, realizando acciones formativas no solo para el personal del Ayuntamiento, sino también para colegios e institutos, determinados centros que existen en estos municipios afectados, abordando la importancia de las medidas de prevención para evitar que el mosquito siga creciendo en esas zonas, pero además también medidas de prevención para evitar picaduras o para hacer un uso adecuado de los repelentes. Y actuando en cada municipio cada vez que detectamos un caso humano importado, porque el aumento de los viajes internacionales hace que estas enfermedades y que los vectores de transmisión estén difundiéndose rápidamente en todo el mundo a nivel mundial. No solamente vigilamos este tipo de vector, sino también otros que son de gran interés en salud pública.

‘Hemos reforzado la vigilancia en salud pública, compartiendo información e implementando las medidas de control’

Como segunda línea me gustaría mencionar también cómo estamos avanzando en la implementación del Plan de Resistencias Antibióticas que aprobamos ya en el año 2014, siempre teniendo en cuenta la importancia que tenía el trabajar conjuntamente tanto el sector sanidad como en agricultura, y que teníamos que ser capaces de implementar acciones de mejora y de control de las resistencias a nivel nacional. Nosotros estamos ahora consolidando este modelo de cooperación y de coordinación intersectorial también a nivel regional.

En este momento, en este año 2023, estamos en línea con el plan de resistencias antimicrobianas (PRAN) en la última fase de configuración de lo que va a ser la red de laboratorios de vigilancia de microorganismos multirresistentes en la Comunidad de Madrid. Esta red es una prioridad para salud pública y va a permitir realizar no solamente el diagnóstico de las resistencias antimicrobianos, sino además la caracterización molecular de los mecanismos de resistencia. Va a estar constituida por ocho laboratorios de nivel dos y el resto serán de nivel uno y será la Subdirección de Vigilancia en Salud Pública de esta Dirección General de Salud Pública la que coordinará toda la red de vigilancia. Pero, además, el PRAN establece que debemos vigilar una serie de microorganismos, la resistencia de 14 microorganismos, ocho microorganismos con vigilancia comunitaria y seis con vigilancia nosocomial. En la Comunidad de Madrid, desde el 1 de enero de 2023 realizamos la vigilancia de estos ocho microorganismos sujetos a vigilancia comunitaria: campylobacter, mycobacterium tuberculosis, shigella, streptococcus pneumoniae, haemophilus influenzae, salmonella, neisseria meningitidis y también monococo. De los microorganismos nosocomiales esta Comunidad de Madrid es pionera en la vigilancia de las Enterobacterias productoras de Betalactamasas y vamos a seguir avanzando.

Nuestra hoja de ruta en One Health sigue siendo trabajar en cooperación con todos los sectores a nivel autonómico. Uno de los ejemplos es promoviendo, por ejemplo, la mejora de los protocolos de atención y seguimiento a las personas mayores con enfermedades cardiovasculares u otro tipo de enfermedades crónicas. En el marco del Comité Técnico que coordinamos desde la Dirección General, para la vigilancia y control de los efectos de las olas de calor, pero a la vez promoviendo también y trabajando por la cooperación sectorial a nivel estatal, con el Ministerio de Sanidad, que es con quien nos corresponde.

Cooperando también, por ejemplo, en la evaluación del impacto de la huella de carbono del sistema sanitario, para después avanzar en actuaciones concretas, actuaciones tangibles dirigidas a la descarbonización y siempre con transparencia en el seguimiento y los resultados. Sin olvidar que la información rigurosa, tanto para los profesionales sanitarios como para los propios ciudadanos es absolutamente esencial, porque la educación para la salud y la comunicación de riesgos son elementos absolutamente indispensables para ayudar a la toma de decisiones en este mundo en el que antes o después, alertas y emergencias en salud pública van a seguir llegando.

Elena Andradas Aragonés, Directora General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid