Hoy aun nos estamos planteando con la revolución de mundo laboral y la tecnología, la reducción del tiempo de trabajo o la gran renuncia de los trabajadores.

La clave no está en trabajar más o menos si no en cambiar el modo de trabajo.

Martin Cooper, premio Príncipe de Asturias por ser el visionario inventor del teléfono móvil ha pasado por el Mobile World Congress 2023 y ha contado que “después de 50 años estamos solo al principio de lo que vamos a lograr con la telefonía móvil e Internet.”

Y yo a algunos visionaros me los creo, como a Gordon Moore con su Ley, que hoy sí cabe después de 55 años está más presente que nunca.

Pero lo que más me llama la atención son las tres áreas que van a protagonizar la gran revolución: la educación, la medicina y el trabajo colaborativo.

En estas áreas fundamentalmente, pero también en otras, lo que va a cambiar es el modelo de trabajo y más que saber cuánto vamos a trabajar, está en cómo vamos a trabajar, donde conjuntamente cuando la distancia y el tiempo pierden el significado que hasta hoy hemos conocido.

En España, el 61% de los trabajadores afirma sentirse desmotivado y el 45% muestra el síndrome de trabajador quemado, pero las empresas no lo perciben, de hecho el 78% consideran que sus trabajadores están motivados. Obviamente existe una miopía de las empresas hacia sus trabajadores.

Sin duda alguna, son problemas emocionales o de formas de trabajo los que desmotivan y tan solo un incremento de la remuneración (Maslow) es solamente una solución a corto plazo.

Una de las claves más importantes en la ecuación motivación y remuneración está en dos factores: la capacidad adquisitiva y el desarrollo personal y profesional.

Tener un salario más alto o más bajo no es suficiente, sino la capacidad adquisitiva que se tenga derivada del mismo.

Por ejemplo, el salario medio en Noruega antes de impuestos es de 64.930€, lo que equivaldría a 5.411€ en 12 pagas, mientras que en España ronda los 26.832 €, es decir un 242% más bajo.

Pero la compra de una vivienda en una ciudad es el doble, y la cesta de la compra con los mismos productos (agua, patatas, huevos, pan y leche) es el 193 % superior en Noruega que en España.

La clave no está en trabajar más o menos si no en cambiar el modo de trabajo

Los pronósticos de Cooper y Moore no van a cambiar el mundo del trabajo por completo, pero sí tendrán una gran influencia a corto plazo y mucho más alta que lo que podamos imaginar.

En el mundo de la educación, su impacto será dramático en el aprendizaje de conocimiento fuera de las aulas, en centros compartidos o en sus propias casas, con lo cual la distancia y el tiempo pierden su significado actual.(Salman Kahn. Premio Príncipe da Asturias) o (Flipped Learning).

Cualquier persona desde donde quiera y cuando pueda podrá formarse en conocimiento a través de las nuevas tecnologías, no solo con realidad virtual, sino con el seguimiento y apoyo personalizado para cada alumno a través de plataformas.

Los profesores de infantil, primaria y secundaria tendrán que trabajar más el comportamiento, la capacidad de aprendizaje, habilidades sociales, etc. porque ningún profesor no va a relatar mejor, que un paseo virtual en tres dimensiones por las pirámides de Egipto donde el alumno pueda pasear, preguntar y curiosear durante el tiempo que quiera, allá donde esté y cuando pueda.

Algún dato: este incremento de la demanda ha provocado que el valor del mercado del e-learning llegase a alcanzar los 211.000 millones de euros en 2020 (ReportLinker), acelerando el crecimiento de una industria que, según las predicciones, podría llegar hasta los 380.000 en el 2026.

La formación online, a raíz de la pandemia, afirma un estudio de la Universidad de Navarra, se ha establecido un crecimiento del 900%.

La enseñanza a distancia, en 2020-21 supuso el 20% (101.420) estudiantes de grado superior y un 10,5% (42.196) de Grado Medio.

En medicina, las nuevas tecnologías podrán conseguir que aumente la eficacia en la asistencia del mundo de la salud.

Posiblemente falte una reordenación de funciones y asignación de recursos, tanto en los núcleos urbanos como en los rurales, pero sin duda alguna las nuevas tecnologías aplicadas no solamente a la medicina hospitalaria sino también a la ambulatoria y asistencial harán más eficaz la asistencia a los pacientes y esto no va a resolver el 100% de los problemas, pero sí un porcentaje muy alto.

No olvidemos que desde el año 2007 existe la regulación sobre la tarjeta electrónica en España y muchas comunidades autónomas comparten esta receta para que cualquier ciudadano esté, donde esté, pueda retirar los medicamentos prescritos.

Ya no hace falta ir personalmente a por el papel de la receta al ambulatorio, ni pedir cita para consultas poco operativas.

Y me pregunto, si los cirujanos son capaces de operar en la distancia con tecnologías 5G o con equipos como “Da Vinci”, ¿por qué es más complicado hacer consultas telemáticas o por video con los sanitarios?

Ah, también decía Cooper, que cada día los ciudadanos estamos más cerca de tener registradas nuestras constantes vitales diarias, ahora podemos usar sensores para saber lo que pasa en el cuerpo humano cada minuto, podemos conectarnos a un ordenador para que analice estos datos y prevenga la curación de una enfermedad antes que llegue, o enviar esta información al médico o ¿ es mejor la medición puntual y personal del médico en la consulta un día y una hora, con independencia de lo que le haya pasado al paciente en los últimos meses o semanas?

Habrá que asistir para aquellas situaciones donde el conocimiento medico tenga que valorar “in situ” a los pacientes previo análisis de los datos vitales históricos de los pacientes enviados dese su smartphone o similar.

La medicina, ambulatoria y rural también podrá aprovecharse de la perdida de importancia de la distancia y del tiempo, consultas desde cualquier lugar realizadas o atendidas y a cualquier hora del día o de la noche, sin vacaciones o días de fiesta.

Trabajo colaborativo, en la mayor parte de los oficios que hasta hoy conocemos, tendrán esta gran oportunidad.

Trabajo híbrido, deslocalizado, multitrabajo, o trabajo compartido, son los focos de desarrollo para que aumentaran la motivación de los trabajadores desencantados.

¿Qué ventajas tienen estos nuevos modelos que las nuevas tecnologías aportan?

Se podrá gestionar el tiempo de trabajo, no perderlo en desplazamientos y vivir en ubicaciones lejos de los grandes núcleos urbanos, con todo los medios al alcance, que le permitan ganar ocio, relaciones familiares, intelectuales, a un menor coste del que actualmente están pagando, tanto por viviendas, desplazamientos o primeras materias, será un recurso de ahorro que aumentara la calidad de vida.

Es decir, así puede aumentar la capacidad adquisitiva, y el desarrollo personal familiar y profesional.

Un dato: el precio de alquiler en una ciudad como Palencia es de 6,4€ m2 y en Madrid 15,2 m2, es decir, un 237,5 % superior. Además, las relaciones sociales, el acceso a la sanidad, a la formación, el tiempo, los servicios, el ocio, la convivencia fuera de las casas y la reducción de los precios pueden hace de ciudades como esta, foco de crecimiento para nuevas familias o nuevos emprendedores.

Estos son algunos factores que los trabajadores fundamentalmente desmotivados demandan.

En España, la pandemia puso de manifiesto las distintas maneras de trabajar y de hecho hasta principios del año 2021, las cifras de las personas que teletrabajaban se mantuvieron estables, alcanzando una cifra aproximada de 1,85 millones, mientras que actualmente esta cifra está en torno a 1,4 millones y ahí se mantiene de momento, pero en los próximos años tendrá un crecimiento inesperado.

¿Qué ha cambiado? Que los trabajadores han encontrado unas motivaciones diferentes en la forma de trabajo, pero las empresas aún no se han dado cuenta y siguen como hasta ahora, tratando de maquillar el modelo de trabajo anterior a la pandemia.

También las empresas y las administraciones públicas deberán contribuir a este desarrollo facilitando tanto económica y estratégicamente, el cambio de modelo de trabajo.

Simplemente los ayuntamientos de la España que pierde población deberá dar facilidades y recursos para atraer y acoger a las personas que deseen cambiar de vida, generando nuevos motores sociales y económicos, para que la distancia pierda el significado espacial que tenemos hasta hoy y que el tiempo sea solamente una unidad de medida, pero no de productividad.

Bibliografía

  • Inform Randstat set. 2022
  • Diario Expansion. com. 2023
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  • El idealista feb 2023